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Movilizaciones y salud mental: consignas incompatibles

Por: Raimundo Jara D.


Señor Director:

En las postrimerías del año anterior ya parecía no haber dudas que la gran consigna estudiantil para este 2019 iba a ser la salud mental. Ante lo cual, la primera medida que como estudiantes debemos impulsar es dejar de irnos a toma.
En el caso de nuestra Escuela, el vicio académico del año 2018 –en particular del primer semestre– es evidente. Finalizada la toma, antes del período de exámenes tuvimos sólo dos semanas de clases. Y esto a la salud mental afectó de sobremanera, ya que la gran movilización trajo, a la postre, la acumulación del ramo al 100% en el examen.

¿Qué cosa afecta más a la salud mental que tener casi 3 meses de inactividad académica, intentar pasar la mitad de la materia en sólo dos semanas (6 clases en ramos obligatorios), luego tener exámenes y, para más remate, jugarse en este el 100% de la nota del ramo? ¿Qué más anti pedagógico, como siempre se alega, que eso?

Y todo esto producto de la movilización que partió a fines de abril del pasado año. En realidad, cualquier toma, sea cual fuere su justificación, genera daños irreparables. Uno de esos es el defectuoso aprendizaje que recibimos como estudiantes. Digámoslo: habiendo tomas, expertos en derecho no somos.

Las consecuencias no se quedaron en el primer semestre, sino que repercutieron en el segundo: semestre comprimido con calendario de evaluaciones nada conveniente para la demandada salud mental. Y otra vez, se repitieron tentativos y supuestos beneficios, como poder no presentarse a la prueba departamental y jugarse nuevamente el ramo al 100% en el examen. Son medidas tentativas, que en el cansancio y estrés son la mejor salida. ¿El resultado? Vómitos, ansiedades, crisis de pánico, depresiones, desmayos, deserciones, etc.

El aprendizaje del viciado año anterior es claro: si tenemos diferencias, solucionémoslas por medios pacíficos y civilizados que tanto nos hacen aprender. Los que llamaban a votar que sí a la toma durante los más de 70 días son los mismos que ahora defienden la salud mental. Seamos consecuentes: lo que provoca más daño a la salud mental es, precisamente, la toma.

Raimundo Jara D.
Estudiante
Facultad de Derecho
Universidad de Chile

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