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Desafíos para la política educativa en tiempos de crisis sanitaria

Por: Armando Rojas Jara


Señor Director:

En tiempos de pandemia, la política educativa enfrenta una importante tensión, en relación a buscar mecanismos efectivos de apoyo para que las escuelas y liceos del país puedan enfrentar de mejor manera la actual crisis sanitaria: por una parte, puede optar por implementar estrategias de apoyo diseñadas externamente. Este enfoque es conocido como outside view o de arriba hacia abajo. Por otra parte, puede diseñar dispositivos de apoyo que permitan fortalecer las capacidades de las escuelas, con el propósito de que éstas puedan transformarse a sí mismas de acuerdo a sus propios contextos y a sus propias historias. Este enfoque es conocido como inside  view o de abajo hacia arriba. Ahora bien, en los últimos años un nuevo paradigma de la política educativa aboga por un equilibrio entre las presiones externas que promueven la mejora con la necesaria autonomía escolar, donde los procesos de enseñanza y aprendizaje se constituyen en el centro de la mejora. En este escenario, surgen una serie de preguntas: ¿Están preparadas las escuelas y los liceos del país para enfrentar este enorme desafío? ¿Los equipos directivos poseen las condiciones para hacerse cargo de las demandas provocadas por la crisis sanitaria? ¿Qué enfoque debiera adoptar la política educativa para fortalecer los procesos de apoyo a los establecimientos escolares? En coherencia con la idea de equilibrar ambas posturas -políticas de arriba hacia abajo y políticas de abajo hacia arriba– tres posibles rutas contribuirían a dar respuesta a estas preguntas. En primer término, generar mecanismos de trabajo colaborativo entre escuelas y liceos, cuyo foco sea el intercambio de prácticas exitosas ante la crisis, con el objeto de aprender de la experiencia de otras comunidades. En segundo lugar, actualizar la normativa vigente, permitiendo con ello que los directores y sus equipos puedan centrarse más en lo pedagógico que en lo administrativo. Y, por último, flexibilizar el curriculum con el fin de diseñar estrategias para intencionar mayores instancias de aprendizaje que permitan a los estudiantes expresar su emocionalidad, desarrollar su sentido crítico y su creatividad, en un marco de aprendizaje colaborativo, constructivo y cívico. Como se observa, estamos comenzando un proceso de importantes transformaciones educativas. Todos debemos contribuir a enfrentarlas adecuadamente.

Armando Rojas Jara

Profesor de política educativa de la Universidad del Desarrollo

 

 

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