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Norma Técnica N°150: un retroceso en salud materna y neonatal

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Por: Maicol Ramírez


Señor director:

Durante muchos años, matronas y matrones se han desempeñado en áreas materno-neonatales con un alto nivel de especialización, tales como urgencias gineco-obstétricas, atención personalizada y profesional de partos, ginecología hospitalaria y cuidados postquirúrgicos, además de un área tan relevante como la neonatología.

Si consideramos las estadísticas, la calidad de la atención y, sobre todo, la percepción de nuestras usuarias, resulta evidente que pensar en una unificación de servicios constituye un retroceso. Esta medida pone en riesgo no solo los estándares de atención en las áreas mencionadas, sino también la aplicación efectiva de leyes como la Ley Mila y la Ley Dominga. A pesar de los recursos muchas veces limitados, se han logrado conformar unidades con personal altamente capacitado —principalmente matronas y matrones— que han sabido empatizar, comprender y contener a las usuarias en momentos de profundo dolor.

Desconocer el valor profesional y social de estas áreas, y no fomentar su desarrollo, es, a mi juicio, un error. Como matrón clínico en un hospital público y docente formador de futuras y futuros profesionales, creo firmemente en la importancia de mantener viva la tradición y la excelencia de más de 190 años de matronería en nuestro país, que han sido fundamentales para garantizar una atención digna y profesional a nuestras usuarias.

Maicol Ramírez,

matrón clínico Hospital El Pino y académico Escuela de Obstetricia y Neonatología UDP.

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