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Protejamos nuestros suelos antes de que sea demasiado tarde

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Por: Jorge Leiva González


Señor Director:

El 17 de junio se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. En 2025, Chile y América Latina enfrentan una preocupante situación climática: suelos degradados, sequías prolongadas y la silenciosa expansión del desierto. La ONU ha advertido que las sequías serán cada vez más frecuentes e intensas producto del cambio climático, acelerando la pérdida de tierras fértiles y empobreciendo comunidades

La desertificación no es un fenómeno natural inevitable; por el contrario, la actividad humana está detrás de la mayor parte de la degradación de nuestros suelos. La deforestación, la sobreexplotación agrícola, la mala gestión hídrica y la variabilidad climática, le están quitando la vida a nuestras tierras fértiles. Hay que considerar que la desertificación ocurre actualmente hasta 35 veces más rápido que su tasa histórica. La megasequía de los últimos 13 años, ha llevado a declarar emergencia hídrica en 128 comunas en Chile, por lo cual, ver cómo antiguas tierras fértiles se vuelven áridas y cómo comunidades completas se quedan sin agua no puede dejarnos indiferentes.

La situación exige un sentido de urgencia real. No bastan solo con discursos, se necesitan políticas públicas contundentes, desde programas de restauración de suelos degradados hasta normas que promuevan una agricultura y un uso sostenible del agua. Pero no olvidemos que siempre podemos aportar, cada ciudadano puede contribuir cambiando hábitos: cuidando el agua, evitando prácticas que erosionen el suelo, apoyando la reforestación y la protección de la vegetación nativa. Proteger la tierra hoy es proteger nuestro futuro como sociedad.

Cuidar lo que nos queda es tarea de todos. No esperemos a que sea demasiado tarde.

 

Atentamente,

Jorge Leiva González

Academico UBO

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