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Eutanasia: una conversación postergada

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Por: Macarena Gutiérrez


Señor director: 

En Chile, la discusión sobre la ley de Eutanasia sigue estancada desde 2021, mientras en países vecinos como Uruguay ya se ha aprobado el derecho a decidir sobre el final de la propia vida. Este contraste evidencia una brecha ética y cultural en nuestra región: seguimos evitando hablar de la muerte como parte de la vida.

El filósofo Francis Bacon escribió que “el deber de la medicina no es sólo restaurar la salud, sino aliviar el dolor y facilitar un buen morir”. Sin embargo, la concepción moderna de salud parece haberse limitado a prolongar la existencia biológica, incluso cuando ello implica sufrimiento y deshumanización.

Uruguay ha mostrado que es posible legislar con compasión, reconociendo la autonomía de las personas y la dignidad del final de vida. Chile, en cambio, posterga una conversación que atraviesa lo más profundo de nuestra humanidad. Hablar de eutanasia no es promover la muerte, sino reconocer la vida como un derecho que incluye decidir cuándo y cómo dejar de padecer.

Urge abrir este debate con responsabilidad, sensibilidad y justicia. La muerte no es un fracaso médico: es un proceso que merece ser acompañado, comprendido y legislado con dignidad.

Macarena Gutiérrez
Co-directora de Fundación Muerte

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