No basta con no ser pobre
Señor director:
Recientemente, una economista nacional declaró que la desigualdad no constituye un problema mientras no exista pobreza. Sin embargo, esta afirmación omite una verdad fundamental: la distribución del ingreso no solo define el acceso a bienes materiales, sino también la calidad de vida, la salud y las oportunidades reales de las personas.
Por ejemplo, debido a los determinantes sociales de la salud, la esperanza de vida y la carga de enfermedad varían significativamente entre comunas con distinto nivel socioeconómico, aun cuando estas no sean pobres y todas dispongan de diversos establecimientos de salud. Las diferencias en el ingreso se traducen en brechas en el acceso oportuno a la atención médica, en la calidad de la vivienda, la educación y la alimentación, e incluso en la posibilidad misma de llevar una vida saludable y plena.
La equidad no puede ser un lujo ni una promesa futura, sino una tarea permanente, que vaya más allá de la superación de la pobreza y asegure que nadie concentre tanto poder económico como para condicionar la vida de los demás.Ignacio Silva Ayarza
Médico infectólogo, Académico USACH