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Un infierno la cuarentena en el Sename Opinión

Un infierno la cuarentena en el Sename

Edison Gallardo
Por : Edison Gallardo Escritor. Director Fundación Ynes
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Hace solo unos días leía un artículo subido a RRSS que se titulaba. “Hacia la redención del niño”. Esto venía a lanzar con jolgorio la creación del organismo llamado Sename:

La promesa: Darle al menor y al adolescente el lugar que verdaderamente le corresponde a la sociedad.

Antes de empezar, me gustaría decir que, por 16 años, el único lugar que recibí en la sociedad mientras estuve cautivo.  Fue el de un cuerpo tiranizado.

Han transcurrido décadas de aquella gran portada y la famosa redención pareciera que se volvió un castigo.

Prueba de ello, es la denuncia recibida por un funcionario de la institución, en donde en esta crisis sanitaria, no cuentan con implementos médicos básicos, como alcohol gel, mascarillas o guantes que los puedan proteger de la propagación del covid-19, ni para ellos, ni para los niños, más allá de un protocolo de acciones para supuestamente evitar contagios.

por lo que cabe preguntarse:

¿en qué parte de la línea de tiempo desde que nació el Servicio nacional de menores, su intención de mejorar y proteger al niño niña y adolescente, mutó a codicia o a lo menos a indolencia negligente?

Por otro lado, tenemos nuevamente a nuestra clase política de la coalición gobernante de turno, partidos que han defendido constantemente el derecho a la vida que paradójicamente votan en contra de un proyecto de ley de conmutación de penas que vendría en beneficio de lactantes y sus madres, lactantes desde los 0 a los 2 años, sabiendo el riesgo que corren en esta emergencia sanitaria. Más aún presionando para incluir a condenados por delitos de lesa humanidad. ¿cómo entender esta dicotomía? ¿los niños en realidad son primeros?

Y es en este contexto en que el pánico me embarga al saber que ya queda poco para que sea votada la nueva ley de protección y,  ¿alguien se ha preguntado, que tenemos en esta ley para ofrecer a nuestra infancia?

Solo como pincelada lo diré en 3 frases:

A). – Insuficiencia de medidas para niños en situación de calle.

B).  Falta de acción de protección de Sename para esos grupos de riesgo.

C). –  Falta de vacunaciones, materiales de seguridad médica y apoyo médico propiamente tal.

Esta pandemia con posterior emergencia sanitaria en nuestro país, ha demostrado la urgencia y necesidad imperiosa de reformular muchas otras leyes que hoy solo transgreden derechos fundamentales, y esto es un agravante cuando estos derechos le pertenecen a niños, a quienes el Gobierno dice tener primero.

Ello consta, porque hay instituciones colaboradoras de las que se es sabido las graves vulneraciones en las que han incurrido en contra de niños, niñas y adolescentes.

Estos mismos organismos cuestionados reiteradamente en cuanto informe se ha presentado, con pruebas empíricas, y son los que pretenden ser parte del nuevo sistema de protección. En el Ejecutivo se actúa como si esto no fuera relevante y se promueve la mantención del cuerpo normativo que establece la relación con los organismos “Colaboradores”.

Siendo así, sería un Sename con otro nombre, que, a mi juicio, debería llamarse: Servicio de protección e impunidad.

Sin duda, que ello es inaceptable, Incluso a inicios del mes de marzo, en plena pandemia, uno de los organismos más cuestionados ha  desvinculado a profesionales psicólogos, provocando un daño irreparable a Niños que se encontraban bajo intervención, ¿la excusa? Necesidades de la empresa; y digo empresa, ya que ello es lo que por sí mismos declaran, esto refleja una cruda verdad que no amerita mucho análisis: El sentido solidario, humanitario y caritativo por el niño, que tanto exhiben para sostenerse adentro pese a las graves vulneraciones, siempre ha sido una simple demagogia utilizada más que nada para conseguir recursos, los mismos que para operar deben acreditar y que ya estaban cubiertas por todo el año.

El Psicólogo clínico y Magister en psicología, Ignacio Fuentes consigna el daño que esta situación ocasiona en Niños, niñas o adolescente; cito:

“Los procesos terapéuticos en curso como los PRM, interrumpidos abruptamente y de forma unilateral, sin duda que conllevaría nuevos daños vinculares, ya que se rompe la confianza, Además se pueden agravar aquellos casos que no están cubiertos proteccionalmente”.

Esto deja en convicción la necesidad de cambiar el sistema de financiamiento de Sename a ley de compras públicas y no seguir manteniendo la ley 20.032. Cómo se explica que exista una Ley especial y no concurran con la ley de financiamiento que es propia a la mayor parte del Estado y en particular a otros servicios recientemente aprobados. Acaso no es lógico promover la transparencia en los procesos de acreditación, postulación, adjudicación y pago contra resultados efectivos y comprobables?.La Ley 20.032 ha promovido la concentración de los operadores en un sistema de financiamiento en que ellos son los que pueden adaptarse gracias a las escalas de operación dejando fuera a aquellos que teniendo buenos equipos no logran dichas escalas. Da que pensar la participación de autoridades políticas, ex jefes de servicio y políticos en general en estas organizaciones.

Es por eso que desde esta tribuna creo necesario insistirle a la  Subsecretaria de la niñez Carol Bown que se requiere de su acción más decidida, cómo la hemos impulsado distintos actores de la Sociedad Civil, pues  no velar por el cuidado y la protección, modificando las normas que han sido negativas para el funcionamiento de SENAME, solo vendrá en reproducir aquello que ella legítimamente pretende reparar.

Mientras tanto, seguiré intentando dormir como en estos 2 últimos días en donde he intentando dejar sename fuera de casa, pero no puedo, recordé las veces en que fracturaron mis dedos, o cuando me botaron leche hirviendo en mi pecho, o cuando me golpearon con una tabla, prueba de ello, es la hendidura craneal que tengo.

La actual cuarentena, vino a mezclar mi pasado con el presente.

Cada uno de estos sucesos eran escondidos a mi madre.

Quien caminaba largas horas para visitarme, le decían, que estábamos o con sarna o paperas, o cualquier vicho de turno como excusa precisa, con ello, evitaban que ella supiera la verdad.El portazo en la cara la obligaba a devolverse con lágrimas en su alma.

Lo bueno, es que mejoraba yo volvía a ver su rostro y sentir su voz.

Hoy es distinto, la madre de mi hija es funcionaria de la salud, yo, también.

Ambos tomamos medidas extremas para cuidarnos y cuidarla.

Llegando a casa, la angustia de ella por no vernos termina.

Al final del día, antes de caer en sueño profundo, lo último que siente y ve, es nuestros besos de buenas noches.

No sé cómo no les angustia, saber que un solo niño institucionalizado en una residencia colaboradora de sename, en secreto y en silencio, en una de estas noches, pueda fallecer víctima de esta pandemia.

Y así como estuvo mi madre, hoy hay una madre que ignora, que la visita hace ya dos semanas que realizó para ver a su hijo, que aquel beso de despedida y miradas cruzadas que le entrego aquel niño esperanzado en volver a mirarla, en la inocencia de ambos, fue la última oportunidad que tuvieron para decirse.

te amo.

Si ello llega a suceder, habrá sido un infierno la cuarentena en Sename.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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