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El aporte de las universidades en la construcción de salud mental en Chile Opinión

El aporte de las universidades en la construcción de salud mental en Chile

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Macarena Lucar Arce
Por : Macarena Lucar Arce Decana Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones Universidad Santo Tomás
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Hoy en día, al menos dos regiones del país –Metropolitana y del Biobío– cuentan con redes de centros de atención psicológica que buscan cerrar brechas en las necesidades de atención de diversos públicos y comunidades.


Dar respuesta a las necesidades de salud mental de la población en Chile resulta acuciante para el sistema de salud nacional, advirtiéndose sobrepasado por la alta demanda que se presenta a nivel transversal y, especialmente, en algunos grupos etarios y aquellos en la que la interseccionalidad se hace evidente. 

De acuerdo con el informe de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), publicado el pasado mes de junio, los problemas de salud mental alcanzan un 32,9%, lo que refleja no solo un aumento de un 6% en relación con el año 2023, sino que los trastornos mentales se han convertido en uno de los diagnósticos con la mayor tasa de licencias médicas otorgadas por el sistema de salud en el país.

Lo anterior, reafirma los datos publicados, en enero de 2024, por la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, donde se revela que prácticamente un cuarto de la población presenta síntomas de ansiedad. Sin embargo, del 57,1% de quienes reportaron estos síntomas, solo un 44% logró realizar consulta médica en los últimos doce meses y un escaso 23% se encuentra en tratamiento.

En mayo de este año se ha dado a conocer un importante documento que busca dar orientaciones sobre el abordaje a la alta prevalencia de los problemas de salud mental que enfrentamos hoy en nuestro país. El informe Construyendo Salud Mental, reconoce los problemas de salud mental como un problema de salud pública relevante en Chile, buscando, a través de cinco líneas estratégicas, implementar acciones –en corto y mediano plazo– para mejorar la gestión y distribución de recursos de los servicios de atención, considerando los determinantes sociales de la salud mental de la población. 

Además, releva la importancia de desarrollar y fortalecer vínculos para el efectivo abordaje de las necesidades de salud mental de la población. De hecho, señala que fortalecer el liderazgo, la gobernanza y las alianzas multisectoriales, constituye su línea estratégica número uno. 

Desde el ámbito de la educación superior y, especialmente, desde los espacios formativos que tienen un sentido de conexión y aporte a la comunidad, es posible visualizar oportunidades de colaboración a los requerimientos de respuesta oportuna en el abordaje de la salud mental, principalmente, en lo referido a la promoción y prevención primaria en salud mental. Los centros de atención psicológica pueden ser identificados como una oportunidad para colaborar con las necesidades de salud mental de la población y para contribuir a la construcción de una identidad profesional situada, de acuerdo con las condiciones y requerimientos de los propios territorios y las comunidades que los habitan. 

Hoy en día, al menos dos regiones del país –Metropolitana y del Biobío– cuentan con redes de centros de atención psicológica que buscan cerrar brechas en las necesidades de atención de diversos públicos y comunidades, tendiendo a responder en un significativo porcentaje a los problemas de niños, niñas y adolescentes en edad escolar.  

En este sentido, la aspiración de las instituciones de educación superior y, particularmente de las escuelas de psicología, de formar con calidad, entregando propósito y sentido de pertinencia a sus estudiantes, a través de la intervención supervisada y apoyada por profesionales idóneos, permite responder a ciertas demandas que enfrenta hoy el sistema de salud público y privado y, especialmente, algunos indicadores de las metas sanitarias en el ámbito de la salud mental a lo largo y ancho del país.

La sistematización e intercambio de experiencias de los centros de atención psicológica de las universidades públicas y privadas es una oportunidad que debe intencionarse para posibilitar el desarrollo de una red de atención articulada, que mejore las oportunidades de cobertura de las necesidades de la población, permitiendo, entre otros resultados, apoyar de manera cruzada las necesidades de estudiantes de las propias instituciones. 

Un desafío relevante, considerando que recientes estudios con población universitaria han reportado una alta prevalencia (en torno al 50%) de síntomas depresivos, síntomas de ansiedad y por sobre el 50% de estrés. Así, cumplir con los objetivos misionales, de la docencia y la vinculación con el medio, puede traducirse en una contribución a un ámbito relevante de necesidades de salud del país.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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