El año 1933, en una Alemania con la casi fenecida República de Weimar, el Presidente Paul von Hindenburg nombraba como Canciller al máximo líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), el partido nazi, a Adolf Hitler el 30 de enero de ese año.
Nie wieder 1933 (“Nunca más 1933”) es la consigna y la movilización del mundo democrático opositor frente al avance del Partido Ultraderechista, Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones recientes en tres de los estados federados del este alemán, estados de la ex República Democrática Alemana (DDR).
El año 1933, en una Alemania con la casi fenecida República de Weimar, el Presidente Paul von Hindenburg nombraba como Canciller al máximo líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), el partido nazi, a Adolf Hitler el 30 de enero de ese año.
De este modo, con la coalición conformada por el Partido Nacional Popular Alemán y los Católicos del Partido del Centro, Hitler iniciaba la conquista del poder total en la nación germana, conculcando los derechos políticos-constitucionales, prohibiendo las huelgas, ordenando la disolución de los poderosos sindicatos dirigidos mayoritariamente por los socialdemócratas y enviando a campos de concentración a miles de dirigentes y militantes a los partidos opositores, comenzando por el Partido Comunista de Alemania (KPD).
Luego, seguiría la caza de brujas contra los socialdemócratas (SPD), otros partidos alemanes y contra la población judía en Alemania. A partir de la muerte de Hindenburg, en 1934, Hitler se haría del poder absoluto permitiendo tan solo un partido político, el NSDAP, y se iniciaría la dictadura nazi. Sabemos cómo termino la tragedia alemana bajo este régimen totalitario de 1933 a 1945.
Por cierto, hoy en Alemania no se está en el escenario político y social de 1933, por cuanto no se puede hablar de un símil histórico con esa época, ni tampoco con una Constitución cercana a la que tuvo la Constitución de Weimar. Sin embargo, se han detonado las señales de alerta política y democrática con el impactante avance de la AfD y sus triunfos electorales en esos tres estados del Este alemán, en Sajonia, en Turingia y recientemente en Brandeburgo.
Ganadores y perdedores en los resultados electorales
En efecto, en los dos primeros estados, Turingia y Sajonia, el avance de la ultraderecha alemana fue arrollador. Las elecciones del 1ro de septiembre reciente, entregaron en Turingia un sorprendente resultado para la AfD que la instala como la primera fuerza política del estado con un 33% del electorado, eligiendo con la primera mayoría a Bjoern Hoecke, uno de los representantes más radical y con simpatías nazis al interior de este partido.
El partido Demócrata Cristiano (CDU) mantiene su votación con un 24,3% de los votos, el nuevo partido de la izquierda, Alianza Sahra Wagenkneck (BSW), que lleva el nombre de la destacada y carismática líder de esta organización constituida recién a mediados del año 2023 y que es una escisión del partido La Izquierda (Die Linke), logra un 16% de los votos. Podríamos señalar que los ganadores son AfD, BSW y en alguna medida discreta, la CDU.
Los grandes perdedores en Turingia son: el partido La Izquierda que desciende al 13% de la votación, bajando en -18.1% de los votos, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) que obtiene un magro 6%. El Partido Los Verdes con un 3,2% y los Liberales (FDP) quedan fuera del parlamento de esta región. En este estado federado su ministro presidente en ejercicio era un representante del Partido La Izquierda, Bodo Ramelow. Un hecho anecdótico, en 1929, el partido nazi formó parte del gobierno de Turingia.
¿Qué sucedió en Sajonia? La AfD se sitúa en el segundo puesto, muy cerca de la CDU que obtiene 32% de los votos, la ultraderecha logra un 30,05% de los sufragios, el BSW se ubica en el tercer puesto con un 12 %, La Izquierda baja a un 5%, el SPD alcanza un 7,3% y Los Verdes logran permanecer en el parlamento de este estado, reuniendo un 5,1% de la votación. Nuevamente, los llamados ganadores de estos comicios en Sajonia son la CDU, AfD, y el BSW. Los perdedores al igual, que en Turingia son La Izquierda, el SPD y Los Verdes. Los liberales del FDP, quedan afuera del parlamento de Sajonia.
La última elección de este septiembre negro (domingo 22) para los partidos de la Coalición de gobierno (SPD, Los Verdes y Los Liberales) es la de Brandeburgo, estado que ha sido desde 1990 conducido por los socialdemócratas. Arriesgada fue la apuesta del ministro presidente, Dietmar Woidke de señalar previo a estas elecciones, que, si su opción estaba electoralmente detrás de AfD, el dimitiría. El SPD con Woidke ha logrado ser la primera mayoría en estas elecciones regionales obteniendo del 30,9% por sobre el 29,2% de la ultraderecha.
Un resultado muy estrecho, pero una victoria para el SPD en esta región que por supuesto tiene una relevancia a nivel nacional luego de los desastrosos resultados en los otros dos estados del este alemán para la coalición de gobierno que lidera el Canciller Scholz. Los ganadores de esta elección son: el SPD, AfD, la BSW irrumpe con un 13,5% de la votación, los desfavorecidos: la CDU baja su votación al 12,1% -3,5%, Los Verdes logran un 4,1% un -6,7%, el partido La Izquierda logra un magro 3%, un – 7,7% de los escrutinios, el partido de los Verdes y La Izquierda quedan fuera del parlamento regional.
Las razones de fondo
Luego de la alegría, la esperanza y un futuro mejor que provocó la caída del Muro de Berlín (1989) y el proceso de reunificación de las dos Alemania, a los ciudadanos del este alemán, se inició de manera vertical esta reunificación. Para expertos en política interna alemana, el proceso de reunificación tuvo un tinte más parecido a una anexión. En términos generales, la ciudadanía del este no fue consultada de los bruscos cambios en su modelo económico, que, por cierto, debía adaptarse a los nuevos cánones de la económica social de mercado de la Alemania Federal.
Muchas industrias y centros económicos del Este fueron desmantelados, lo cual produjo una cesantía importante, procesos jubilatorios prematuros, salarios muy bajos no comparados con los del oeste alemán. Los trabajadores de la Alemania del este han sido descritos cómo los grandes perdedores de la reunificación. En la actualidad se suma a estas desazones político-sociales, el temor a la migración y a la inseguridad. En este escenario, luego de más de tres décadas de reunificación, los ciudadanos alemanes del este, se sienten personas de segunda clase, no contemplados para las decisiones del pasado, tampoco del presente y del futuro por la administración del poder que ha estado radicado en Berlín, en el gobierno, en el parlamento y en los partidos políticos tradicionales.
Se ha generado la percepción de una cierta Ostalgie, el añoro del pasado, ese pasado de la República Democrática Alemana (DDR) en los ciudadanos del este. Lo descrito, es el escenario propicio y caldo de cultivo para posiciones extremas, populistas, especialmente de la ultraderecha alemana. De ahí, algunas de las explicaciones de su “histórico” triunfo electoral, como suelen llamar algunos a este avance arrollador del partido pro nazi ultraderechista, la AfD.
Corolario
Interesante es constatar que, en dos de estos tres estados analizados electoralmente, los partidos de la coalición de gobierno representan el 10,4% en Turingia, el 13,3% de la votación en Sajonia, y en Brandeburgo, elección clave para el SPD, la coalición de gobierno logra remontar por sobre el 30%. Estas elecciones en el este alemán sobre todo en los estados de Turingia y Sajonia han significado una dura derrota para el gobierno del Canciller Scholz, el cual ha hecho un llamado a no aliarse con la ultraderecha de estas regiones.
Habrá que ver cómo funcionará el tan mentado “cordón sanitario” para evitar que la AfD sea parte de algunos de estos gobiernos. Si bien, estos tres estados del este alemán no tienen una población significativa (8,8 millones de habitantes) de una Alemania de 84 millones de ciudadanos se han vueltos emblemáticos en la política interna de este país por el avance de la ultraderecha. Precisamente debido a esto, las fuerzas democráticas de esta nación deben poner un acento profundo para enfrentarlas y denunciarlas por su carácter eminentemente antidemocrático, populista, y anti estado de Bienestar.
¿Hasta cuándo la política del cordón sanitario para contener a la ultraderecha será plausible?
No habrá que actuar políticamente para neutralizarla, con agendas que tengan que ver directamente con las insatisfacciones que gruesos sectores sociales tienen con las políticas que les ofrecen los partidos tradicionales. Asimismo, se deberá competir en la base social desmintiendo las falsas promesas de la ultraderecha y a la vez ofrecer políticas que se dirijan a lo más profundo de las desigualdades sociales, políticas, culturales, fortaleciendo las políticas de seguridad social (pensiones, salud, vivienda), como así afianzando la seguridad ciudadana, el combate al crimen organizado, y la regulación de la migración, entre otras medidas imprescindibles para el futuro democrático de la sociedad alemana, No repitiendo el año 1933.