Publicidad
Una educación de calidad para Chile Opinión

Una educación de calidad para Chile

Publicidad
Agustín Foxley Bolocco
Por : Agustín Foxley Bolocco Investigador Acción Educar.
Ver Más

Chile lleva más de una década de aprendizajes estancados y de cambios estructurales fuertes.


Cada vez que se publican los resultados de pruebas estandarizadas, tanto para jóvenes (SIMCE, TIMSS, PISA) como para adultos (PIAAC), el debate público vuelve a enfrentar una cruda realidad: la mayoría de los jóvenes de Chile no ha desarrollado las competencias mínimas en matemáticas y comprensión lectora. 

Lamentablemente, esto no es novedad, y pese a que el sistema de educación escolar ha sido sometido a una serie de cambios estructurales en las últimas décadas, poco ha cambiado. ¿Cómo podemos revertir esto? En Acción Educar realizamos un estudio en el que revisamos la evidencia más reciente y exploramos los sistemas de aseguramiento de calidad de la educación de distintos países para dar con una respuesta.

La primera iniciativa que podría ayudarnos a mejorar nuestros estándares de aprendizaje es más bien obvia: brindar más apoyo a los colegios que presentan persistentemente deficiencias en sus aprendizajes (puntajes SIMCE más bajos). Si bien la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación establece que los colegios de menor rendimiento académico tienen el derecho a recibir visitas de apoyo técnico por parte del Mineduc, el despliegue de estas ha sido discreto. Considerando que las políticas públicas por lo general tienen un impacto más pronunciado en los grupos más desaventajados, es importante aumentar la frecuencia de las visitas de apoyo técnico a las escuelas con peores resultados académicos. Un camino directo para lograr esto es abrir licitaciones con el sector privado, o permitir la participación de estos en los equipos de apoyo técnico, siempre que sean contratados por el Mineduc.

Por otro lado, existe una falta de coordinación entre el sistema de visitas evaluativas de la Agencia de Calidad, las fiscalizaciones de la Superintendencia de Educación y la supervisión de los Departamentos Provinciales que reciben las escuelas. La acumulación de estas intervenciones en terreno puede interrumpir el trabajo de los colegios, además de generar una carga adicional sobre los directivos. Para mitigar este problema es necesario reforzar el rol del Mineduc como agente coordinador entre el resto de las instituciones educativas, con el fin de evitar intervenciones similares o percibidas como redundantes por los equipos docentes y directivos.

Finalmente, un incentivo para poner el foco en los aprendizajes puede ser un bono para los educadores o administradores de colegios con mejoras significativas en su desempeño académico. Para lo anterior, puede observarse o complementarse el Sistema Nacional de Evaluación del Desempeño (SNED), el cual entrega una subvención adicional para remuneraciones a los colegios mejor evaluados en el SIMCE y en los Otros Indicadores de Calidad (sondeos de autoestima académica y motivación escolar, clima de convivencia escolar, hábitos de vida saludable, entre otros).

Chile lleva más de una década de aprendizajes estancados y de cambios estructurales fuertes. Quizás podamos encontrar mejoras siguiendo una ruta más simple: con más apoyo para las escuelas que más lo necesitan, con un Ministerio de Educación que ordene y optimice los procedimientos burocráticos, y con un incentivo al desempeño para los docentes y directivos.

 

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad