
Madres con discapacidad visual: una realidad invisible
La maternidad no tiene una única forma y fechas como la de hoy son instancias fundamentales para reflexionar acerca de la ausencia que tienen las madres ciegas en el imaginario social.
En el contexto del Día de la Madre las redes sociales se llenan de mensajes conmovedores, los centros comerciales están repletos y las familias se reúnen en torno a una celebración a nivel global. Sin embargo, la realidad es que en Chile hay un grupo de mujeres que además de cumplir con el rol de ser madres, enfrentan los desafíos cotidianos que viven las personas con discapacidad visual.
Ser madre es exigente porque implica criar a otro ser humano, tanto a nivel físico como emocional. La situación para las mujeres ciegas o con baja visión es aún más difícil ya que son cuestionadas, criticadas e incluso se pone en duda la capacidad que tienen a la hora de cuidar a sus hijos, solo por el simple hecho de no ver.
Según la Encuesta de Discapacidad y Dependencia 2022, en Chile hay 2.703.893 personas con algún tipo de discapacidad de las cuales un 67,8% son mujeres. No obstante, en la actualidad son insuficientes los casos de madres ciegas o con algún tipo de discapacidad que sean visibles en campañas publicitarias, en redes sociales, medios de comunicación entre otros.
Por otra parte, poco se habla de las barreras que enfrentan las madres ciegas en el ámbito hospitalario con la falta de información accesible en las visitas prenatales, sumado a la escasez de un entorno poco adaptado para la crianza, hecho que limita la autonomía de las mujeres en su rol de madre.
A pesar de que vivimos en un sistema que en definitiva excluye a las madres ciegas, aún existen instituciones como la Biblioteca Central para Ciegos que trabajan día a día por y para las personas con discapacidad visual en los diferentes ámbitos de la sociedad, garantizando el acceso a la información y promoviendo espacios más inclusivos.
Pese a que en el año 2025 ya se han derribado varios mitos sobre las personas ciegas, todavía enfrentamos muchos prejuicios. Como madre con discapacidad visual y trabajadora de la Biblioteca Central para Ciegos, he vivido situaciones que lo reflejan claramente. Por ejemplo, muchas veces la gente le decía a mi hija que me cuidara, cuando en realidad soy yo quien debería cuidarla a ella.
Es fundamental que a nivel país cambiemos la percepción de La crianza tradicional porque no necesariamente tiene que ser a través de la vista, en el caso de las mujeres con ceguera ellas pueden utilizar también el oído, el tacto y el olfato. Su forma de cuidar es distinta pero no por eso menos valida, lo que verdaderamente puede perjudicar es la falta de apoyo, la poca accesibilidad y respeto por las diversas formas en que se cuida y ama a un hijo.
La maternidad no tiene una única forma y fechas como la de hoy son instancias fundamentales para reflexionar acerca de la ausencia que tienen las madres ciegas en el imaginario social. Es tarea de cada uno romper con los estereotipos que se exacerban especialmente por la idea comercial que existen en el Día de la madre en Chile.
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