
Competencias digitales y brechas de género en la educación: el rol de la autoeficacia
Es difícil que el florecimiento del talento nacional alcance su máximo esplendor si no se producen cambios en el escenario educativo actual.
A principios del mes pasado comenzó a funcionar la Mesa Técnica por una Educación sin Brechas de Género. Esta iniciativa indica entre sus objetivos desarrollar estrategias que promuevan un aprendizaje equitativo, libre de estereotipos de género en las aulas educativas, principalmente en lo referido a las materias de matemáticas y lenguaje. Si bien estos ámbitos de la educación son muy relevantes en lo que respecta a brechas de género, quisiéramos resaltar dos aspectos que nos parece deben considerarse en esta discusión: las competencias digitales y la autoeficacia digital.
Durante las últimas décadas, la tecnología ha mantenido un ritmo de desarrollo vertiginoso, impactando sobremanera la vida en sociedad. Sin embargo, las tecnologías no penetran por igual en todos los grupos, particularmente en lo que respecta al género. Tal como señala la Undécima Encuesta de Acceso, Usos y Usuarios de Internet en Chile, realizada por la Subtel, al momento de utilizar internet fuera del hogar, los hombres reportan consistentemente mayor frecuencia en espacios abiertos como calles o plazas (39%, contra un 34% de las mujeres), en el espacio laboral (66% hombres y 49% mujeres) y en lugares para educación y/o capacitación (mujeres: 23%; hombres: 27%).
Estas cifras contrastan con los resultados del último ICILS 2023 (International Computer and Information Literacy Study), un estudio internacional en el que participan 35 países y que se centra en medir la alfabetización digital en estudiantes de octavo básico mediante. En esta prueba, que mide tanto conocimientos como habilidades, las niñas promediaron un puntaje más alto que los niños. Entonces, ¿cómo podría entenderse que las niñas demuestran mayor conocimiento, pero las brechas de uso se mantienen?
Una posible respuesta se puede encontrar en el concepto de autoeficacia digital. Este concepto se puede definir, en pocas palabras, como las expectativas en torno a la capacidad para aprender o realizar una tarea mediada por las tecnologías. A diferencia del concepto de competencias digitales, que se mide a través de pruebas estandarizadas, la autoeficacia digital es una medida de autopercepción, es decir, depende de la impresión subjetiva que tiene la persona sobre sí misma.
Varios estudios presentan una distinción entre dos tipos de autoeficacia digital: una general y otra especializada. Mientras la primera alude a tareas más básicas, como buscar información en internet o editar imágenes en redes sociales, la segunda apunta a acciones que requieren mayor complejidad, como saber utilizar un lenguaje de programación o desarrollar una página web.
En sus resultados, ICILS 2023 demuestra que, si bien las mujeres suelen presentar mayores grados de autoeficacia general, en la autoeficacia especializada los hombres son quienes superan a su contraparte. Por lo tanto, no han dejado de hallarse diferencias que inclinan a los hombres a percibirse como más preparados para involucrarse en ámbitos que exigen saberes técnicos-computacionales avanzados.
Estos hallazgos reflejan un rol gravitante de la dimensión tecnológico-digital en la valorización personal en función del género. Si las mujeres tienden a sentirse menos autoeficaces para tareas avanzadas, a pesar de presentar mayores competencias que sus pares varones, es riesgoso que producto de esta autopercepción se cierren las puertas para seguir trayectorias de vanguardia en torno a la innovación digital y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Considerando la importancia que se le ha dado a la oportunidad de producir valor agregado en ámbitos de tecnologías e inteligencia artificial en la discusión de nuestro modelo de desarrollo, el país necesita que sus mentes más brillantes pongan sus esfuerzos en esta tarea. Sin embargo, los contextos educativos suelen reproducir estereotipos que no alientan a las niñas a emprender rumbo en este tipo de carreras.
Es difícil que el florecimiento del talento nacional alcance su máximo esplendor si no se producen cambios en el escenario educativo actual. Por lo mismo, nos parece relevante incorporar el ámbito digital, en particular la autoeficacia, en espacios como la mesa técnica de educación sin brechas de género.
Estas trincheras aún han sido muy poco exploradas, pero podrían traer grandes contribuciones para comprender las dinámicas que forman parte de esta brecha de género, con tal de alcanzar una sociedad más equitativa.
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