
En defensa de Gabriela Mistral
Ahora solo queda ver qué decisión toman nuestros honorables congresistas, ya que la idea no posee unanimidad, pero sí fuerza.
Chile, país de poetas. Una frase que ya se ha vuelto insignia de nuestra nación, dada la larga lista de grandes escritoras(es) que han nacido en nuestro país. Y vaya que hace justicia a los hermosos y poderosos versos que han agigantado la fama de nuestro país por el resto del mundo. Lastimosamente a la vez, también nos hemos creado la mala fama de no reconocer, principalmente en vida, a nuestros magnos literatos, siendo un gran ejemplo el hecho de que Gabriela Mistral, una eminencia total sin lugar a dudas, haya obtenido el Premio Nobel antes que el Premio Nacional de Literatura. Un total absurdo que reflejó la falta de reconocimiento hacia una persona cuya historia es, a lo menos, un ejemplo de ingenio, esfuerzo y humanidad.
Esta columna nace a raíz de la idea de renombrar la Región de Coquimbo por el nombre de Gabriela Mistral, lo cual no solo vendría a otorgar cierta justicia histórica hacia la nombrada poetisa, sino también a reafirmar la idea y el compromiso por generar memoria, reconocimiento y poner como ejemplo esta figura literaria fundamental para Chile y Latinoamérica.
Mujer diplomática, poetisa, campesina, regionalista y sobre todas las cosas una pedagoga empedernida que veía en la educación su fuente de creación y lucha diaria. Fue autora intelectual del sistema educacional mexicano a pedido del ministro de Educación José Vasconcelos, el cual se mantiene en su esencia a salvo de ciertas reformas; en 1927 publica en París un artículo que abogaba por los derechos del niño, poniendo énfasis en el derecho a la salud, alegría, educación y algo particularmente llamativo: derecho a nacer ante instituciones “libres e igualistas”. Una adelantada a su época por donde se le analice.
Todo esto habla de la grandeza que fue, es y representa nuestra gran Gabriela Mistral, encarnadora, además, de valores fundamentales para nuestra sociedad y nación, como la paz, educación, compasión y altruismo, pero que también viene a revalorizar el rol de la poesía y la literatura como herramienta social de unidad y congregación.
Por otro lado, es necesario memorar a nuestras figuras femeninas e ir equilibrando la cancha en un país donde la clásica figura masculina, principalmente bélica, ha sido y es la más evocada y celebrada. Y si bien muchos de ellos han sido elementales para nuestra independencia y soberanía nacional, y debemos darles reconocimiento, ¿es necesario investirlos de tanta gloria y fama, sobre todo cuando personifican momentos crudos, de muerte y división?, ¿son valores necesarios hoy en día?
Ahora solo queda ver qué decisión toman nuestros honorables congresistas, ya que la idea no posee unanimidad, pero sí fuerza. Para poder cambiar el nombre de la Región de Coquimbo se requiere modificar la Ley 21.074 sobre regionalización, lo cual significa una presentación, debate y aprobación en ambas Cámaras del Congreso Nacional.
En este proceso es transcendental la voz ciudadana y el apoyo que reciba, ya que requiere de mucha base social que permita alzar el nombre de Gabriela Mistral como baluarte de la región en cuestión. Citando a Gabriela: “Tener patria es un regalo al que de tarde en tarde hay que corresponder”, y vaya cuánta patria le debemos a la inigualable primer Premio Nobel de Literatura en Latinoamérica, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nombre legal de Gabriela Mistral.
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