
La pobreza, prioridad nacional
Pero la pobreza no solo son promedios, que a veces no nos dejan ver la magnitud del problema. Por ello, sería beneficioso incorporar las mediciones de pobreza severa y de vulnerabilidad que se proponen.
Hace una década que el Estado, bajo el gobierno del Presidente Piñera, acordó revisar y actualizar nuestro sistema de medición de pobreza. Así, años de propuestas al respecto desde instituciones como la nuestra, tomaron forma en la Comisión de entonces, bajo la cual se acordó hacer dicha actualización cada diez años. Hace unos días, la nueva Comisión convocada por el Presidente Boric entregó la nueva propuesta, y como tal, propone importantes desafíos.
El primero es aceptar que la pobreza de hoy requiere indicadores distintos y más exigentes, acordes con el desarrollo que hemos sostenido.
Lo segundo es asumir que las cifras de pobreza serían bastante más altas si se incorporara esta actualización: posiblemente sobre un 20%. Es decir, con parámetros más exigentes, estamos mucho más lejos de la superación de la pobreza que lo que se pensaba. Así, esta propuesta nos permite volver a poner en el centro de las prioridades un problema que afecta a millones de chilenos y chilenas del país.
Por ello, valoramos enormemente los avances metodológicos y complementarios propuestos por la Comisión, que facilitarán urgentes decisiones en materia de políticas sociales. Desde los inicios de la Fusupo, hace 30 años, hemos planteado que la revisión de estos parámetros debe ser permanente, porque el fenómeno de la pobreza es dinámico y heterogéneo.
En cuanto a la propuesta que actualiza la medición de pobreza multidimensional, destacamos la incorporación de nuevos indicadores, no solo de acceso, sino también de calidad en alimentación, educación, salud preventiva y cuidados no remunerados, aspectos que generan importantes brechas, especialmente para las mujeres. Asimismo, nos parece positivo equilibrar el peso de las dimensiones en la medición.
En pobreza por ingresos, la incorporación de una canasta saludable es un gran paso. Los alimentos a los que tenemos acceso según nuestros ingresos no dan lo mismo, determinan de manera importante otros aspectos de la vida como la salud. Por otra parte, la corrección que se hace sobre el cálculo del alquiler imputado y las líneas separadas entre propietarios y arrendatarios, son un cambio muy anhelado. Se sabía que aumentaría de manera importante el cálculo de la pobreza, pero es absolutamente necesario para poder identificar y caracterizar con mayor precisión quiénes la enfrentan. De igual forma, destacamos que en la actualización de la canasta se incorpore la conectividad digital, indispensable en el Chile de hoy.
Pero la pobreza no solo son promedios, que a veces no nos dejan ver la magnitud del problema. Por ello, sería beneficioso incorporar las mediciones de pobreza severa y de vulnerabilidad que se proponen. Además, junto con la Comisión, insistimos en que el país debe hacer mediciones longitudinales en forma permanente, es decir, hacer un seguimiento en el tiempo a los hogares, no tomando solamente “la foto” de un momento, sino que analizando la evolución y dinámica de entrada y salida de la pobreza que viven muchas familias.
Por último, las variaciones en las cifras no deben asustarnos, sino ocuparnos. Este esfuerzo realizado por la Comisión debe contar con un amplio apoyo de todos los sectores políticos, sociales y empresariales. Un problema país requiere un compromiso colectivo. Lo que se propone es subir las exigencias, medir mejor el avance del Chile de hoy y así poder enfrentar con mayor fuerza un problema social urgente y doloroso, que está lejos de desaparecer de las prioridades del país.
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