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La silenciosa guerra de sabotajes de Rusia en Europa
Durante la guerra contra Ucrania, Moscú ha establecido una red de agentes para llevar a cabo actos de sabotaje en países europeos. ¿Qué se puede hacer al respecto? Expertos ofrecen recomendaciones en un estudio.
Para librar una guerra híbrida contra Europa, Rusia ha creado una red de agentes que vincula estrechamente a las agencias estatales con el crimen organizado.
Con frecuencia, se recluta a hombres que hablen ruso con antecedentes penales para realizar actos de sabotaje en Europa. Esta es la conclusión a la que llegaron expertos de la organización no gubernamental GLOBSEC y del Centro Internacional para la Lucha contra el Terrorismo (ICCT) en un estudio conjunto titulado El nexo entre crimen y terrorismo en Rusia: la criminalidad como herramienta de la guerra híbrida en Europa.
Las conclusiones de dicho informe se presentaron el 5 de noviembre en Bruselas, en una reunión de la Comisión Especial del Parlamento Europeo sobre el Escudo de Defensa Europeo (EUDS). El estudio sitúa las tácticas de Moscú en el contexto de la guerra contra Ucrania y demuestra que “las operaciones híbridas no son un elemento secundario, sino un pilar fundamental de la estrategia rusa”.
Los investigadores comparan esta táctica de liderazgo ruso con los métodos del Estado Islámico (EI), una organización terrorista que, en su momento, reclutó delincuentes en Europa. “En esta ocasión, sin embargo, no se trata de una organización terrorista, sino de un actor estatal que dirige el reclutamiento y las operaciones”, subraya el estudio.
Hombres rusoparlantes con antecedentes penales
La investigación reveló que, entre enero de 2022 y julio de 2025, se llevaron a cabo 110 intentos de sabotaje y atentados vinculados a Rusia en Europa, principalmente en Polonia y Francia. De estos, 89 tuvieron éxito y 21 fueron frustrados. Los autores del estudio enfatizan que el número de intentos de sabotaje frustrados probablemente sea mucho mayor, ya que los servicios de inteligencia no siempre divulgan esta información.
Los expertos también identificaron a 131 personas involucradas en estos incidentes. Al menos 35 de ellas tenían antecedentes penales y fueron reclutadas en prisión o a través de organizaciones criminales. Según el estudio, el Kremlin recluta principalmente a hombres de alrededor de 30 años para operaciones de sabotaje en Europa. Estos hombres suelen provenir de un Estado perteneciente a la extinta Unión Soviética, son rusoparlantes y se encuentran en circunstancias difíciles. El reclutamiento a menudo se realiza en línea, principalmente a través de Telegram, así como mediante familiares y amigos.
El principal incentivo para reclutar saboteadores es el dinero. Las sumas varían desde unos pocos euros por distribuir panfletos prorrusos hasta cantidades considerables por intentos de ataques contra infraestructuras críticas, según indica el estudio.
Venganza contra Europa por la ayuda a Ucrania
Para financiar estas actividades, Moscú habría utilizado, entre otras cosas, medios ilegales para eludir las sanciones occidentales. “Estos canales permiten al Kremlin sortear las restricciones, al tiempo que integra aún más las redes criminales en su estrategia de guerra híbrida”, concluyen los autores del estudio.
Además, “los flujos financieros ilegales, el crimen y las operaciones híbridas no son desafíos aislados, sino elementos de un único plan de acción”. Y añaden: “La campaña militar de Rusia -bombardeos, incendios provocados, intentos de asesinato- debe considerarse tanto un castigo por el apoyo de Europa a Ucrania como una preparación para un posible conflicto mayor”.
Estrechos vínculos con el crimen organizado
El uso de delincuentes por parte del Gobierno ruso para lograr sus objetivos no es nada nuevo, explica Dominika Hajdu, de GLOBSEC. Según ella, quienes vivieron al este del Telón de Acero aún recuerdan bien cómo la escasez crónica de suministros en la Unión Soviética creó y reforzó la dependencia de la sociedad respecto a la economía sumergida.
Tras el colapso de la Unión Soviética, a diferencia de otros países poscomunistas, la lucha contra la corrupción no fue una prioridad en Rusia. En cambio, los métodos corruptos se convirtieron en la norma y en la forma de trabajar de las autoridades.
El político polaco Bartłomiej Sienkiewicz también considera que el uso de métodos criminales y los vínculos con el mundo del crimen organizado por parte del Gobierno ruso es una práctica de larga data. Sienkiewicz es miembro del Parlamento Europeo y pertenece al Grupo del Partido Popular Europeo (PPE).
¿Qué debería hacer la UE?
En una entrevista con DW, Sienkiewicz no duda en afirmar que el Kremlin mantiene vínculos con el mundo del crimen organizado para reclutar agentes en Europa. El problema radica en “cómo debemos reaccionar ante ello”.
Sienkiewicz se refiere a los recientes movimientos de drones en los aeropuertos, que paralizaron el tráfico aéreo en esos lugares. “Nadie los derribó. Queremos tomar medidas contra las personas reclutadas por Rusia, pero las actividades en Telegram aún no han podido ser detenidas, a pesar de que la UE debería controlar este tipo de plataformas”, lamenta el eurodiputado.
Los autores del estudio intentan formular una serie de recomendaciones para posibles respuestas de la UE. Entre ellas se incluye una mejor supervisión de las plataformas en línea, en particular de Telegram. Como paso adicional, recomiendan la ampliación de la definición del concepto “amenaza híbrida”.
Esto se debe a que las doctrinas y estrategias nacionales de muchos países no tienen suficientemente en cuenta el papel de “actores no estatales, como organizaciones criminales, representantes motivados ideológicamente o individuos que actúan por interés propio”. Son precisamente estas “lagunas legales” las que permiten a Rusia negar su culpabilidad o participación en ataques y actos de sabotaje.