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«El problema de la derecha es hacerse cargo de la dictadura sin apoyarla»

La historiadora y académica de la Universidad de Chile advierte que el principal desafío que tendrá Joaquín Lavín en la campaña presidencial será evitar que sus medidas populistas entren en conflicto con un sistema económico rígido, como el neoliberal.


«Con las riendas del poder: la derecha chilena del siglo XX» se llama el nuevo libro de la historiadora Sofía Correa Sutil. En él la académica de la Universidad de Chile plantea que la derecha de hoy en día es la misma que antes del régimen militar, desechando aquella idea de que después de este período nace una "nueva derecha", caracterizada por ser un cuerpo empresarial y apto para el desarrollo capitalista.



Sofía -casada con el historiador Alfredo Jocelyn-Holt y hermana del subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil- señala que el principal éxito de la derecha es haber logrado crear y aplicar una institucionalidad política económica y social que la favorece (durante el régimen militar), ejecutada hoy por la Concertación.



El libro surgió fruto de un arduo trabajo, que incluyó su tesis de doctorado en la Universidad de Oxford, y de una inquietud personal sobre el tema. Con él en la mano -afirma- es posible entender mejor a la derecha actual.



-A su entender existen visibles similitudes entre el Partido Conservador y la UDI, y entre el Partido Liberal y RN.
– Si bien el Partido Conservador era el brazo político de la Iglesia hasta la década del 60, la UDI no es un partido eclesiástico, pero estructuralmente sigue siendo jerárquico, donde las diferencias se juegan en una instancia cerrada y desde afuera se ve como un todo homogéneo, derivado de la estructura eclesiástica. En cambio el Partido Liberal era anticlerical y más díscolo.



-¿Qué diferencias fundamentales observa entre RN y la UDI?
-Un estudio de Patricio Navia y Alfredo Joignant muestra que la mayoría de los miembros de la UDI ha estudiado en colegios católicos y luego en la Universidad Católica. Mientras que en RN hay una gran cantidad de personas que ha estudiado en liceos públicos y en la Universidad de Chile. Además, en la UDI hay un grupo generacional muy marcado (los discípulos de Jaime Guzmán), de menor edad que en RN, con relaciones de parentesco y una red más bien homogénea. Por lo tanto, la principal diferencia sería cultural, de sensibilidades diferentes, que requieren de dos partidos que las representen.



La tensión que debe enfrentar Lavín



-En la primera parte del libro, dice que la derecha se caracteriza por representar la defensa del pasado y la tradición y, la izquierda por promover el cambio y la modernidad. ¿Cómo se explica entonces que el éxito del lema de Joaquín Lavín en las elecciones pasada haya sido ‘Viva el cambio’?
– Eso forma parte de la discusión sobre qué significa ser de derecha. Lo interesante es que no existe un solo concepto de derecha, sino que éste va cambiando a través del tiempo de acuerdo a su antónimo, que es la izquierda. Como la derecha se inserta en la modernidad, y ésta se caracteriza por estar en permanente cambio, para conservar aquello que es esencial a su visión de mundo y a sus intereses la derecha debe sumarse al cambio. La dictadura, por ejemplo, transforma radicalmente el modelo económico social y la institucionalidad política, pero lo hace para mantener ciertas tradiciones.



-¿Cómo puede garantizar Joaquín Lavín que cumplirá sus promesas de campaña si debe, además, cumplir con las expectativas de la derecha?
– Lo que él ofrece a ese 40% del electorado son cuestiones materiales tangibles, lo que la gente necesita, como el acceso a la salud y a la educación. Esas necesidades no representan mayor tensión, a no ser que se transformen en políticas populistas, como las que realizó cuando fue alcalde de Santiago. La tensión se produce por mantener un diseño económico social neoliberal estricto y, a la vez, responder a las demandas populares, que entran en contradicción con las exigencias del modelo.



-Debe ser muy difícil para Lavín ampliar su electorado y a la vez dejar contento a su voto más duro.
– Ese es el desafío. Hay muchos temas complicados, como su participación en el régimen militar, el que no concita el apoyo de la ciudadanía. La idea de ‘miremos al futuro y no al pasado’ que se repite tanto hoy día es una manera de olvidar lo que sucedió en la dictadura y los horrores que se cometieron contra los derechos humanos. Ese es el gran problema de la derecha en general: cómo hacerse cargo de la dictadura sin apoyarla. A esto se agrega el problema de las platas en el Riggs que hace percibir a Pinochet de forma diferente a como la derecha lo había presentado. Lo cual está relacionado con la percepción de que es imposible que no Pinochet no haya sabido que habían centros de tortura en el país.



El apoyo electoral de la derecha



-Usted menciona en su libro la necesidad de la derecha de ganar votos de otros sectores para poder llegar al poder.
-Es otra de las características de la derecha, que teniendo su núcleo central vinculado a los sectores propietarios, para poder actuar en política tiene que ampliarse hacia otros sectores. Al hacerlo tiene que cambiar su discurso y sus modos políticos. De ello depende el éxito de la derecha y su representación parlamentaria.



-Pero tradicionalmente la derecha ha tenido un amplio apoyo electoral.
-El partido Liberal y el Conservador en la década de los 40′ llegaron a un 40% del electorado. Claro que en ésa época existían prácticas como el clientelismo, el cohecho, el universo electoral era muy reducido y existía un voto campesino cautivo. Después, la derecha fue perdiendo su apoyo electoral, el que luego del 64 quedó reducido a casi nada, aunque en las elecciones siguientes la derecha recupera terreno. Aún así es sorprendente el resultado obtenido por Joaquín en las últimas elecciones presidenciales.



Debilitamiento de los partidos



-¿Cuál fue el principal error de la derecha a la luz de la historia?
-El año 65′ la derecha quedó destruida después de entregarle su apoyo incondicional a Eduardo Frei Montalva (DC), sin haber negociado ese apoyo. Se vio en una situación de tal orfandad que no negocia, lo que produce la desaparición de esa derecha (el Partido Liberal y Conservador, luego de lo cual surge el Partido Nacional)



-¿Ese debilitamiento tiene que ver con que ya no es el único canal entre los empresarios y el Gobierno?
-Efectivamente, hoy el empresariado no necesita vincularse a los partidos de derecha y se relaciona directamente del Gobierno. Eso habla de la debilidad de los partidos políticos de hoy. Eso es preocupante, porque son los partidos los que al apelar al electorado recogen las necesidades del conjunto de la sociedad. En cambio, el empresariado no tiene esa función y está velando por sus propios intereses, a pesar de que intenten vincularlos con las necesidades del país. Identificación que el Gobierno de Lagos se compró.



-¿Como se resuelve ese problema?
-Apelando a los medios. Se utiliza a los medios de comunicación para relacionar la política con la ciudadanía, con la diferencia de que los medios no negocian y no procesan las necesidades populares. Simplemente son fuertemente manipulados y son reflejo de los diseños comunicacionales que se realizan en La Moneda.

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