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Expertos plantean adoptar medidas ante derretimiento de glaciares chilenos

Si bien aún no ha afectado en forma patente a la población chilena como en otros lugares del mundo, el retroceso de los glaciares es un hecho y se proyectan grandes cambios. Expertos nacionales e internacionales explican los alcances de este fenómeno y coinciden en que si bien es posible mitigar los efectos, el proceso de derretimiento ya no es reversible.


La ciudad de El Alto, en Bolivia nuevamente enfrenta problemas con sus recursos hídricos. Esta vez, la discusión no gira en torno a quién administra el vital elemento, sino al futuro agotamiento del recurso debido al sostenido derretimiento de los glaciares que alimentan la cuenca Tuni, que es de donde se extrae 85% del agua potable para la zona.



Al otro lado del mundo, en el ártico canadiense, los indígenas Inuit tienen problemas con su normal forma de vida ligada al mar y la tierra, ya que durante siglos han interpretado los ciclos climáticos y se han basado en estos para organizar su alimentación y recursos. Hoy, simplemente no entienden los cambios del clima.



A nivel macro, y según un informe realizado por la expedición Polaris, el hielo ártico e en la región del Polo Norte ha disminuido 40% en los últimos 30 años y actualmente presenta el mayor desgaste desde 1979.



Estos hechos están directamente relacionados al cambio climático y al aumento de las temperaturas. Y si bien aún no ha habido consecuencias tan evidentes para Chile, ya hay indicios de las problemáticas que se enfrentarán en un futuro no muy lejano en nuestro país.



Derretimiento de glaciares



«Varios glaciares chilenos han experimentado cambios en retroceso y adelgazamiento, especialmente en La Patagonia, donde se ha visto gran aceleramiento en Campos de Hielo Sur y Campos de Hielo Norte. Esto, explica en parte la desaparición del Lago Témpanos", sostiene Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS).



En los últimos 50 años, los Campos de Hielo han registrado una baja de 5% y en la Región de Los Lagos los glaciares han descendido 15%.



El geógrafo, que ha estudiado durante más de 17 años los glaciares de Chile, añade que más al norte los descensos son mayores y que en el mismo período ha habido un retroceso de 20%. Y agrega que el efecto se verá en los caudales de los ríos que se alimentan por nieve y hielos.



«Ya estamos observando en los ríos Maipú y Cachapoal, por ejemplo, que en años secos los caudales aumentan en volumen», precisa, una situación que estaría directamente relacionado con el derretimiento de los glaciares.



El experto puntualiza que hay que evaluar más en detalle los pronósticos de estos caudales para evaluar si se pueden determinar descensos futuros. Y anticipa que es probable se produzca el mismo fenómeno que viven actualmente en Bolivia.



En palabras simples, los glaciares funcionan como reservorios naturales de agua, y al haber derretimiento acelerado se produce un incremento de los caudales. Eso es lo que vivieron en la ciudad del Alto por unos años, pero actualmente se está empezando a revertir.



«Ya observamos el inicio de una pérdida del recurso hídrico y se calcula que en la próxima década se entrará en una curva inversa del aumento de caudales, lo que significará una disminución muy significativa de los glaciares y por ende de los recursos hídricos", explica Edson Ramírez, director de la Unidad de Glaciología del Instituto de Hidráulica e Hidrología de la Universidad Mayor de San Andrés de Bolivia.



Efectos en la flora y fauna



Konrad Gajewski, doctor en meteorología y oriundo de Canadá, advierte que la distribución de muchas especies cambiará junto a las nuevas distribuciones del clima y que el impacto dependerá de cada región, por lo que están estudiando los reales efectos para las especies.



Rivera puntualiza que "en el caso de Chile, el derretimiento de los glaciares y hielos no tiene mayores efectos sobre la fauna de Chile continental, por su ubicación. En todo caso, sobre el hielo existen comunidades de bacterias y algas que sí se verán dañadas directamente, pero las consecuencias recién se están empezando a estudiar".



En el caso de la Antártica, hay efectos sobre comunidades como la de los pingüinos, "que tendrán que migrar dependiendo del colapso del hielo flotante y de la reducción del hielo marino, pero en este caso tampoco se verán demasiado afectados. Es distinto a otros lugares del mundo, como en el Ártico Canadiense, donde hay suelos helados y los cambios que se están produciendo en zonas costeras afecta tanto a animales como a personas", agrega el geólogo.



La situación también ha complicado el trabajo de militares chilenos en la Antártica, porque los cambios de temperatura producen grietas en los glaciares, lo que es altamente peligroso. Y los científicos también se han visto afectados, ya que cada vez es más común que se produzcan fracturas en los hielos lo que hace muy complicado desplazarse por ciertas zonas.



Medidas y desafíos



El grupo de Trabajo de Nieves y Hielos Andinos se dedica al estudio de glaciares en América Latina desde 2003. Se han coordinado entre distintos países, entre los que se cuentan Chile, Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia.



Se reúnen anualmente y la conclusión principal a la que llegaron en la última reunión realizada en México, en mayo pasado, es que el proceso de derretimiento de los glaciares es acelerado y desde inicios de los años 80 se ha incrementado.



Rivera y Ramírez forman parte del equipo y ambos coinciden en que ya no se puede evitar el derretimiento que se ha iniciado, ni el problema del cambio climático, "ya que seguirán aumentando las temperaturas y el nivel del mar, aunque logremos detener las emanaciones de gas invernadero a la atmósfera", advierte el experto chileno.



El desafío es tomar medidas de adaptación, dirigidas a que los cambios que inevitablemente sucederán "tengan menores efectos y podamos adaptarnos y controlar en cierta medida lo que se está produciendo".



Para ello, es vital la toma de conciencia a nivel ciudadano y gubernamental y que se adopten medidas de cambio energético, de contaminantes a limpias. Y sobretodo que se mejore el uso y manejo de los recursos naturales.



Sostiene que no se debe ver como un tema "medioambiental" separado de los problemas "reales" de la población, ya que a la larga afectará a todos. "Y dentro de los más afectados estarán los más pobres, que no tendrán los recursos para adaptarse a estos cambios. Nuestro medioambiente está íntimamente ligado a la igualdad y calidad de vida de las personas".

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