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La ministra del jarro en su «semana horribilis»

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Gracias al link Gobierno Transparente sabemos que esta Ministra tiene de asesor a un «Diseñador Teatral» que tiene por función entregar un «Informe mensual con la evaluación del concepto central y discurso para la gestión de la Sra. Ministra y el Ministerio. Y además un informe mensual con la asesoría en la planificación estratégica de la agenda pública y comunicacional de la Sra. Ministra y el Ministerio».


Una semana de furia de la Ministra Jiménez fue la que pasó. Al comienzo de ella se despacha a la directora de CONICYT Vivian Heyl por los problemas en un programa sobre cargado, mal diseñado, mal gestionado, y dejado a la deriva por malos funcionarios públicos, como el programa Becas Chile. Y al otro extremo de la semana, da un portazo, tempranito en la mañana, en las narices de  todos los profesores que creían en el fin del eclipse de la deuda histórica mediante una compensación simbólica. Fue contundente, como contundentes son las personalidades autoritarias: «¡La deuda no existe!».

Tal vez, no se trata de una semana de furia, tal vez se trate simplemente de formas de ser, de temperamentos. Recordemos que durante el paro anterior por el bono SAE, al bajarse del avión que la traía de una confortable visita en Paris, demonizó a la movilización de los profesores con un rotundo «Están dinamitando la Educación Pública». Recordemos además, ni qué decirlo, aquella oportunidad en la que una niña llena de impotencia ante la muralla china que tenía al frente, en un arrebato adolescencial, lanza un poco de agua desde un jarro que estaba ahí a la mano sobre el rictus férreo de la ministra. 

Ni semana de furia, ni temperamentos, tal vez se trate más bien de una estudiada mise-en-scène pues, gracias al link Gobierno Transparente sabemos que esta Ministra tiene de asesor a un «Diseñador Teatral» que tiene por función entregar un «Informe mensual con la evaluación del concepto central y discurso para la gestión de la Sra. Ministra y el Ministerio. Y además un informe mensual con la asesoría en la planificación estratégica de la agenda pública y comunicacional de la Sra. Ministra y el Ministerio». Seguramente debe de tener un riguroso plan de estudio del sistema Stanislavsky que le prescribe recurrir a experiencias del pasado para reproducir, en este caso, su producción teatral autoritaria. Como toda buena duquesa de château que dice ser de la Concertación (hay muchas), habrá sufrido (y lo lamentamos muy sinceramente) los embates de la dictadura que hoy por hoy seguro le permiten reproducir esa dureza de trato. Como sea, de lo que sí podemos estar seguros, es que no ha recibido formación directa del Director de Comunicaciones (el «cuarto ministro») de La Moneda, ni de su equipo, pues en ese caso seguro tendríamos una ministra más simpática y en «conexión» con el pueblo.

Se sabe que el Ministerio de Educación es uno de los ministerios difíciles, por su alta politización e ideologismo. No sólo porque todos se creen expertos en educación, desde los becados que llegan como funcionarios con una formación «paperista» (pues sí, son expertos en «papers in, of and on education«) hasta el veterano que «conoce» el sistema escolar y «conoce» cómo se debe de hacer las cosas en ese enorme elefante ministerial. Lo claro es que no sólo se debe mirar la paja en el ojo ajeno (Conicyt) pues el lobby (ese tremendo madero) que se tiene en el ojo propio puede enceguecer la mirada autocrítica. Y no sólo hay que escuchar las minutas del Ministerio de Hacienda, también se debe escuchar lo que dicen los propios actores.

Sobre el lobby desregulado. Hace algunas semanas, la comunidad de investigadores de ciencias de la educación, supo que el Fondo de Investigación y Desarrollo en Educación (FONIDE), administrado por el Ministerio de Educación, había resuelto que de 106 Proyectos presentados para obtener recursos financieros para investigación de y en el sistema escolar, 10 fueron los proyectos seleccionados para recibir esos recursos. De esos 10 proyectos, 7 corresponden a universidades católicas, es decir universidades privadas. Otro proyecto se lo adjudicó la Fundación Chile, también institución privada y vinculada a la Universidad Católica a través de su Centro de Investigación en Educación.

No conocemos la lista oficial de jueces, pero sería lamentable que en ella también encontráramos una desproporción como esta, es decir, que tuviese jueces o con voz o con voto de entidades privadas y católicas. Como sea, esta Ministra (ex rectora de universidad católica) debe también cuidar las formas en su propio Monasterio (perdón, quise decir Ministerio) y no sólo en el Conicyt. Porque el lobby en todos los temas de educación debe regularse de una buena vez en todo ese ministerio, donde los nombres y las redes de la pléyade de expertos se repiten con una muy alta frecuencia.

Sobre a quién escuchar. En una investigación que realizamos el año pasado les preguntamos a más de 2.500 estudiantes qué pensaban de su colegio. El 50% de estos estudiantes de liceos municipales, particulares y subvencionados de la región metropolitana y Rancagua siente que al «colegio le importa más que nada nuestros rendimientos en las notas, en el SIMCE, en la PSU, etc.«, o simplemente que al «colegio le importa bien poco que aprendamos los contenidos, que seamos buenas personas o que tengamos un buen rendimiento«. Ante esta alerta de los estudiantes decidimos hacer este año 2009, 21 focus group a estudiantes de pedagogía, a académicos de Facultades de Educación y a profesores que ejercen en el sistema escolar, en la zona norte, central y sur de Chile, en ciudades como La Serena, Santiago, Temuco o Valdivia, y claro está en instituciones públicas y privadas.

Termino con una cita larga de uno de los entrevistados: «Desde la experiencia mía, el estudiante más que ser formado o ser educado es instruido. Entonces, el cabro es entrenado para enfrentar a un SIMCE, lo entrenan. Entonces, dejas de lado el programa escolar para el año porque hay un SIMCE y todo gira en torno a eso y ¿por qué yo he llegado hasta la rectoría de colegio público municipal? Porque el alcalde tiene la presión de exhibir buenos puntajes no sé pues para obtener votos, el DAE tiene el compromiso de exhibir buenos puntajes para que el alcalde no le corte la cabeza y así viene hacia abajo. En el sistema privado, que también he sido rector de colegio privado eso a nosotros no nos interesaba, colegio privado de Iglesia era un trámite que había que hacer no más si iba bien, si iba más o menos bien, si iba mal, bien, porque estaba asegurada la matricula en estos colegios de Iglesia por el prestigio de la orden religiosa pero en el mundo público los puntajes te significan clientes, matrícula. No sé… sí, es un sistema vicioso desde mi perspectiva y bajo mi postura ética es un sistema viciado».

*Jaime Retamal es académico Facultad Humanidades Departamento Educación USACH.

 

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