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La elección más politizada y belicosa del Colegio Médico

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Se dice que uno es demasiado proclive al gobierno y el otro manejado por un diputado socialista. También se acusa la doble militancia de algunos candidatos a la directiva en el gremio y el ministerio de Salud. Y se ventilan las historias de quiebres y diferencias entre los que fueron amigos inseparables y ahora no se dirigen la palabra. La elección en el gremio profesional más poderoso de Chile está que arde.


“Quiero que vayas como vicepresidente en mi lista para apoyarte después como presidente”, esta fue según Enrique Paris, la propuesta de Pablo Rodríguez, el actual presidente del Colegio Médico cuando supo que el pediatra de la Universidad Católica competiría con él en las elecciones  que se realizarán entre el 26 y el 29 de este mes.

Según cuenta Rodríguez, esta propuesta existió pero Paris “nunca me contestó”.

Lo cierto es que este intento por formar una lista de consenso, ocurrió según Paris en junio de 2010, prácticamente un año antes de que Rodríguez deba dejar su cargo como mandan los estatutos.

Y la dinámica de que un presidente saliente apoye a otro tampoco es nueva. Ocurrió en 2007 cuando el actual diputado PS,  Juan Luis Castro, entonces presidente del gremio, en un encuentro en Concepción donde se reunieron los consejeros nacionales, “proclamó en una comida con mucha pompa”, según relatan testigos, a Pablo Rodríguez, quien era vicepresidente, y fue elegido en el máximo cargo de la agrupación, por el período 2008-2011.

Rodríguez, según cuenta él, venía triunfante de una “negociación muy dura con la Marisol Barría y Ricardo Fábrega”, Ministra de Salud y Subsecretario de Redes Asistenciales, respectivamente, en medio del paro que hicieron los médicos en 2007, reclamando mejoras en sus sueldos, lo que finalmente se consiguió.

Las clases desde el ministerio

Sin embargo ahora, a punto de llevar adelante una nueva elección, las cosas han cambiado radicalmente. Pablo Rodríguez está totalmente distanciado de Castro y también de Enrique Accorsi, a quienes en su momento incluso apoyó durante operativos médicos en el contexto de sus campañas parlamentarias.

“Yo no voy a usar jamás el colegio como plataforma política y tampoco voy a aceptar presiones para que el colegio aparezca apoyando una postura política, voy a defender su autonomía”, dice enfático Rodríguez, quien admite haber recibido presiones de los ex presidentes del gremio y ahora parlamentarios, para incorporarse en la contingencia partidaria. “Me han llamado para que aparezca con ellos en pautas de prensa y les he dicho que no”, revela.

Pablo Rodríguez Whipple tiene cercanía con el PPD y el mundo de la centro izquierda. Su padre es detenido desaparecido y el 11 de septiembre de 1973 lo pasó junto a Michelle Bachelet en el hospital José Joaquín Aguirre. Pero hoy, cuando ya ha pasado la “luna de miel” que sus detractores reconocen duró todo el primer año de su gestión, tiene una cercanía demasiado estrecha con el gobierno. “En el último año el colegio ha sido demasiado proclive al gobierno, demasiado ministerial”, dice Enrique Paris.

Rodríguez, quien conoció a Jaime Mañalich también en su época de interno en el hospital de la Universidad de Chile, responde a este juicio definiéndose como “un progresista moderno, que dejó atrás la barricada y para quién la Guerra Fría se acabó. Yo estoy al servicio del Colegio y no de algún ministerio”.

Lo cierto es que durante la gestión de Rodríguez se transformó en costumbre que un asesor del Ministerio de Salud fuera invitado a exponer durante los Consejos Nacionales del gremio, instancias durante las cuales se movilizaban los representantes de todas las regiones  para tratar los problemas gremiales. “Con lo que significaba eso en tiempo y dinero, muchos empezaron a alegar de que perdíamos tiempo escuchando a alguien del gobierno que exponía los planes del Ministerio”, dice una fuente que asistió a esos encuentros, el último de los cuáles fue en marzo con  Mikel Uriarte, director de FONASA como invitado. “En el último tiempo han estado presentes ejecutivos del Gobierno, que venían a hacer clases y sin un margen de discusión, entonces quedaba como aceptado y eso produjo malestar”, dice Enrique Paris, usándolo como ejemplo del estilo personalista de Rodríguez que hizo surgir una lista opositora.

Pero esta mentada cercanía de la administración de Rodríguez con el Ejecutivo tiene al menos un par de frutos reconocibles. A pesar de que el problema de las reivindicaciones salariales es reconocido por todos los asociados, no ha vuelto a haber movilizaciones, y además el gremio consiguió que a los jefes de servicio clínico no se les exigiera su declaración de intereses, que la Contraloría había considerado admisible debido a que estos funcionarios ganan lo mismo que los jefes administrativos de los hospitales. “Eso está parado por un requerimiento que presentamos a la Contraloría” dice Rodríguez.

¿La lista de Juan Luis Castro?

Pero si al actual presidente se le critica la cercanía excesiva con el gobierno, Rodríguez apunta sin problemas a Juan Luis Castro como el verdadero poder en las sombras detrás de la lista de Enrique Paris, quien en efecto, fue prosecretario del actual parlamentario durante su presidencia en el Colegio. “El martes mientras yo exponía en la Cámara de Diputados sobre el proyecto que pretende limitar las licencias médicas, Castro y Paris almorzaban juntos en el Congreso” dice Rodríguez.

[cita]Enrique Paris en cambio, cree que la excesiva beligerancia en esta elección responde al “temor de Pablo de quedarse sin su lugar en el Colegio al que dedica el 90% de su tiempo, el resto lo dedica a asesorar laboratorios y promover medicamentos, si yo pierdo vuelvo a mi consulta, en cambio él no sabe hacer una receta”.[/cita]

El encuentro es desmentido por Paris: “Comimos juntos, pero eso fue otro día, el martes yo hago consulta todo el día. Yo tengo llegada  con Juan Luis y Enrique Accorsi pero somos totalmente independientes de ellos, también se me ha puesto militancia política lo que es totalmente falso. Pablo dice que  me manda Castro pero también tengo llegada con Piñera, lo que es inentendible”, afirma el pediatra del Centro de Toxicología de la Universidad Católica.

Pero  hay dos miembros en la lista de Paris que son reconocidamente cercanos a Castro. Se trata de los doctores Ricardo García y Sergio Rojas, candidatos a Secretario y Tesorero, respectivamente, y cercanos al Partido Socialista.

Ahora, ¿qué provoca tanta beligerancia  en un gremio cuyas reivindicaciones podrían fácilmente generar una lista de consenso? Muy probablemente sea el hecho de que el Colegio Médico es el único colegio profesional que mantiene poder y peso en las políticas públicas del sector. Según Lorenzo Naranjo candidato a presidir la sección regional Santiago “el colegio tiene gran influencia debido a su tradición en el apoyo e implementación de políticas de salud y en ese sentido es una buena vitrina, aunque se diga que no quiere usarse como plataforma política”. Naranjo es Segundo Vicepresidente de la actual mesa que preside Rodríguez, pero al igual que Sergio Rojas ahora están en posiciones contrarias.

“El doctor Rodríguez ha tenido un estilo muy presidencialista, tal como ha sido este país, y las cosas ya no se resuelven en mesas de trabajo sino con llamadas telefónicas como el concurso de becas a los médicos generales de zona o acuerdos de palabra que finalmente no se concretan. Por ejemplo, el derecho a algunas asignaciones de los jefes de servicio clínicos que se acordó de palabra con el gobierno y aún no se concreta después de 10 meses”, afirma Naranjo, a quién esta oposición le ha salido cara. “He recibido amenazas telefónicas para mí y mi familia, pero quiero decir que nada de eso me amedrenta para seguir adelante”, señala.

Los asesores de Salud

Naranjo va por el puesto de Consejero en el Regional Santiago junto con Pablo Araya, médico que reconoce su amistad con Pablo Rodríguez. De resultar el consejero más votado, de la lista más votada, Araya podría quedar como uno de los vicepresidentes en la mesa directiva nacional. Lo que le abriría un flanco, al menos ético a la directiva de Rodríguez que va por la reelección.

Pablo Araya llegó por intermedio de Vito Schiaraffia a los “Grupos Tantauco” donde colaboró en temas de salud e incluso apareció en la franja electoral del entonces candidato Sebastián Piñera. Hoy Araya es funcionario del Servicio Médico Legal y trabaja 22 horas semanales a honorarios en el Ministerio de Salud. “Pero los estatutos no me inhabilitan para ejercer las dos funciones”, dice Araya.

Una posición similiar es la que ocupa Enzo Saez, candidato a Tesorero en la lista de Pablo Rodríguez y que a la vez es jefe del programa de Salud Respiratoria del Minsal. Rodríguez defiende esta eventual función doble apuntando a sus oponentes: “el doctor Paris asesora también a Salud y yo no digo nada, no es tema. Porque en estos casos los estatutos no lo impiden”, dice Rodríguez.

A lo que Enrique Paris responde tajante que “eso es mentira, no trabajo con el Ministerio desde Michelle Bachelet y eso fue en Arica en el problema de los polimetales. Ahora no me han vuelto a llamar. A Piñera tampoco lo inhabilitaba tener acciones en Lan o Colo-Colo pero si afectaba su imagen”, dice.

Entre el 26 y el 29 de mayo votarán 17 mil colegiados con cuotas al día y por tanto, con derecho a voto. Para la lista en ejercicio la reelección será continuar una labor ardua y eficiente a la que según Pablo Rodríguez, el presidente en ejercicio, “le he dedicado el 90% del tiempo y el resto a campañas como la que tenemos contra la obesidad infantil con el INTA y Córpora Tres Montes.

Enrique Paris en cambio, cree que la excesiva beligerancia en esta elección responde al “temor de Pablo de quedarse sin su lugar en el Colegio al que dedica el 90% de su tiempo, el resto lo dedica a asesorar laboratorios y promover medicamentos, si yo pierdo vuelvo a mi consulta, en cambio él no sabe hacer una receta”.

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