Cuando Sabina Vallejo llevaba cinco minutos dándole fuerte a las ollas, sintió un fuerte impacto en la pierna que pensó era un piedrazo.Pero no, cuando se agachó encontró un proyectil de plomo, de esos que se ocupan para cazar pájaros. Al tiro le siguió otro inmediatamente después.
La familia Espejo Vallejo siempre sale a cacerolear. Pero esta vez fue distinto. Cuando Sabina Vallejo llevaba cinco minutos dándole fuerte a las ollas, sintió un fuerte impacto en la pierna que pensó era un piedrazo. Pero no, como una muestra del clima de polarización que está viviendo nuestro país, cuando se agachó encontró un proyectil de plomo, de esos que se ocupan para cazar pájaros. Al tiro le siguió otro inmediatamente después.
La familia Vallejo Espejo vive en el 5° piso del departamento ubicado en Regina Pacis 789, orientación sur poniente. Cerca del campus Oriente de la Universidad Católica, y casi al frente de una torre de 21 pisos que tiene varios departamentos desocupados que quedaron inhabitables después del terremoto. De allí cree, Domingo Espejo, que salieron los disparos. Pero de su balcón oscuro no se ve nada, y ya no se atreve a seguir investigando.
Cuando su hija, Fernanda, estudiante de Traducción de la Usach, se asomó por el balcón a ver qué pasaba, sin ollas ni cucharas de palo, llegó el tercer proyectil que le rozó el oído.
Después de este intenso caceroleo los Espejo Vallejo pidieron ayuda a los alumnos en toma de Campus Oriente y luego llamaron a Carabineros de la 18 Comisaría de Ñuñoa, quienes confirmaron que efectivamente la agresión había sido hecha con proyectiles de plomo utilizados para la caza de animales. La Posta 4 constató las lesiones y la investigación quedó ahora en manos de la Fiscalía.
