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Camila Vallejo apuesta su capital político apoyando a líderes de la CUT

La presencia de la dirigente -que ha acaparado portadas en todo el mundo y que es el rostro de un movimiento estudiantil que cuenta con un alto respaldo ciudadano-, significó un importante apoyo para los organizadores del paro. Su apuesta es sacar la movilización del ámbito sectorial de educación y situarla en la lógica de un cambio radical al modelo económico y social.


Luego de un primer día más parecido a un domingo que a un gran paro nacional, la segunda pata del llamado de la CUT marcó un antes y un después. Pero no en las demandas sindicales, sino en el movimiento estudiantil.

Y es que este jueves la imagen de Camila Vallejo sentada junto a Arturo Martínez y los principales convocantes del paro nacional entre los que se contaban la ambientalista Sara Larraín y el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, marca un giro en la estrategia del movimiento estudiantil, que ahora sumó a sus peticiones  sectoriales la agenda del cambio de modelo.

Así lo planteó la vocera de la Confech, en medio de un jueves plegado de multitudinarias manifestaciones y declaraciones poco afortunadas por parte del Gobierno, incluida las acusaciones de mentirosos a los huelguistas de hambre del ministro de Salud Jaime Mañalich o los dichos del intendente del Biobío, Víctor Lobos, que achacó al estallido ciudadano del último tiempo al alto número de nacimientos de niños fuera del matrimonio.

Durante el balance del paro, la dirigente estudiantil tomó la palabra que le dio el presidente de la CUT y rechazó la lectura de que los trabajadores se estuvieran plegando al movimiento. “»Dicen que los trabajadores se están colgando del movimiento estudiantil, y la verdad es que siempre hemos estado juntos. La demanda de los estudiantes es una demanda social, la reforma a la educación, que es una reforma estructural que tiene que ver con una demanda del pueblo chileno, es una demanda de nuestras familias. Quien dice que los trabajadores se cuelgan, cae en un error garrafal», aseguró la líder estudiantil.

Junto a ella también estaba el vocero secundario Rodrigo Rivera, pero el presidente de la FEUC, Giorgio Jackson, con quien la semana pasada visitó el Parlamento para hablar de educación, no se encontraba presente en la mesa. Las consecuencias que pueda tener esta escena tiene distintas interpretaciones.

Según el analista político Guillermo Holzmann los grandes ganadores de esta jornada, que según los organizadores sumó unas 600  mil personas en distintas movilizaciones a lo largo del país, fueron los estudiantes, “que salieron reforzados”, ya que considera que es muy poco probable que se bajen ahora en sus demandas.  Esto, porque asegura que “el paro finalmente queda vinculado a las demandas estudiantiles y no de los trabajadores. Y  para la CUT, le guste o no, su decisión de adelantar el paro será considerada como oportunista y con un objetivo no logrado”.

Más aún, opina Holzmann, “el paro, en virtud de la reacción de los estudiantes genera algo que no tenían: identidad. Porque  en el segundo día quienes le dan sustento a la CUT terminan siendo los estudiantes y no al revés”.

[cita]Durante el balance del paro, la dirigente estudiantil tomó la palabra que le dio el presidente de la CUT y rechazó la lectura de que los trabajadores se estuvieran plegando al movimiento. “»Dicen que los trabajadores se están colgando del movimiento estudiantil, y la verdad es que siempre hemos estado juntos. La demanda de los estudiantes es una demanda social, la reforma a la educación, que es una reforma estructural que tiene que ver con una demanda del pueblo chileno, es una demanda de nuestras familias. Quien dice que los trabajadores se cuelgan, cae en un error garrafal», aseguró la líder estudiantil.[/cita]

El analista considera que el espaldarazo de Camila a los organizadores está ligado a que “el objetivo final es no restar apoyo al movimiento y en esa perspectiva es una decisión táctica asociada a mantener preeminencia del movimiento estudiantil sobre el paro y evitar que sea considerado como un fracaso y que no cumplió su objetivo. La marcha fue sustentada por los estudiantes y no por los trabajadores, porque independientemente que muchos hayan hecho acciones de apoyo, la CUT no tiene la representatividad necesaria. En esa perspectiva el movimiento estudiantil le presta ropa, ya que en el fondo no se puede arriesgar a generar un quiebre en términos simbólicos y políticos”.

Para el cientista político Sergio Micco, la suma de los estudiantes al paro “hasta el miércoles le restaba por dos razones: paro no hubo, salvo el esfuerzo de la ANEF y Raúl de la Puente. Y nuevamente volvimos a demasiadas escenas de violencia y barricadas lo que implica un daño subjetivo muy fuerte. El jueves, por el contrario, el movimiento social volvió a demostrar alegría, colorido y una fuerza increíble”.

Micco señala que esto no se ve dañado por el respaldo dado por Vallejo a la CUT, ya que “uno de los papeles del movimiento es ampliar sus redes de concertación política y social. Me gusta mucho más Camila y Giorgio (Jackson) yendo al Congreso a hablar. Su deber es ampliar sus redes sociales, por lo que  aparezcan con la CUT y la  ANEF es parte de los trabajos que ellos tienen que hacer”.

Una interpretación similar tiene el investigador de Cieplan, Francisco Javier Díaz, que señala que “la causa estudiantil tiene una potencia suficiente como para verse afectada por eventuales o posibles malas fotos. Además que la causa es específica y tiene demandas muy concretas que ya son conocidas por todos y es fácil distinguir si el gobierno las cumple o no”.

Díaz asegura que esta no es una jugada que pueda dañar al movimiento estudiantil, ya que “hace tres meses la gente marchaba por HidroAysén, por La Polar y antes se protestó en Magallanes por el gas y luego por la centralización en Calama. Hay un contexto de fondo ya que la gente sabe que hay causas más específicas y avanzadas como la estudiantil y otras no tanto”.

En lo que los analistas concuerdan es en que la movilización sindical no tiene espacio para plantear demandas propias. “Su única fórmula es apoyar al movimiento estudiantil pero no tiene posibilidad de dirigir la movilización social: la manejan los estudiantes”, asegura Holzmann.

Por ello, señala Micco, “el movimiento sindical tiene que hacerse una autocrítica de renovación muy profunda. Es evidente que no ha tenido la habilidad de hacerlo. Creo que la capacidad de los jóvenes de entender la lógica de las redes  sociales y mandos horizontales no se ven en la CUT”.

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