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Estudio de UDP señala que no existe evidencia de que el copago haya generado mejor calidad

Estudio de UDP señala que no existe evidencia de que el copago haya generado mejor calidad

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«Algunos sectores proponen mantenerlo por razones más ideológicas, porque creen que las familias tienen el derecho de pagar la educación, de ser más como clientes o consumidores. Pero eso sigue siendo una postura ideológica. No existe ninguna evidencia consistente de que con esto ha mejorado la productividad», sostuvo el director del Instituto de Políticas Públicas de la UDP, Gregory Elacqua.


El estudio «Evidencias para eliminar –gradualmente– el financiamiento compartido«, realizado por el Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la Universidad Diego Portales, concluyó que «el financiamiento compartido ha tenido poco impacto en los resultados académicos del sistema, pero un efecto importante en los niveles de segregación escolar».

La investigación, realizada por el director del IPP, Gregory Elacqua, junto al ex subsecretario de Educación Pedro Montt y el investigador Humberto Santos, señala que «los recursos adicionales que se introducen al sistema no han generado mejoras sustantivas en la calidad, pero el cobro opera como un mecanismo de selección que permite a las escuelas elegir el tipo de alumno que quiere educar y a las familias escoger la escuela de acuerdo a su composición social”.

A continuación, el estudio compara la brecha entre particulares subvencionados y municipales utilizando los datos de la prueba Simce 2009 en 4° básico: «Al comparar los resultados promedio, las escuelas particulares subvencionadas con financiamiento compartido tienen un resultado Simce superior a aquellas gratuitas en todas las áreas evaluadas. La brecha varía entre 17 puntos en Lenguaje y 23 puntos en Matemática».

Sin embargo, precisa el análisis, «dado que la capacidad de pago de una familia está asociada con su nivel educacional y de ingresos, es esperable que las escuelas que cobran atiendan a estudiantes de mayor nivel socioeconómico que aquellas gratuitas».

Por tal razón, «se restringió el análisis a aquellos grupos en que efectivamente existen escuelas gratuitas y pagadas. Sólo en los grupos medios bajos y bajos existe un número de escuelas adecuado para hacer esta comparación (…). La ventaja de los establecimientos con financiamiento compartido se reduce de forma importante al comparar a escuelas con una composición económica similar. Tales diferencias no superan los seis puntos”.

En entrevista con La Segunda, Elacqua aseguró que «no existe evidencia de que el copago haya generado mejor calidad. La mayoría de los establecimientos, en el promedio, no está utilizando esos recursos para mejorar la calidad. Como lo indica la evidencia, en los colegios con copago –todas las demás variables constantes– no existe evidencia de que por este factor haya mejorado la calidad de la enseñanza que reciben».

«Como no ha sido una política pro calidad, no hay sustento técnico para mantener el copago. Ahora, algunos sectores proponen mantenerlo por razones más ideológicas, porque creen que las familias tienen el derecho de pagar la educación, de ser más como clientes o consumidores. Pero eso sigue siendo una postura ideológica. No existe ninguna evidencia consistente de que con esto ha mejorado la productividad», agregó.

De igual modo, Elacqua hizo hincapié en que el financiamiento compartido aumenta la segregación. Para ello, se usaron los datos del Simce 2009 de 4° básico.

«Un conjunto reducido de las escuelas que cobran tiende a concentrar a los estudiantes vulnerables, mientras otras concentran a los estudiantes de mayor nivel socioeconómico. Esos hallazgos son consistentes con los reportados en las escasas investigaciones que han analizado el efecto del financiamiento compartido», indicó.

“La evidencia sí indica que (el copago) es una barrera de entrada para las familias (…) las barreras de entrada fomentan la segregación para escoger libremente el establecimiento que ellos quieren para sus hijos. Es una barrera económica y explica en parte por qué los colegios con mayor financiamiento compartido tienen mejores alumnos, con un mejor capital socioeconómico”, concluyó.

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