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Piñera da sus explicaciones para oponerse al aborto y dice que «lo correcto y sabio es asumir una posición humilde» Sobre la violación asegura que el delito se agrava con la muerte de la criatura inocente

Piñera da sus explicaciones para oponerse al aborto y dice que «lo correcto y sabio es asumir una posición humilde»

A nivel jurídico, el ex mandatario señala que la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y tanto la Corte Suprema como el Tribunal Constitucional han fallado invariablemente a favor de estos casos, mientras en un nivel práctico, «siempre es mejor optar por la vida. Porque aún si no tuviéramos certeza respecto del tratamiento jurídico que ha de darse a una vida humana en gestación, lo correcto y sabio es asumir una posición humilde, y optar por aquella que sea más favorable a la protección y desarrollo de esa vida».


El ex Presidente Sebastián Piñera salió al paso del debate por la intención del Gobierno de despenalizar el aborto y explicó las razones que tiene para oponerse al tema, respondiendo a la idea de la Presidenta Michelle Bachelet.

A través de una columna que publica este sábado El Mercurio, el ex mandatario señala que hay tres razones por las que es importante que prevalezca el «derecho a la vida por sobre el derecho al aborto».

Piñera sostiene que a nivel moral no se trata de una decisión que competa solamente a la madre o a los padres del que está por nacer, «está involucrada también la vida de un ser nuevo, único, irrepetible y distinto a sus padres que debe ser defendida con mayor fuerza precisamente por su condición de plena inocencia e indefensión».

Agrega que a nivel jurídico, la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y tanto la Corte Suprema como el Tribunal Constitucional han fallado invariablemente a favor de estos casos, mientras en un nivel práctico, «siempre es mejor optar por la vida. Porque aún si no tuviéramos certeza respecto del tratamiento jurídico que ha de darse a una vida humana en gestación, lo correcto y sabio es asumir una posición humilde, y optar por aquella que sea más favorable a la protección y desarrollo de esa vida».

En cuanto al proyecto anunciado por la mandataria y que enviará al Congreso Nacional y que despenaliza el aborto en tres casos específicos, Piñera explica que «el peligro de vida de la madre: creemos que no solo es legítimo, sino también legal, que a una mujer embarazada cuya vida corre peligro se le apliquen los tratamientos médicos necesarios para intentar salvar su vida, aun cuando, como resultado no deseado, esos tratamientos pongan en riesgo la vida del niño que está por nacer».

«En estos casos, a diferencia del aborto, el objetivo del tratamiento es salvar la vida de la madre y no terminar con la vida del feto. Estos tratamientos terapéuticos son de común aplicación hoy en Chile, tienen protocolos de aplicación tanto en la salud pública como en la privada, y por no constituir ningún ilícito, no deben ni están penalizados en nuestro país», menciona.

Sobre la violación e inviabilidad del feto, el ex mandatario tiene una opinión  respecto a que «la mujer embarazada requiere de un apoyo y protección especial. Pero el crimen de la violación no se compensa, sino que se agrava con la muerte de la criatura inocente e indefensa que ha sido concebida».

Además, argumenta que «no sabemos con certeza cuántos abortos provocados se realizan cada año en Chile, entre otras razones, porque se trata de una conducta ilícita, por lo que la inmensa mayoría se hacen de manera clandestina y en precarias condiciones sanitarias. Sí sabemos que su número se contaría en decenas de miles cada año».

«Ninguna madre recurre al aborto sin experimentar un profundo desgarro interior, y la mayoría de las veces impulsada por un sentimiento de angustia y abandono. La sociedad puede y debe ayudar, acompañar y apoyar con mayor cercanía, oportunidad y eficacia a estas madres», agrega.

Piñera también expresa que están equivocados quienes esgrimen que Chile sería un país menos moderno y civilizado por no avanzar en estos temas y que otras naciones desarrolladas han hecho, donde «el aborto no es legal, sino ampliamente aceptado. Pero están equivocados. Olvidan que Chile tiene una tradición más que centenaria de protección de derechos fundamentales. Que fuimos uno de los primeros países del mundo en establecer la libertad de vientre y prohibir la esclavitud. Y que precisamente la forma como una sociedad trata a sus miembros más débiles –los adultos mayores, los enfermos, los más pobres, los que sufren alguna discapacidad y los niños que están por nacer– hablan con mayor elocuencia sobre su verdadero grado de modernidad y civilización».

 

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