
Chile debe resolver en las próximas semanas si recibe o no a un grupo de prisioneros de Guantánamo
Washington inició conversaciones con distintos gobiernos de la región para sondear la posibilidad de que reciban a internos de «baja peligrosidad» para terminar con la polémica cárcel emplazada en Cuba. El tema, que promete encender un acalorado debate interno, es una piedra en el zapato para el presidente Barack Obama, ya que el cierre del penal fue una de sus promesas de campaña el año 2008.
Estados Unidos hizo una consulta formal al gobierno chileno para sondear la posibilidad de que reciba en el país a presos de la cárcel de Guantánamo de «baja peligrosidad», para cumplir la promesa que en 2008, durante su campaña presidencial, hizo el presidente Barack Obama para cerrar definitivamente el cuestionado centro de reclusión de alta seguridad emplazado en Cuba.
Según informó este viernes La Segunda, Washington hizo la petición a través de una nota diplomática, y se enmarca en el diálogo iniciado con otros países de la región con el mismo objetivo.
El proceso se habría intensificado luego que el mandatario uruguayo, José Mujica, aceptara el arribo a su país de seis «prisioneros de baja peligrosidad», que corresponde a aquellos que no serán sometidos a juicios en cortes estadounidenses y sobre quienes no hay pruebas que los vinculen a actos u organizaciones terroristas. En esta categoría se encuentra la mayoría de los 149 prisioneros de origen palestino, afgano, sirio, paquistaní, y tunecino, entre otros. Sin embargo hay excepciones, como el caso de Khalid Shaikh Mohammed, quien reivindica haber planificado los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Para la Casa Blanca no ha sido fácil encontrar países que estén dispuestos a recibir a los presos cuyas condiciones de cautiverio están en la mira de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
La administración Obama se propuso concretar este año el cierre del penal, y de ahí la premura que está dando la diplomacia norteamericana a este tema. Según la versión del diario vespertino, fuentes vinculadas a la Cancillería aseguran que el diálogo con el gobierno de Michelle Bachelet se iniciará dentro de las próximas semanas, donde se discutirá el perfil y la cantidad de internos que podrían arribar a Chile. De todas maneras, el Ejecutivo todavía no ha respondido a Washington si está o no disponible para ello.
El gobierno norteamericano reactivó el tema el año pasado después de una huelga de hambre en Guantánamo, con la revisión del trabajo elaborado por una comisión conformada en 2010 sobre la situación de cada interno.
La última vez que un prisionero salió del penal de alta seguridad fue en marzo de este año, cuando Algeria recibió a un ciudadano de esa nacionalidad que había permanecido 12 años detenido sin haber enfrentado juicio alguno.
En la Cancillería están conscientes de que se trata de un tema «delicado», y no descartan que dé inicio a un profundo debate sobre la conveniencia o no de recibir en el país a personas que eventualmente podrían estar vinculadas a organizaciones terroristas. De hecho, fuentes citadas por el diario recordaron que el proceso en Uruguay fue postergado en medio de un acalorado debate interno.
La legación de Estados Unidos en Santiago se limitó a señalar que su país está tomando todas las medidas para disponer el cierre de la cárcel y que Chile es uno de los países con los que Washington está en conversaciones sobre la materia.