En la declaración otorgada a la Corte de Apelaciones, el pasado 30 de mayo, el ex alcalde de Providencia insistió en que su función en Tejas Verdes era sólo «hacerles preparación física», a los agentes de la DINA.
En su declaración, en calidad de inculpado, el ex alcalde Cristián Labbé negó haber visitado o cometido delitos en la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, investigación por la que ayer fue sometido a proceso por el delito de asociación ilícita, según lo informó La Tercera.
El coronel aseguró ante la jueza Marianela Cifuentes, de la Corte de Apelaciones, que en octubre de 1973, en Las Rocas de Santo Domingo (cercano al centro de torturas Tejas Verdes): “Había un grupo de funcionarios del Ejército que estaba siendo seleccionado y preparando para integrar la planta administrativa y logística de la Dina. Dichos funcionarios provenían de todo el país, tenían diferentes grados y pertenecían a diferentes escalafones. Mi función era hacerles preparación física, sólo eso”, aseguró.
Asimismo, el ex alcalde manifestó que “mi primer contacto con Manuel Contreras (ex director del organismo represivo) fue en la Academia de Guerra a propósito de hacerme cargo de la seguridad del general (Augusto) Pinochet”. El oficial en retiro recordó que “me encontraba en la Escuela de Paracaidistas cuando fui destinado a Brasil, en el año 1972”. Por este antecedente, el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior solicitará antecedentes a este país.
En un careo entre la víctima Anatolio Zárate y Labbé, el primero declaró que mientras era torturado “la cuerda que pendía del techo se cortó, caí al suelo y la capucha se subió, oportunidad en que pude ver (…) al teniente Labbé, quien observaba lo que ocurría”. Pese a este testimonio, Labbé insistió en que “nunca he estado en el interior de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes (…) y que jamás he tocado por razones perversas a algún prisionero”.
En tanto, Héctor Salvo Pereira, aspirante a oficial de reserva en 1973, quien fue careado con el ex edil, valoró el procesamiento de la magistrada. “Me parece excelente que la justicia vaya adelante. Yo participé como testigo, lo vi en 1973 en el subterráneo del casino del regimiento , pero no lo vi hacer nada. También lo identifiqué en las cabañas donde estaba la escuela, en el lado de las Rocas de Santo Domingo”.
Salvo relató que cuando realizó el careo con Labbé “él estaba más tranquilo que yo, no es fácil estar frente a una persona así con el historial que ha tenido, estaba tranquilo como si nada pasara, haciéndose la víctima, que él nunca estuvo ahí, que no conocía a unas personas que me consta que conocía”.
