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Ana Lya Uriarte conduce políticamente reunión del oficialismo a nombre de la Presidenta  Bachelet Cónclave en Hotel NH para ordenar las huestes del Gobierno y Nueva Mayoría antes del 21 de mayo

Ana Lya Uriarte conduce políticamente reunión del oficialismo a nombre de la Presidenta Bachelet

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Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En los días previos a la reunión, ya se comentaba en las filas del oficialismo y en el propio Palacio lo empoderada que está Uriarte, que ha hecho gala del manejo que tienen, que ha adquirido “mucho poder”, que hace años no se veía una jefa de gabinete tan “activa”. Es comentada también su alta sintonía con el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.


La convocatoria, la organización y el manejo de la reunión de anoche en el Hotel NH, que aglutinó al Gobierno y la Nueva Mayoría para reordenar el rumbo del oficialismo y salir de la crisis gatillada por los casos Caval y SQM, estuvo a cargo del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y su equipo de asesores en todo momento. Sin embargo, en el backstage la jefa de gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, Ana Lya Uriarte, fue quien manejó los hilos políticos del encuentro, desplegando un empoderamiento que la instala casi como una ministra en las sombras.

Fue de las primeras en llegar al Hotel NH. A las 18:00 horas se cerraron las puertas del salón donde se reunieron los ministros del comité político –Peñaillillo, el vocero Álvaro Elizalde, y de la Segpres, Ximena Rincón–, más los secretarios de Estado de otras carteras, como la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, y el titular de Educación, Nicolás Eyzaguirre, además de los presidentes de partidos de la Nueva Mayoría y los jefes de las bancadas de diputados y senadores de la coalición oficialista.

En el oficialismo afirman que la reunión la dirigió siempre el ministro Peñailillo, el mismo que leyó cerca de las 22:00 horas la declaración pública con las principales conclusiones del encuentro, que apuntaron a reafirmar el liderazgo de la Presidenta Bachelet y el compromiso de cumplir con el programa de Gobierno.

Pero tras bambalinas, Uriarte desplegó todo su poder político. Ella opina a la par de los ministros -explican– coordina, “chequea” los temas con los presidentes de partido de la Nueva Mayoría, con los parlamentarios, al punto que se comenta que la jefa de gabinete es y fue en la cita “la mano política” de la Presidenta Bachelet.

En los días previos a la reunión, ya se comentaba en las filas del oficialismo y en el propio Palacio lo empoderada que está  Uriarte, que ha hecho gala del manejo que tiene, que ha adquirido “mucho poder”, que hace años no se veía una jefa de gabinete tan “activa”. Es comentada también su alta sintonía con el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.

[cita]Aseguran que ha abierto una línea directa con los partidos de la coalición, con sus dirigentes, los que sienten que adquirieron un nuevo acceso y vía de comunicación con la Presidenta Bachelet, lo que hasta hace unos meses estaba estrictamente canalizado por el ministro Peñaillo. Es que son muchas las fuentes que afirman que Uriarte –militante PS– se ha ganado la confianza de la Mandataria, generando con ella una buena sintonía política.[/cita]

Aseguran que ha abierto una línea directa con los partidos de la coalición, con sus dirigentes, los que sienten que adquirieron un nuevo acceso y vía de comunicación con la Presidenta Bachelet, lo que hasta hace unos meses estaba estrictamente canalizado por el ministro Peñaillo. Es que son muchas las fuentes que afirman que Uriarte –militante PS– se ha ganado la confianza de la Mandataria, generando con ella una buena sintonía política.

En la reunión del NH –que se extendió por más de cuatro horas– no fue la excepción, aunque destacan que una de sus características en su estilo es desplegarse “en las sombras”.

En privado, algunos en el oficialismo no descartan que su nombre se esté barajando como posible ministra del Interior, en un marco –recalcan– de una cirugía mayor al Gobierno en un eventual cambio de gabinete.

La charla

Fueron varias horas de conversación política a puertas cerradas. Después de más de tres horas, se hizo un break en el cual el ministro Peñailillo leyó una declaración pública, que fue consensuada al interior de la reunión, coordinada y revisada –explicaron– por el timonel del PS, Osvaldo Andrade , y el criticado jefe de asesores del ministro del Interior, Robinson Pérez.

Un gesto que no dejó de llamar la atención, como un intento por limar tensiones y desconfianzas, para mejorar la relación entre partidos y el Gobierno, para bajar la tensión interna por la tesis de supuestas conspiraciones desde el socialismo, que se han cultivado al interior de La Moneda, contra el ministro Peñailillo.

Uno de los temas centrales fue la importancia de potenciar el liderazgo de Bachelet, de dar señales de certeza de su legitimidad política como jefa de Estado. «Su liderazgo es fundamental en el momento que vivimos, para avanzar con sentido de país en una nueva institucionalidad sobre probidad y transparencia como también en el avance del programa de gobierno», precisó Peñailillo al leer la declaración.

Agregó que el oficialismo reafirma “una vez más el compromiso de avanzar en los compromisos que tenemos con la ciudadanía, el programa de Gobierno y reformas priorizadas en el año 2015. No habrá marcha atrás en los cambios que el país necesita para avanzar en un desarrollo inclusivo. El impulso transformador está plenamente vigente». Un punto que era prioridad para La Moneda: volver a poner el foco en el programa de Gobierno y las reformas.

En la conversación a puertas cerradas también se discutió la propuesta que se ha instalado en el debate público sobre adelantar las elecciones parlamentarias, ante la crisis de legitimidad que atraviesa la clase política, en particular los parlamentarios por la cuestionada relación con el mundo empresarial para asegurar el financiamiento de la política. La idea fue desechada, porque en la discusión del NH se constató que es una fórmula que “no tiene apoyo mayoritario” en la Nueva Mayoría y que “no concita apoyo” para pensar en seguir impulsándola.

La antesala de la reunión de anoche fue el tema de las cuatro boletas, dadas a conocer la semana pasada, que el ministro Peñailillo dio al recaudador Giorgio Martelli, a principios del año 2012. Si bien son legales y en La Moneda se hizo hincapié en que corresponden al pago por un estudio que le solicitó para ayudarlo tras su regreso a Chile después de una beca en Europa, el episodio se desató en el momento político más débil del ministro, a quien se le ha cuestionado reiteradamente que no fue capaz de manejar la crisis política que se desató en Palacio y en la Nueva Mayoría por el  escándalo Caval.

Anoche en la reunión se planteó una vez más que se debería terminar con el “goteo” de boletas que aparecen todas las semanas, que se ponen al mismo nivel y se confunden con casos de delitos como el de Penta. En público y en privado desde la semana pasada en el oficialismo se ha propuesto dar un paso adelante, “blanquear” las boletas, asumirlas ante la opinión pública, para “sincerar y normalizar” los financiamientos políticos y terminar así con el manto de dudas que impera sobre el oficialismo, pero la idea no ha tenido eco en La Moneda y anoche no fue la excepción.

El cambio de gabinete tampoco estuvo al margen de la conversación. Reconociendo que es una atribución exclusiva de la Presidenta, se precisó en la cita que “esperaban” que fuera pronto, que no se dilatara más, que se concretara antes del 21 de mayo y que tuviera alcance regional, o sea, que abarque cambios en algunos intendentes y gobernadores, donde hay una mala evaluación del desempeño de estos.

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