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Hugo Rivera Villalobos es uno de los más reputados penalistas de la plaza y asesorará jurídicamente al cuestionado cardenal que está en la mira del Ministerio Público por encubrimiento. Entre sus clientes, el abogado también ha tenido al ex alcalde de Maipú Cristián Vittori, al ex embajador Patricio Hales, al ex superintendente Daniel Yarur y al hijo de Carlos Larraín.
El profesor de Derecho Penal de la Pontificia Universidad Católica, Hugo Rivera Villalobos, uno de los penalistas más reputados de la plaza, será el abogado del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en la investigación que lleva el fiscal Emiliano Arias.
El cardenal deberá declarar el próximo 21 de agosto ante el Ministerio Público como imputado de presunto encubrimiento de abusos, y es el símbolo de una batalla legal inédita que tiene a la Iglesia católica chilena en la peor crisis de su historia.
Esta tarde, el cardenal informó que “ante consultas periodísticas, informo que he solicitado al profesional Hugo Rivera Villalobos que me asesore jurídicamente en la causa que lleva la Fiscalía Regional de Rancagua”. Asimismo, manifestó que «reitero mi compromiso de contribuir a esclarecer la verdad, cumpliendo como todo ciudadano con lo que se requiera, confiado en que nunca he cometido encubrimiento, ni obstrucción a la justicia».
El abogado Rivera Villalobos es académico de la PUC, pero su fama va mucho más allá de las salas de clases. Entre sus representados figuran el empresario Andrónico Luksic, la empresa SQM y el poderoso hombre de televisión Mario Kreutzberger (Don Francisco), en el caso de su supuesta paternidad.
A Luksic lo representó en el juicio por injurias que entabló contra el ex diputado Gaspar Rivas, quien protagonizó una encendida intervención en el Congreso donde se refirió al empresario como un «hijo de puta»
La experticia de Rivera va más allá y también tuvo clientes como la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) en una querella presentada contra el ex timonel Sergio Jadue; el ex alcalde de Maipú, Cristián Vittori, en el denominado caso Basura; y el hijo de Carlos Larraín, Martín, quien resultó absuelto tras haber dado muerte a Hernán Canales en una ruta de Curanipe, Región del Maule.
Otra causa emblemática que tuvo en sus manos fue la defensa del ex director del banco BCI y ex superintendente, Daniel Yarur, en el lío de platas con su primo Jorge; y el renunciado embajador en Francia, Patricio Hales, ante las denuncias de abuso sexual en su contra. También defendió al coleccionista César Soto en una causa por robo y receptación de los manuscritos de Nicanor Parra.
En otro de sus casos históricos, junto a Luis Hermosilla, otro emblemático abogado de la plaza, representó al empresario José Yuraszeck en el caso Chispas.
En marzo pasado, Rivera junto a su socio Sergio Bunger Betancourt, se fusionaron con la firma Barahona Castillo Bonacic y se trasladaron de sus tradicionales oficinas de Santiago centro a El Golf.
