Publicidad
La teleserie venezolana de la oposición y los esfuerzos por evitar el quiebre final con la DC PAÍS

La teleserie venezolana de la oposición y los esfuerzos por evitar el quiebre final con la DC

La salida parche de crear un comité de expertos que evalúe la posible acusación contra el ministro del Interior fue solo una forma de tratar de dejar contentos a todos y evitar que la sangre llegara ayer al río. Les permitió frenar el quiebre del cual se habló fuerte por varias horas, también les posibilitó insistir unánimemente en declaraciones públicas rimbombantes, exigiendo la renuncia de Andrés Chadwick y, de paso, disimular que habían bajado los brazos ante la falta de unidad interna. Fueron muchos los que quedaron descontentos, con un sabor amargo, principalmente desde el Frente Amplio, donde se lamentaron ante lo que consideraron una derrota de la oposición “facilitada por la DC”.


Solo existía expectación en el Congreso ayer en la mañana. Si bien la prensa ya daba por fracasada la posible acusación constitucional en contra del ministro del Interior, Andrés Chadwick, durante toda la tarde y noche del martes se desplegaron intensas gestiones desde una parte de la oposición para lograr consensuar respaldos para insistir en presentar el libelo.

El PPD, PS, PC y todo el Frente Amplio habían acordado presentar la iniciativa durante enero, aunque varios parlamentarios condicionaron su voto al respaldo que diera la DC, colectividad que a estas alturas –reconocen– ya se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para los intentos de articular algún tipo de coordinación de las fuerzas de centroizquierda y de izquierda. No solo por su permanente posición vacilante en diversos temas, sino porque, en este caso puntual de la acusación constitucional, desde el primer minuto la falange le habría “entregado en bandeja” la solución a La Moneda en el momento más complejo que ha vivido Chadwick en los diez meses que lleva en el Ministerio del Interior.

Era un hecho fuera de discusión que, sin la DC, o parte de ella, la oposición no lograría sortear el umbral del 50% más uno de los votos en la Sala para aprobar la acusación en el hemiciclo de la Cámara de Diputados. Una condición que, según diputados de la ex Nueva Mayoría, llevó a que la falange se instalara estos días en un sitial “privilegiado” desde el que pudo observar cómo su aspiración de ser partido bisagra entre el Gobierno y la oposición se vio “ultrafortalecida”.

Esa fue la lectura falangista, porque en el resto de la oposición lo que primó estos días fue no solo una molestia profunda con el partido de la flecha roja, sino que una comprobación más de “lo alejado que estos están de ser oposición”, al punto que ayer, desde el Frente Amplio, destacaron que la DC dio muestra de cuál es su “verdadero domicilio político al darle la espalda al resto de la oposición”.

La molestia fue tanta que hasta corrieron rumores fuertes durante la mañana de ayer sobre un quiebre interno en el sector, que tenía como objetivo romper los acuerdos tomados a principios de año entre los comités parlamentarios para definir, entre otras cosas, la presidencia de la Cámara de Diputados los próximos dos años, lo que afectaba directamente a la DC. De concretarse ese quiebre, también se habría visto afectada sobremanera una fracción del Frente Amplio, puntualmente Revolución Democrática, ya que habrían fracasado, de paso, las presidencias de comisiones que le fueron comprometidas a su comité.

[cita tipo=destaque»]En una suerte de consuelo o un intento por ver el vaso medio lleno tras lo sucedido ayer, en el PS le restaron dramatismo a dilatar una definición sobre la acusación hasta marzo, porque creen que la temperatura política no bajará en este tiempo, que nuevas filtraciones van a poner en apuros otra vez a Chadwick y entienden que la señal política que entregan a La Moneda es “depende de Piñera si quiere o no seguir con este tema instalado”.[/cita]

Dichos estertores y declaraciones en reserva finalmente quedaron en nada. Tras una anunciada reunión, que en un inicio sería “secreta”, de representantes de todas las bancadas de oposición, desde el Frente Amplio hasta la DC, en Valparaíso, desde las 11:00 horas de ayer, se  comunicó la creación de una comisión jurídica que estudie la factibilidad técnica de acusar constitucionalmente al ministro Chadwick.

Una fórmula dilatoria evidente, que puso paños fríos al inminente quiebre interno en la oposición, que varios consideraban que tenía ribetes de definitivo. Esto porque, considerando que dicha comisión tiene plazo hasta el 31 de enero para elaborar un informe, significa que no habrá acusación hasta marzo, porque el Congreso entra en receso en el mes de febrero y tampoco existía “disposición de algunos diputados para renunciar a parte de sus vacaciones”, como criticaron varios desde la oposición.

Una salida que trató de dejar contentos a todos. Les permitió frenar el quiebre, insistir unánimemente en declaraciones públicas rimbombantes exigiendo la renuncia de Chadwick y disimular que habían bajado los brazos ante la falta de unidad interna, al quedar camuflados en la creación de esta comisión de expertos.

Un verdadero respiro para el Gobierno y una fuerte inyección de calma para la presión que había sobre la DC, la que logró descomprimir el conflicto en el que se encontraba con sus otrora socios de pacto. Según asistentes a la reunión, el jefe de la bancada falangista, Matías Walker, reconoció que no están las condiciones en el partido para asegurar los votos, misma situación que se repetía en el Partido Radical.

Afirmaron que hubo consenso en que presentar una acusación sin los votos radicales y de la DC era darle un “triunfo al Gobierno” y reoxigenar al ministro Chadwick en su cargo, quien hoy pasa por su momento más complejo al interior de la administración de Sebastián Piñera. Agregaron que con esta fórmula –según aseguraron convencidos desde el PS– le otorgaron una especie de “tiempo reflexivo” al Presidente Sebastián Piñera, pero que a la vez le dieron una muestra de fuerza de toda la oposición pidiendo la salida de su ministro del Interior. El blindaje feroz que hizo ayer La Moneda a la figura de Chadwick y la cara sonriente de este en sus pautas de actividades son reflejo de lo perdido del análisis opositor.

Sin embargo, no todos en la oposición pecaron de autocomplacencia. Sectores principalmente del Frente Amplio se lamentaron ayer ante lo que consideraron una derrota de la oposición “facilitada por la DC”, ya que, al restarse de la acusación, aseguró un “fracaso sin sentido” para el resto de las fuerzas opositoras.

La DC indecisa

Si bien en estos momentos los falangistas no son los aliados más populares en la oposición, es igual de cierto que su ambivalencia con la acusación a Chadwick es reflejo de los profundos conflictos internos que atraviesan a dicho partido, sumados al descontento que impera con la dirección que le ha dado Fuad Chahín a las negociaciones con el Gobierno.

Para nadie es un secreto que al interior de la DC hay un evidente quiebre entre los senadores y la dirección del partido. No es primera vez que pesos pesados de la tienda salen a “corregir o criticar públicamente a Chahín”, según recalcaron en el partido. Quien abrió el fuego amigo esta semana fue el senador Francisco Huenchumilla, que golpeó la mesa al sentenciar que la Democracia Cristiana “no es un partido de colaboración, sino que uno de oposición”, contradiciendo abiertamente las declaraciones que el timonel de la colectividad había hecho en el sentido contrario horas antes.

Pese a que todos se han cuadrado con la negativa a la acusación constitucional o simplemente han guardado silencio, esto no necesariamente significa “que Chahín esté negociando correctamente”, como advirtieron desde la bancada DC. Algo que dejó en evidencia el senador Jorge Pizarro, quien calificó de “errática” la conducción del actual timonel de la falange.

Las constantes visitas de Chahín a La Moneda han causado un fuerte recelo interno en la DC. Desde la directiva nacional lo defendieron, asegurando que eso responde al estilo del timonel, que es de “consenso y diálogo”. Pero hay quienes creen que el exdiputado “se ha ido a un extremo”, al punto que ni siquiera daría cuenta de todos los acuerdos a los que llega con el Gobierno de Piñera, lo que molestaría, principalmente, a los senadores de la colectividad.

Al interior de la falange reconocieron que los conflictos de estos días son una muestra más del dilema político interno que se les genera por la “falta de domicilio político”. La condescendencia con el Gobierno ha traído tensiones al interior de la Democracia Cristiana y, a pesar de que parte de la bancada celebró casi “con aplausos” las tres veces que Chadwick les dio su agradecimiento por no acusarlo constitucionalmente, otros advirtieron que esta defensa al ministro “solo nos aleja de una nueva coalición progresista”.

Oposición entrampada

Si existe una sola claridad en todo el enredo de la acusación constitucional en contra de Chadwick, es que del comité técnico anunciado ayer no saldrá nada en limpio. Desde el PPD afirmaron que el espacio no va a traer ningún resultado y que el sabor que queda es amargo, que se apuntó mal con la acusación constitucional, que solo “se perdió tiempo”.

Destacaron que todos los partidos sabían que la DC no iba a entregar los votos y que “nos preocupamos más de la forma que del fondo, que es la responsabilidad política de Chadwick”, razón por la que ningún partido se habría atrevido a “rayarle la cancha a la DC” y emplazarla más duramente. “No pueden ser de Chile Vamos y de oposición a la vez”, sentenció un parlamentario.

Desde el PS reconocieron que debieron “agachar el moño” por un fin mayor, que era dar un paso más en la búsqueda de la unidad de la oposición y, si bien insistieron en que “quisiéramos mayor sintonía”, también afirmaron que “están en un proceso que no se puede apurar”.

En una suerte de consuelo o un intento por ver el vaso medio lleno tras lo sucedido ayer, en el PS le restaron dramatismo a dilatar una definición sobre la acusación hasta marzo, porque creen que la temperatura política no bajará en este tiempo, que nuevas filtraciones van a poner en apuros otra vez a Chadwick y entienden que la señal política que entregan a La Moneda es “depende de Piñera si quiere o no seguir con este tema instalado”.

Una visión que dista mucho de la clara señal que el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, habría dado a un grupo de la oposición con el que se reunió para advertirle que “el Gobierno va a hacer todo lo que esté a su alcance para salvar a Chadwick”.

Publicidad

Tendencias