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Con proyecciones gigantes sobre termoeléctrica en Puchuncaví, ambientalistas recuerdan a Piñera que “el carbón mata” PAÍS

Con proyecciones gigantes sobre termoeléctrica en Puchuncaví, ambientalistas recuerdan a Piñera que “el carbón mata”

Como un llamado de atención previo a la COP25, la cumbre climática que Chile albergará en diciembre próximo, ambientalistas realizaron una intervención en la planta termoeléctrica a carbón Campiche, de la norteamericana AES Gener, en la zona de Quintero-Puchuncaví. Las organizaciones acusaron el papel “cómplice” del Estado en esta materia y le exigieron al Gobierno más ambición en plan de cierre de termoeléctricas porque “en la práctica están alargando la vida de las termoeléctricas hasta el 2050”. Habitantes de esta “Zona de Sacrificio”, que ayer nuevamente fue afectada por un peak de dióxido de azufre, acusaron: “Estamos siendo envenenados. Suena duro, durísimo, pero es la triste realidad”.


En una sorpresiva actividad que se desarrolló en la madrugada de hoy, y en la que es la primera acción previo a la COP25 que se realizará en diciembre en Chile, Greenpeace proyectó una serie de imágenes digitales en uno de los costados de la planta termoeléctrica a carbón Campiche, de la norteamericana AES Gener, en la zona de Quintero-Puchuncaví, pidiendo al Presidente Sebastián Piñera el cierre inmediato de las termoeléctricas en esta “Zona de Sacrificio”, bautizada como el “Chernóbil chileno”.

La actividad buscaba alertar respecto de la crítica situación en esta zona del país y en otras afectadas por la contaminación y el daño ambiental. En el caso particular de Quintero, se produce a horas de un peak de dióxido de azufre en la zona que obligó a la Intendencia de Valparaíso a decretar una emergencia ambiental.

Según Matías Asún, director nacional de Greenpeace en Chile, “la situación es dramática: hay metales pesados en la tierra, plomo en la sangre de los vecinos, derrames de carbón, intoxicaciones masivas, pérdida de biodiversidad y destrucción de recursos marinos. La situación es tan grave que la Corte Suprema ya ha advertido que si vuelven a generar intoxicaciones masivas se deberá generar una evacuación general de la zona. De hecho, hace unas horas la zona ha enfrentado una nueva emergencia ambiental debido a la alta presencia de dióxido de azufre”.

En ese contexto, Greenpeace acusó que el plan para el cierre de las termoeléctricas en el país anunciado por el presidente Piñera está lejos de tener un carácter ambicioso y destacó el papel “cómplice” que ha tenido el Estado con la norteamericana AES Gener, responsable de las cuatro termoeléctricas que están en Quintero-Puchuncaví.

De acuerdo con Greenpeace, el Gobierno debe ser más ambicioso en sus metas por lo que demandan el fin del carbón al 2030.

“En la práctica, lo que hace el plan de Gobierno es alargar la vida de las termoeléctricas hasta el 2050. Es decir, condena a miles de chilenos a seguir siendo envenenados por 30 años más. Si fuera un plan realmente ambicioso, el cierre de las termoeléctricas debiera producirse el 2030 y así aprovechar el enorme potencial de energías renovables que posee Chile”, puntualizó Matías Asún, exigiendo al Gobierno el cierre inmediato de estas instalaciones.

La acción de Greenpeace implicó la proyección digital de varias imágenes de 45 por 45 metros pasadas las 5 de la mañana, las cuales mostraron varios mensajes alusivos a la realidad que enfrentan distintas zonas de sacrificio en el país, en especial el área de Quintero-Puchuncaví, con alusiones directas al Presidente Piñera para que apure el cierre de las centrales.

“Con esta acción hemos querido alertar sobre la tragedia medioambiental y de salud que por décadas vive esta zona y sus habitantes. No es justo y es inconstitucional que se esté envenenando a miles de chilenos de manera impune con estas chimeneas de carboneras que contaminan el entorno y calientan el planeta”, finalizó Asún.

“Estamos siendo envenenados”

En el lugar también estuvieron representantes de la comunidad local, quienes revelaron la compleja situación que viven como vecinos de esta «Zona de sacrificio», que el año pasado sufrió una seguidilla de episodios medioambientales.

“Durante muchos años y de manera sistemática se han vulnerado nuestro derecho constitucional de vivir en un medioambiente libre de contaminación. Lo que sufrimos acá de manera diaria es que estamos siendo envenenados. Suena duro, durísimo, pero es la triste realidad. Se va a cumplir un año desde las masivas intoxicaciones del año pasado y lo que resulta insólito es que todavía no hay ni responsables ni claridad respecto de lo que pasó y qué fue lo que llevó a cientos de nuestros hijos a los hospitales. Lo peor de todo es que esto sigue pasando a diario con índices de contaminación que sobrepasan todas las normas, con derrames de carbón y una calidad vida que no se merece ningún chileno”, dijo Katta Alonso, vocera de la organización Mujeres en Zonas de Sacrificio y Resistencia de Quintero-Puchuncaví.

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