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El problema de la basura en Chiloé está lejos de resolverse. De hecho, cada día que pasa se agrava más. Así quedó de manifiesto en la resolución exenta N° 1064 del 25 de junio del 2020, de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), en la que ofició a la Municipalidad de Ancud a establecer medidas por el relleno sanitario del sector Puntra el Roble, el que ha sido fuertemente resistido por la comunidad. La SMA detectó manejo inadecuado de lixiviados, olores a descomposición a cinco kilómetros de distancia, situación que «afecta el bienestar o la salud de las personas dando lugar a mayores niveles de estrés en la población». Las conclusiones de la señalada superintendencia comprueban «la existencia de un daño inminente al medio ambiente y a la salud de las personas».
La seremi de Salud de la Región de Los Lagos, Scarlett Molt autorizó hasta el 31 de julio la disposición de residuos sólidos domiciliarios generados en la comuna de Ancud, así como la operación del vertedero de Puntra el Roble.
Esta nueva resolución llega junto con la extensión hasta el 5 de febrero de 2021 de la alerta sanitaria en la provincia de Chiloé, de acuerdo a lo indicado en el decreto 22 del Ministerio de Salud, producto de la grave situación que vive la comuna de Ancud, al no contar con un lugar para la disposición de los residuos sólidos domiciliarios.
El problema de la basura en Chiloé está lejos de resolverse. De hecho, cada día que pasa se agrava más. Así quedó de manifiesto en la resolución exenta N° 1064 del 25 de junio del 2020 de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), en la que ofició a la Municipalidad de Ancud a establecer medidas por el relleno sanitario del sector Puntra el Roble, el que ha sido fuertemente resistido por la comunidad.
El 15 de junio, la SMA acudió al sector con el objetivo de fiscalizar la obra, luego de una denuncia de la junta de vecinos N° 33 de Puntra Estación, dando cuenta de la instalación incompleta del cerco perimetral y manejo inadecuado de lixiviados. Ambas situaciones, junto a otras, se constataron en la fiscalización realizada por la referida superintendencia.
También comprobaron la existencia de agua lluvia acumulada en una zanja. Se detectó además olor a descomposición y malos olores a cinco kilómetros de distancia, situación que «afecta el bienestar o la salud de las personas dando lugar a mayores niveles de estrés en la población».
«Las anteriores conclusiones con sus correspondientes medios de prueba permiten, a continuación, justificar la existencia de un daño inminente al medio ambiente y a la salud de las personas», dice el oficio de la SMA.
Tras constatar estas irregularidades, la SMA concluyó que la «deficiente operación» del vertedero de Puntra el Roble «no logra dar cumplimiento a las obligaciones relacionadas con evitar o controlar la emisión de olores, dado que se mantienen residuos a la intemperie sin cobertura diaria, siendo el relleno sanitario una fuente generadora de «olores molestos», que por la dirección de los vientos puede alcanzar a la comunidad cercana que se encuentra aproximadamente a 5 kilómetros».
Otra de las conclusiones da cuenta del manejo deficiente de aguas lluvia, situación que «propicia su mezcla con líquidos lixiviados propios del relleno, aumentando la generación de olores molestos, junto con generar riesgo de desestabilización de terreno».
«La falta de un cierre perimetral adecuado, permite el ingreso de personas ajenas al relleno, quienes se pueden ver expuestos a riesgos en su salud, debido a falta de cuidados y medidas adecuadas», agrega la SMA en las conclusiones.
Por todo esto, dicha entidad resolvió una serie de medidas que deberá tomar la Municipalidad de Ancud. Entre ellas, «extraer el agua lluvia mezclada con residuos acumulados en el área de la zanja donde aún no se han dispuesto residuos».
También pidieron «implementar un sistema de canalización perimetral de aguas lluvia a los costados de la zona de disposición de residuos, que permita el escurrimiento continuo de aguas lluvia».
Finalmente, solicitaron «completar el cierre perimetral de la zona de disposición en los sectores oeste y sur del recinto, cerrando además todos los espacios que puedan existir a ras de suelo, con el objetivo de impedir el ingreso de fauna silvestre y cualquier otro vector sanitario en todo el recinto».
