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“No es memoria ocultar memoria”: los 119 se suman a rechazo a cambio de nombre de calle Santa Mónica PAÍS

“No es memoria ocultar memoria”: los 119 se suman a rechazo a cambio de nombre de calle Santa Mónica

Andrés Cárdenas
Por : Andrés Cárdenas Periodista El Mostrador
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Roberto D’Orival, coordinador del Colectivo 119 y hermano de Jorge D’Orival –detenido desaparecido–, ha expresado su desacuerdo con la propuesta del Concejo Municipal de Santiago, liderado por la alcaldesa comunista Irací Hassler, de cambiar el nombre de la calle donde se encuentra el “Castillo” de Santa Mónica, sede del Comité Pro Paz –antecesor de la Vicaría de la Solidaridad–. D’Orival argumenta que la propuesta refleja ignorancia histórica y borraría testimonios valiosos de la lucha por los DD.HH. Propone que la calle sea renombrada en honor al comité, en reconocimiento a su trabajo en favor de la verdad y la justicia en un momento crucial de la historia chilena.


El 24 de julio de 1975 los chilenos se encontraron en los kioscos con sangrientos titulares: “El MIR asesina a 60 de sus hombres en el exterior” (La Tercera), “Identificados 60 miristas ejecutados por sus propios camaradas” (El Mercurio), “Sangrienta pugna del MIR en el exterior” (Las Últimas Noticias) y el tristemente emblemático “Exterminados como ratones” (La Segunda). Así se hacía pública la primera de las listas con los nombres de los que posteriormente serían reconocidos como los 119 opositores de la dictadura militar de Augusto Pinochet, detenidos y desaparecidos en un crudo montaje conocido como Operación Colombo.

Las familias de los 119, al ver las listas publicadas en los medios de comunicación, se enfrentaron a la angustia y la confusión, ya que les costaba creer que sus seres queridos habían fallecido en supuestos enfrentamientos. Fue una táctica cruel diseñada para ocultar la responsabilidad del régimen en las desapariciones y para sembrar dudas sobre el destino de los detenidos. Algunos, tras enterarse de la publicación, y luego de un breve respiro ante la conmoción, acudieron a la única institución en la que confiaban en ese momento: el Comité Pro Paz y su sede ubicada en calle Santa Mónica, en el casco histórico de Santiago.

Hoy, la memoria se aviva en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, razón por la cual el Concejo Municipal de Santiago, liderado por la alcaldesa y militante del Partido Comunista (PC) Irací Hassler, impulsa el cambio de nombre de cruciales arterias del centro de la capital. Una de ellas es calle Santa Mónica, en el Barrio Yungay, la que será renombrada como Jaime Castillo Velasco, en honor al exministro y fundador de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, pese a que la sede de esta última se encontraba a un par de cuadras, en calle Huérfanos.

A pesar de la noble intención del municipio, esta determinación ha causado un profundo dolor y malestar en el Comité Pro Paz predecesor de la Vicaría de la Solidaridad, entidad vital en la asistencia a las víctimas de la dictadura, cuya emblemática casa en la que algunos de los familiares de los 119 se enteraron del montaje de la dictadurase encuentra en esa intersección.

El abogado Álvaro Varela, testigo de la historia en la calle donde se ubica la Casa Santa Mónica del Comité Pro Paz y para quien dicho lugar simbolizó un faro que iluminaba en Chile sobre los derechos humanos, planteó la situación a la alcaldesa Hassler a través de una carta, la que no fue considerada en la instancia municipal. Varela afirmó que esta medida también ha empañado el merecido homenaje al exministro Castillo Velasco y anticipó que buscarán vías legales para revertir la decisión.

“A lo menos expresa la ignorancia de la historia de lucha por los DD.HH.”

Al reclamo por el cambio de nombre de la calle donde se encuentra el “Castillo” de Santa Mónica, se sumó Roberto D’Orival, hermano de Jorge D’Orival (detenido desaparecido) y coordinador del Colectivo 119, de los familiares y seres queridos de las víctimas de la llamada Operación Colombo durante la dictadura. “Como ser consciente, como hermano de detenido desaparecido y como luchador por la vida, por los Derechos Humanos y del pueblo, expreso mi desacuerdo con un cambio en particular”, señaló en una declaración pública.

D’Orival destacó que la calle Santa Mónica fue el lugar donde se constituyó y realizó “una importante y extremadamente necesaria función humanitaria”, y es que allí surgió el Comité de Cooperación para la Paz en Chile (Comité Pro Paz). En esa calle, agregó, funcionó, desde octubre de 1973 hasta 1975, este primer organismo de defensa de los Derechos Humanos. “Allí se acogió solidaria y activamente a los familiares de detenidos desaparecidos y a las personas perseguidas por la dictadura, allí se impulsaron los recursos de amparo individuales y colectivos, desde allí se organizó e impulsó la lucha y movilización por verdad, justicia, por el ¿Dónde Están los detenidos desaparecidos?, desde esa casona se defendió la vida y la dignidad del pueblo”.

El coordinador del Colectivo 119 es categórico y sostuvo que la propuesta de cambio de nombres del Concejo Municipal de Santiago, “a lo menos, expresa la ignorancia de la historia de lucha por los DD.HH. de quienes sostienen esta propuesta y, de llevarse a efecto, contribuiría a borrar hechos y testimonios muy valiosos de nuestra historia”.

“El punto no es negar una calle para que lleve el nombre de un destacado defensor de los derechos humanos como fue Jaime Castillo, es más, su testimonio y legado deberían estar consagrados en rebautizar el lugar donde sí se vivió activamente su compromiso, esto es, en calle Huérfanos, donde funcionó la Comisión Chilena de Derechos Humanos”, planteó Roberto D’Orival.

“En honor a la verdad, a la historia y al merecido homenaje a Blanca Rengifo, Helmut Frenz y todos quienes conformaron el primer organismo ecuménico para la defensa de los derechos humanos en dictadura, a 50 años del golpe de Estado cívico-militar, que calle Santa Mónica lleve el nombre de Comité Pro Paz”, concluyó uno de los familiares de quien fue víctima del operativo montado por la dictadura.

No es memoria ocultar memoria”, sentenció Roberto D’Orival.

La emblemática casa de calle Santa Mónica, propiedad del Movimiento Familiar Cristiano de la Iglesia católica en Chile, por iniciativa de una concejala, podría ser declarada Sitio de Memoria, iniciativa que será respaldada por el Comité Pro Paz, pese a la preocupación existente ante posibles ataques como los que han sufrido otros Sitios de Memoria en los últimos años, los que se han intensificado en las semanas previas a la conmemoración de los 50 años del golpe y cerca del 9 de octubre, día en que también se cumplen 50 años del comité.

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