La Agencia de Sostenibilidad Energética y el Ministerio de Energía adjudicaron recientemente dos nuevos proyectos clave para fortalecer el ecosistema del hidrógeno verde en Chile, ubicados en las regiones de Antofagasta y del Biobío.
El primer proyecto, liderado por el Centro Mario Molina en Antofagasta, consiste en la creación de un HUB de hidrógeno verde para el transporte, con infraestructura avanzada para la producción, almacenamiento y dispensación del elemento. El segundo proyecto, «H2ERMES», se desarrollará en Talcahuano, Región del Biobío, y se enfocará en la producción y distribución de hidrógeno verde para operaciones logísticas y transporte pesado, utilizando energías 100% renovables.
Con un financiamiento parcial de la Aceleradora de Hidrógeno Verde, en el sector me comentan que estos proyectos buscan establecer las bases para un uso eficiente y sostenible de este elemento, posicionando a Chile como un líder en la economía del hidrógeno verde.
El desarrollo a gran escala –observan– depende de la modernización del transporte marítimo y de su capacidad de anticiparse a la inmensa demanda de buques que se necesitarán al momento de dar el gran salto.
Sobre esta posibilidad quisimos conocer la visión del sector marítimo sobre la velocidad con la que están avanzando estas innovaciones en Chile y cómo estamos preparados a nivel país para asumir este desafío. ¿Qué acciones se deberían tomar para anticiparse a ese momento?
Para ello, acudimos a la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, encabezada por Daniel Fernández Koprich. Aunque hubo interés inicial, lamentablemente Fernández no estuvo disponible para abordar este desafío, pese a que, como aseguran en el sector energético, el transporte marítimo no puede quedarse atrás de la carrera por el desarrollo y la descarbonización global.
Para la que sí constituye una preocupación es para la Cámara Naviera Internacional (ICS), que recientemente lanzó un nuevo informe, titulado Turning hydrogen demand into reality: Which sectors come first?, que explora el potencial del hidrógeno limpio como una solución clave para la descarbonización.
En el informe, redactado por el Dr. Stefan Ulreich, profesor de Economía Energética en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Biberach, Alemania, se sostiene que, para satisfacer la creciente demanda de hidrógeno, se necesitará de nuevas infraestructuras, incentivos económicos y un entorno regulatorio estable a largo plazo para fomentar la adopción del hidrógeno verde en diversos sectores.
Además, el estudio destaca la necesidad de desarrollar una cadena de suministro global robusta, lo que podría implicar la construcción de hasta 411 nuevos buques de hidrógeno, o hasta 500, si este se transporta como amoniaco.
Ulreich enfatizó en su estudio que la demanda de hidrógeno deberá multiplicarse por cinco respecto a los niveles actuales, para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas para 2050. Esto significaría una demanda de aproximadamente 500 millones de toneladas de hidrógeno entre 2030 y 2050. Guy Platten, secretario general de ICS, añade que la industria será la principal consumidora de este elemento, pero que el transporte marítimo también desempeñará un papel crucial en la economía del hidrógeno, actuando como facilitador para su distribución global.
El informe identifica a Corea del Sur, Japón y la Unión Europea como los mercados iniciales que impulsarán la demanda de hidrógeno. Europa, en particular, tiene un objetivo ambicioso de alcanzar 20 millones de toneladas de dicho elemento al año para 2030, de las cuales la mitad provendrá de fuentes importadas.