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“Estoy indignado”: la frase del Presidente que genera enconadas reacciones en el oficialismo PAÍS

“Estoy indignado”: la frase del Presidente que genera enconadas reacciones en el oficialismo

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Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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Dirigentes del oficialismo advierten que la frase “estoy indignado”, que el Presidente Boric ha repetido en por lo menos 5 crisis políticas, resulta contraproducente, porque en su último año “ya no queda el espacio para la poesía y solo para la prosa”.


Con tono de broma dos dirigentes del oficialismo comentan que la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, se percató de pronto de algo que hacía comidillo en la centroizquierda: la cantidad de veces que el Presidente Boric ha repetido la frase “estoy indignado”, como si fuera un bálsamo tranquilizante para el electorado en medio de un escándalo.

En ese contexto, horas después del 25F, la abanderada –luego de la frase de Boric en ese sentido– le espetó: “El Presidente de la República es la persona que tiene que liderar las soluciones y no declararse indignado”.

En la centroizquierda, incluso, hay un recuento de la cantidad de ocasiones en que ha dicho esa misma frase ante un hecho que deja perpleja a la población. En el conteo incluyen que mencionó estar indignado en 2023, cuando estalló el caso Democracia Viva; y en 2024 tras la denuncia de colusión de dos empresas para la venta de oxígeno para hospitales.

Algunos pensaban que era algo planificado; otros, una muletilla.

Militantes de partidos afines al Ejecutivo comentan que “el mantra del Presidente” tiene como objetivo empatizar con la ciudadanía, pero advierten que las percepciones que se generan resultan finalmente “inadecuadas o inverosímiles”.

Para el académico de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, el diseño comunicacional del Gobierno en crisis era deficiente y lo ilustra recordando que la falta de visibilidad del Presidente y la tardanza en su aparición para abordar la situación generaron desconfianza y malestar entre la población.

“El Presidente creo que representa bien la idea de indignación de todos por el corte de luz y lo largo que fue. Sin embargo, habló, yo diría, más bien desde el punto de vista de búsqueda de responsabilidades y no de asumir que el Estado, el Gobierno, todavía tiene falencias. Es decir, se necesitaba ahí una autocrítica en términos de que el Estado, el Gobierno, digamos, se había encontrado con situaciones que no habían sido monitoreadas, que no habían sido evaluadas, y esto corresponde al ministerio directamente responsable y del Coordinador Eléctrico“, dice Holzmann.

Entre los analistas surge más de una crítica a la gestión y comunicación de La Moneda en el contexto de la crisis del blackout.

“Como pasó en otras crisis, el manejo de esta ha mostrado niveles de improvisación y dificultades para comunicar adecuadamente las decisiones, o sea, hay una falla en la gestión de las decisiones, pero también en la comunicación (…). Estas decisiones tampoco han sido producto o resultado de un análisis de las variables y de los efectos que podría tener lo que termina comunicándose. Siempre predomina el apoyo cálido sobre el apoyo frío que debieran aportar los equipos que le entregan soporte tecnopolítico al Gobierno”, dice el director del centro Democracia y Opinión Pública de la U. Central, Marco Moreno.

Una opinión algo más radical tiene el analista Víctor Maldonado, quien enfatiza que en el último año del actual Gobierno la ciudadanía exigirá ver resultados concretos a problemas que le afectan.

“En el último año de Gobierno no hay espacio para que Boric diga que está indignado. No queda espacio para la poesía, sino que solo para la prosa. La indignación del Presidente no le solucionó el corte de electricidad a la gente. La gente quiere soluciones lo antes posible y no nuevas promesas que en el último año de Gobierno no se pueden cumplir. La ciudadanía necesita sentir cosas concretas”, advierte el analista político.

En esa línea, explican en el Ejecutivo, que el Ejecutivo se alista para mostrar cosas concretas en el gabinete ministerial. Según se ha interpretado en el oficialismo, ya comenzó a implementarse esta fórmula con la negociación de la toma de San Antonio que realizaron el ministro de Vivienda, Carlos Montes, y el subsecretario del Interior, Luis Cordero, que evitó un desalojo violento.

Sin embargo, ahora se menciona, por ejemplo, que la ministra de Salud, Ximena Aguilera, ya no apuntará a prometer una reforma de la salud, sino que al término de las listas de espera en los hospitales públicos.

“Durante la crisis del apagón, Boric expresó su indignación ante la situación, pero muchos ciudadanos han manifestado que ya no se conforman con palabras de apoyo”, advierte un legislador de la centroizquierda.

Varios analistas coinciden en que el Gobierno del Presidente Boric enfrenta un desafío en su último año de mandato, especialmente tras el apagón nacional que dejó a millones de chilenos sin electricidad y que generó reacciones de molestia en la población, no solo por el prolongado blackout, si también por la expresión anímica del Mandatario. En este contexto, la respuesta del Mandatario se ha convertido en objeto de análisis.

Los expertos coinciden en que el último año de Gobierno debe centrarse en mostrar avances concretos. “Ya no se trata solo de insistir en promesas. La ciudadanía espera acciones que solucionen problemas inmediatos”, afirma una asesora gubernamental.

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