
Sin mostrar hoz ni martillo, Jeannette Jara se pone al frente del progresismo en Chile
Pese a que las primarias concitaron apenas al 9% del padrón electoral, Jara se convierte en la cabeza de la coalición progresista y en la líder más influyente del PC tras darle el mayor triunfo de su historia. Entre las claves del éxito, estuvo la ausencia de símbolos como la hoz y el martillo.
Luego de ganar por más de 32% a la carta de los partidos de la ex-Concertación, la abanderada comunista Jeannette Jara se transformó desde anoche en la líder del sector progresista, aunque la baja participación electoral en los comicios oficialistas -ganó con 825 mil votos, cerca de 130 mil más que Daniel Jadue en 2021- no le permite a la exministra del Trabajo, hasta ahora, presentarse como una carta competitiva para derrotar a sus rivales de derecha.
No obstante, diversos analistas y parlamentarios oficialistas concuerdan en que los resultados no solo transforman a Jara en la líder más influyente al interior del Partido Comunista, sino también en la futura coalición de centroizquierda. Ya sea gane o pierda en noviembre, este domingo triunfó en el 98% de las comunas del país y fue derrotada solo en siete comunas: Colchane, Vitacura, Las Condes, Providencia, Lo Barnechea, entre otras.
“Estamos muy contentos, creemos que ha sido un proceso importante de unidad del progresismo, de la centroizquierda. Creemos que la participación es muy importante para el contexto y para la fractura que hay hoy día en la sociedad chilena con la política. Y por supuesto, estamos esperanzados por el enorme resultado que ha tenido Jeannette Jara, pero también con mucha calma y responsabilidad por el desafío que viene”, señaló el senador Daniel Núñez (PC).
En la escena que se exhibió anoche en el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL) se resume de algún modo una de las claves de una campaña que logró motivar a adherentes fuera de las militancias propias del partido: la ausencia de la hoz y el martillo. Las banderas del PC no solo no se vieron en el escenario, tampoco estuvieron presentes en la franja ni en la campañas en terreno, lo que confirma -opinan analistas- que el diseño de aislar su candidatura del ícono partidista más emblemático fue un acierto.
Pese a ello y a la baja participación, que sitúa a estas elecciones Primarias dentro de las más bajas de la historia -o desde la contienda entre Ricardo Lagos y Andrés Zaldívar, en 1999, donde el oficialismo apenas movilizó al 9% del padrón habilitado para votar-, el aplastante triunfo sobre el socialismo democrático le permitió a la exministra del Trabajo del Presidente Gabriel Boric posicionar su liderazgo sobre las figuras clásicas de su partido y que hasta último minuto hicieron “zancadillas” a su propia candidata. Con este triunfo, el PC debiera dar un golpe de timón importante al interior de las filas comunistas hacia el sector más liberal del partido y menos anclado en los resabios soviéticos, que hasta antes de la elección era considerado minoritario.
El triunfo que remece el PC
Mientras estuvo en el gabinete, la candidata Jeannette Jara representaba a un grupo nuevo de mujeres comunistas jóvenes, a los dirigentes del PC menos condescendientes con los gobiernos de Cuba y Venezuela, y también era parte del círculo partidario más cercano a los líderes del Frente Amplio, al denominado grupo de los seis. Eso, porque en la Comisión Política del PC subsisten “dos facciones enfrentadas”: una liderada por Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa; y otra, denominada “el Grupo de los seis”, que integran Camila Vallejo y Karol Cariola, entre otros. De este último sector es donde Jara se siente más cómoda, explican en la colectividad de la hoz y el martillo.
Jara es un liderazgo político nuevo y alejado de las estructuras más tradicionales del PC. De hecho, su perfil no proviene del Comité Central, el máximo órgano de dirección del partido, presidido por Lautaro Carmona y donde la expresidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, es la secretaria general hasta 2028. El Comité Central define la línea política y es responsable de gestionar todas las actividades del partido, dirigir la política de personal y supervisar el control de cuadros y distribuir fondos del presupuesto del partido.
“Yo no esperaba una diferencia tan amplia. Todos los análisis que teníamos nos decían que íbamos a ganar, pero pensábamos que iba a ser más estrecho, lo cual por supuesto quiere decir que el liderazgo de Jeannette fue muy potente, penetró mucho más allá de lo que creíamos, y eso por supuesto que primero es mérito del proyecto colectivo, pero también y sobre todo de la candidata”, dice el senador Daniel Núñez a El Mostrador.
En las afueras del comando de Cummings, uno de los carteles de los adherentes dice: “Jeannette Jara y Gladys Marín mujeres con igual convicción”. El letrero artesanal que levanta un poblador es ampliamente comentado entre los dirigentes. La última abanderada había sido la expresidenta de la colectividad, fallecida hace 20 años, que en su carrera a La Moneda, en 1999, obtuvo 225.224 votos (3,19%). Sin embargo, ahora por primera vez una militante comunista llega a la elección presidencial como la carta única de la izquierda y encabezando una coalición de partidos progresistas.
Algunos observan en Jara similitudes con Marín. Ambas provienen del mundo popular, ingresaron a las Juventudes Comunistas, en donde participaron activamente en labores comunitarias en barrios vulnerables, y fueron dirigentes estudiantiles. Otros prefieren comparar a Jara con el liderazgo de Michelle Bachelet, por lo que le atribuyen un carisma espontáneo.
“Jara no solo representa un giro generacional en la política, sino que su candidatura refleja la inclusión de nuevos discursos y la representación de un grupo de mujeres jóvenes que, hasta la fecha, no había ocupado un papel protagónico en la historia del partido”, señala un dirigente. Entre estos nuevos discursos está también su cercanía al estilo del PC chino, lo que se vio reflejado en el discurso de Jara de anoche, en donde se mostró abiertamente del lado de los acuerdos comerciales en la cancha de la libertad de mercado.
Dentro de las cualidades de Jara, en el oficialismo destacan su perfil político, su sobriedad y habilidad para negociar con la centroderecha la reforma laboral, las 40 horas y el salario mínimo. Incluso entre sus menos afines, en el Socialismo Democrático, resaltan su capacidad de gestionar equipos de trabajo, por lo que consideran que no será difícil recomponer relaciones, luego de una campaña que por varios momentos se tornó áspera con Carolina Tohá.
“Capacidad de gestión, de negociación con la derecha, de lograr acuerdos son atributos de ella. Estos atributos le permitieron al PC cosechar el triunfo electoral más grande de su historia. Esta noche los protagonismos no estuvieron en Bárbara Figueroa ni en Lautaro Carmona, ni siquiera en el escenario”, comenta un cuadro del socialismo democrático.
“Voy a esperar hasta el último cómputo para celebrar”, señaló la secretaria general del PC, Bárbara Figueroa, en la puerta del comando la fría noche del domingo, cerca de las 19 horas. Su rostro, ni siquiera con los resultados definitivos, se vio distendido. De hecho, su momento de mayor relajo no fue cuando recibió al candidato Gonzalo Winter para el saludo protocolar, sino cuando por los parlantes sonó “Un largo tour” del grupo Sol y Lluvia, tema que incluso bailó por unos segundos.
Las cifras no prevén un éxito electoral en noviembre
Aun cuando el PC continúa definiéndose como marxista-leninista y todavía con las nomenclaturas de conciencia y dictadura del proletariado en su doctrina, detrás de Jeannette Jara, la izquierda y el progresivo tienen un nuevo aire. Pero a pesar de los atributos de la carta comunista y del triunfo sobre Tohá, hasta ahora las encuestas sostienen que la derecha es favorita para vencer en las presidenciales de noviembre y estas primarias no consiguieron convocar a una base de apoyo que reflejara suficiente optimismo la noche del domingo en los comandos de campaña.
Es decir, las cifras de primarias todavía no le permiten al PC sostener que Jeannette Jara es una candidata competitiva contra las cartas de derecha como Evelyn Matthei y José Antonio Kast, ni la suma de votos del oficialismo exhibió fuerza ante la oposición.
“Teníamos claro que no iba a haber la participación que hubo en la primaria pasada, porque esa se dio en un ciclo de emergencia, de la movilización social, del despertar ciudadano que fue histórico en Chile con las protestas que acompañaron al estallido social, por lo tanto, cuando se nos ponía la exigencia de superar esa votación, nos parecía que era algo demasiado ambicioso. Creo que pensamos que íbamos a andar cerca de lo que se dio de participación”, comentó el senador Núñez.
“Creo que lo más importante es que tenemos una candidata del oficialismo. Esto quiere decir que ahora estamos preparados para iniciar una competencia contra la derecha. La votación fue baja en general, todavía no hemos entrado en los análisis, pero estamos conscientes. Estamos hablando de alrededor de 1.100.000 cuando en la última primaria tuvimos 1.700.000. Por lo tanto, hay una baja. Eso de todas maneras se refleja en los resultados. Creo que ella puede ser competitiva porque va a encarnar la unidad de todo el progresivo”, complementó la diputada del Frente Amplio, Lorena Fries.
Las diferencias de Jara con Lautaro Carmona -en temas como una nueva Constitución y la dictadura de Venezuela- en el liderazgo comunista y la creciente tensión en las filas del partido con otros sectores de la coalición añaden una capa de complejidad al desafío que enfrenta la aspirante de la hoz y el martillo. Pero entre los analistas sostienen que aun cuando Jara no logra imponerse a la derecha en las elecciones de noviembre próximo -según predicen los sondeos de opinión-, sus atributos de comunicación política y conexión con los sectores populares la convertirían en una de las protagonistas de una futura oposición, posiblemente junto a Boric.