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La cruzada de Bachelet contra el populismo y la ultraderecha que amenazan la democracia PAÍS Fundación Horizonte Ciudadano

La cruzada de Bachelet contra el populismo y la ultraderecha que amenazan la democracia

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Francisca Castillo
Por : Francisca Castillo Periodista El Mostrador
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Las derivas autoritarias de gobernantes electos, las propuestas populistas en tiempos electorales y la desactualización del progresismo ante las nuevas narrativas, fueron parte de las preocupaciones que instaló la expresidenta Michelle Bachelet en el marco del foro organizado por IDEA Internacional.


Los riesgos que enfrentan los sistemas democráticos en el orden global actual han constituido uno de los principales temas de preocupación de la expresidenta Michelle Bachelet. “Casi una obsesión”, dijo este lunes en el marco de su intervención en el Festival Democracia 2025, donde protagonizó un conversatorio junto a reconocidos intelectuales, como Daniel Innerarity.

El encuentro internacional es organizado por centros de estudios del oficialismo, la Fundación Friedrich Ebert y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), y también contará con la presencia de pensadores como Joseph Stiglitz y Susan Neiman.

La exmandataria ha destinado parte importante de su agenda en los últimos dos años a participar en foros, nacionales e internacionales, con el fin de alertar sobre los riesgos que implica para la democracia el avance de regímenes populistas y autoritarios. 

Ese mensaje cobra especial relevancia en un contexto de polarización electoral en Chile y en medio de la realización de la cumbre “Democracia Siempre”, donde el Presidente Gabriel Boric recibió en La Moneda a los mandatarios de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de España, Pedro Sánchez; de Uruguay, Yamandú Orsi; y de Colombia, Gustavo Petro.

En el encuentro los jefes de Estado apuntaron sus críticas a la ultraderecha y los extremismos, la importancia de abordar la desinformación y tecnologías digitales, así como impulsar una reforma del sistema de gobernanza internacional, particularmente de las Naciones Unidas.

Precisamente, uno de los ejes que instaló Michelle Bachelet en su discurso fue la relación entre democracia y multilateralismo. Este último –a su juicio– enfrenta un creciente escepticismo ante la incapacidad de dar respuesta a las crisis globales y conflictos armados. 

“Estas percepciones han contribuido al surgimiento de enfoques más replegados y escépticos frente a la acción colectiva, afectando en la capacidad de cooperación internacional para lograr respuestas efectivas. La gente no cree en un sistema multilateral que no tiene poder y que es irrelevante a la hora de enfrentar los grandes dramas que hemos visto en el mundo”, enfatizó. 

Dardos a Kaiser

Las derivas autoritarias de gobernantes electos por vía democrática fue otra de las preocupaciones planteadas por la expresidenta. “Lo hemos visto en sociedades muy claras en esta región de las Américas en general”, señaló. 

Por lo mismo, advirtió sobre la “creciente sensación de abandono por parte de amplios sectores sociales que no encuentran una respuesta satisfactoria en la política, ni en los partidos tradicionales”. 

En ese sentido, apuntó directamente a las recientes declaraciones del candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, quien señaló que repetiría un golpe de Estado como el de 1973, con todas sus consecuencias.

“Lo curioso es que quiere salvar la democracia con un golpe de Estado”, alertó Bachelet. Por lo que advirtió que no es posible “permitir normalizar lo que no es normal”, y la urgencia de trabajar para que “toda la gente sienta que la democracia tiene sentido, que los riesgos para la democracia son enormes si nos dejamos llevar por soluciones fáciles, populistas”.

Asimismo, acusó que en Chile existe “gente que dice que muy rápidamente va a resolver los problemas de crimen organizado en el país, que tienen las respuestas para todo, y eso no es cierto, nadie tiene todas las respuestas. No hay ningún problema complejo que pueda resolverse en poquito tiempo”, sentenció. 

Los partidos deben dejar de funcionar como maquinarias de poder

Los desafíos de la integridad electoral –en un contexto donde un tercio de las elecciones en América Latina entre 2020 y 2024 enfrentaron controversias políticas o legales– y los desafíos de la revolución digital ante la rápida propagación de desinformación, también fueron parte de los desafíos planteados ante el debilitamiento de la confianza en las instituciones.

Ante esto, la otrora alta comisionada de la ONU planteó algunas estrategias para “contrarrestar la embestida autoritaria”, como, por ejemplo, el desarrollo de políticas públicas efectivas ante la premisa de que “la democracia tiene que cumplir”. 

En segundo lugar, necesitamos reconstruir partidos políticos conectados con la ciudadanía y liderazgos empáticos. La desconexión entre los partidos tradicionales y las personas ha generado un enorme desencanto. Los partidos deben dejar de funcionar como maquinarias de poder. (…) Deben volver a ser espacios vivos de participación cívica en los que las demandas sociales sean escuchadas y se transformen en propuestas concretas”, afirmó. 

Asimismo hizo un llamado de atención a los partidos progresistas para hacerse cargo de las consecuencias de la inmediatez de estos tiempos. Donde, si bien la izquierda ha avanzado en herramientas con el uso efectivo de redes sociales, la extrema derecha lleva años de ventaja al respecto. 

“Los partidos progresistas deben entender este nuevo lenguaje y esta nueva narrativa”, advirtió. 

En ese sentido, Michelle Bachelet agregó que uno de los problemas es que el mundo progresista “tiende a hablar desde la cabeza, la racionalidad. Y el mundo más autoritario, primero con estas soluciones simplistas, fáciles, habla a la guata, al corazón”. Por lo que advirtió que “la percepción es cada vez más importante en lo que las personas consideran, a quienes le creen o no le creen”. 

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