
Detienen a tres gendarmes en Arica: Los acusan de haber dejado que asesinaran a un reo
El interno estaba a la espera de un juicio por haber agredido a un gendarme, en 2023. El 29 de diciembre pasado fue apuñalado al interior de la cárcel de Acha, donde él reo había sido ya agredido y había dicho que temía por su vida.
Personal del OS-9 de Carabineros detuvo esta mañana a tres funcionarios de Gendarmería de la cárcel de Acha, en Arica (un oficial y dos sargentos, según informó el Ministerio Público), acusados de homicidio por omisión y obstrucción a la investigación, al haber observado cómo un reo era asesinado al interior del patio de la sección de máxima seguridad, sin intervenir.
Los hechos acaecieron el 29 de diciembre pasado, cuando un reo identificado como Jordan Mejías se dirigió hasta una banca ubicada a un costado del patio, donde otro reo le entregó un estoque, lo que fue captado por una de las cámaras de seguridad. Luego de ello, premunido del arma, el interno avanzó hacia el acceso del sector, pero llamativamente el gendarme que la operaba la dejó fija, enfocando la misma banca.
Varios segundos después, decidió mover la cámara hacia el acceso del patio, donde ya se observa el cuerpo sin vida de Cristián Valencia Díaz, un delincuente común que pocos días antes había pedido expresamente que no lo enviaran al penal de Arica, porque allí sería asesinado.
Hasta marzo de 2023 Valencia había estado recluido en esa cárcel, pero el 11 de marzo de ese año se produjo un fuerte incidente en el módulo B-2, cuando varios presos comenzaron a pelear entre ellos, premunidos de estoques.
Ante ello intervino un sargento segundo, que -según la investigación de la Fiscalía de Arica- fue agredido sin motivo por Valencia, quien le propinó varios cortes al uniformado, incluyendo uno muy profundo en el cuero cabelludo.
Ante ello se inició una investigación penal en contra del reo, por maltrato de obra contra un funcionario de Gendarmería en el desempeño de sus funciones, y el interno fue trasladado a otra unidad penal. Hasta fines del año pasado se encontraba en la cárcel de Quillota, desde donde enfrentó vía zoom -en octubre del año pasado- la audiencia de preparación de juicio, en cuya acta la magistrada Carmen Calas, del Juzgado de Garantía de Arica, escribió que “se deja constancia para los fines pertinentes que el propio imputado solicita expresamente no ser traslado al Centro Penitenciario de Arica para la realización del Juicio Oral, por temor a su integridad”.
El traslado
No obstante, el tribunal oral determinó que el juicio debía ser presencial y ante ello Valencia fue derivado a Arica el 17 de diciembre del año pasado, siendo enviado a la sección de máxima seguridad, lugar donde -de acuerdo con lo investigado por Carabineros y la fiscalía- no debería haber estado, por tratarse de alguien en tránsito.
De hecho, la desesperación de Valencia era tal que el 22 de diciembre se autoinfirió varias heridas, pero luego de ser atendido fue devuelto al lugar. Al día siguiente fue atacado en el patio de alta seguridad por varios reos premunidos de armas blancas, uno de los cuales fue identificado como Jordan Mejías Martínez.
Valencia resultó con varias heridas cortopunzantes y estuvo hospitalizado cuatro días, luego de lo cual fue nuevamente derivado a la cárcel, donde dos días después fue asesinado a vista y paciencia de los gendarmes, de acuerdo con la indagatoria realizada por el OS-9, luego de que Mejías lo atacara de nuevo y -esta vez- lo apuñalara en el corazón.
Si bien el autor material ya fue formalizado por homicidio calificado, a los investigadores les quedaban muchas dudas acerca de lo sucedido y por ello se revisaron todas las cámaras del recinto penal, tras lo cual se determinó que de cerca de 20 internos que estaban en el patio A3 esa mañana (la mayoría de ellos, pertenecientes a las organizaciones criminales transnacionales “Los Gallegos” y al “Tren del Coro”) al único que se revisó fue a Valencia; es decir, a quien sería asesinado a los pocos minutos del desencierro, cerca de las 9 de la mañana.