

Ofertas al por mayor: desde el campo minado de Parisi al “Chao préstamo” de Kast
Para Carlos Correa, el estadio de U. de Chile planteado por ME-O o los campos minados fronterizos de Parisi son ofertas populistas. Para el decano Eugenio Guzmán, “recuperar el control total y cierre efectivo de las fronteras”, de Kast, o “la pena de muerte”, de Artés, son parte del fenómeno.
“Populismo”, como concepto y crítica política –por ofertas antidelincuencia o de feriado el 17–, ha sido mencionado en las últimas semanas con profusión entre candidatos presidenciales y al Congreso. Cinco especialistas en el análisis político identificaron las principales medidas populistas vistas entre algunos de los 8 candidatos a La Moneda.
Los analistas políticos Carlos Correa y Ascanio Cavallo y los académicos Eugenio Guzmán, Guillermo Holzmann y Marco Moreno ofrecen una visión crítica sobre el fenómeno del populismo. Explican que se manifiesta a través de propuestas presentadas de manera simplista para soluciones complejas, buscando resonar en los electores como creíbles y dividiendo como antagónicas a las élites y la ciudadanía.
El analista político Carlos Correa, exdirector de la Secom, destaca cómo ciertos abanderados utilizan el populismo como estrategia para captar la atención de los votantes.
“El mejor ejemplo es la instalación de minas en las fronteras que propusieron Kaiser y Parisi. También, el estadio para la Universidad de Chile por parte de Marco Enríquez-Ominami. Creo que Parisi es sin duda el candidato que tiene más ofertas populistas. Si uno revisa la página, él propone una especie de préstamo con cargo a los fondos de pensiones, propone también una serie de reactivaciones económicas que no se van a dar así como así. Dice que le baja el sueldo a todo el mundo a 5 millones de pesos o que va a echar no sé cuántos operadores políticos. Parisi yo creo que es el campeón del populismo, pero no quiere decir que sea el único”, afirma Correa.
En contraste, el analista observa que otros candidatos, como Evelyn Matthei y Jara, no presentan propuestas tan populistas. Aunque reconoce que Kast ha moderado su discurso en comparación con su postura inicial, considera que los tres candidatos mencionados son más responsables en sus ofertas. Sin embargo, también critica la propuesta de “Chao préstamo” del abanderado republicano, calificándola de impracticable.
El analista político Ascanio Cavallo ofrece una crítica profunda sobre el fenómeno del populismo en las propuestas de los candidatos presidenciales en Chile. Según él, los abanderados sienten la presión de formular propuestas que, en muchos casos, no se cumplen o se implementan de manera deficiente, lo que caracteriza a las iniciativas populistas.
“El populismo el problema que tiene es que, en general, son promesas que no se ejecutan y, cuando se ejecutan, producen un gran daño. Uno querría que no hubiese ese tipo de propuestas, pero es inevitable, porque los candidatos creen siempre que de ese modo capturan más público. No siempre es cierto, pero eso es lo que creen. En todas las últimas elecciones el populista por definición ha sido Franco Parisi, pero tampoco tengo en mente una medida precisa ahora mismo”, dice Ascanio Cavallo a El Mostrador.
“Kaiser, Parisi, ME-O, sí. Artés, Jara, Matthei, no”
El profesor y cientista político de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, también observa el fenómeno en los postulantes a La Moneda y explica que el electorado, en su mayoría, se compone de personas poco informadas o que presentan un “sesgo ideológico”, lo que facilita que crean en las promesas de ciertos candidatos.
Agrega que el fenómeno es objeto de estudio en disciplinas como la psicología social, la sociología y la antropología, que buscan entender las expectativas de los votantes, especialmente aquellos que se encuentran indecisos o desencantados con las propuestas tradicionales de la izquierda y la derecha.
En su análisis, el académico identifica a varios candidatos que encarnan el populismo en la actual contienda electoral. Entre ellos, menciona a Kaiser, Parisi y ME-O, quienes –a su juicio– se alinean con un discurso. Por otro lado, excluye a Artés de esta categoría, argumentando que su enfoque se basa en una ideología comunista histórica que critica al comunismo tradicional chileno.
“Dentro del cuadro de candidatos que cabrían en esa categoría, en porcentajes importantes de lo que significa el populismo, estarían Kaiser, Parisi, ME-O. Artés no, porque lo que él defiende es una ideología, una doctrina, una forma de ver la sociedad que tiene que ver con su visión comunista histórica y que critica al comunismo tradicional chileno. Matthei, Jara y Kast son más estructurados, por lo tanto su discurso, si bien es cierto hay rasgos de ello, asociados con la seguridad, por ejemplo, con la economía, aparecen como propuestas que se determinan dentro de un debate si son o no posibles. Tienen menos porcentaje de populismo”, advierte Holzmann.
El académico anticipa que, en las franjas electorales, se podrá observar cómo los abanderados utilizan el discurso populista para descalificar a sus oponentes y destacar sus propias ideas como las más brillantes y efectivas para resolver los problemas del país.
“El enfoque puede ser excesivamente voluntarista”
El analista político y decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, considera que cualquier propuesta que no pueda ser implementada de manera efectiva dentro de un período de gobierno, en los próximos cuatro años, debe ser considerada populista.
Por ejemplo, en el ámbito de la inmigración, propone que la idea de “recuperar el control total y cierre efectivo de las fronteras, de Kast, o el término de la migración ilegal”, también pueden ser vistas como propuestas populistas. Aunque se pueden crear leyes para endurecer la política migratoria, la realidad es que países como Estados Unidos y varias naciones europeas han enfrentado dificultades para abordar este problema, lo que sugiere que las soluciones no son tan simples como se presentan.
El estadio de la U y pena de muerte en casos de violación
En cuanto a la idea de recuperar el control total de las fronteras, Guzmán sostiene que este enfoque puede ser excesivamente voluntarista y, por lo tanto, populista. Aunque la intención de controlar la inmigración ilegal es válida, la implementación de tales políticas requiere un análisis más profundo de sus efectos y viabilidad.
El decano también critica propuestas como la construcción de un estadio para un club de fútbol, como propone ME-O, argumentando que este tipo de iniciativas son inherentemente populistas. A pesar de que un estadio puede ser bien recibido por una parte de la población, Guzmán recalca que los recursos públicos no deberían destinarse a un club en particular, especialmente cuando existen prioridades más urgentes en la sociedad.
El analista menciona que propuestas como la pena de muerte en casos de violación y el aumento del sueldo mínimo a 600 mil pesos, que propone Eduardo Artés, son ejemplos de populismo.
En el caso de la pena de muerte, Guzmán argumenta que existen consideraciones éticas y legales en el siglo XXI que complican su viabilidad. Asimismo, la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE) para estudiantes de origen “popular”, lo que no se define, es vista como una promesa populista que carece de claridad sobre quiénes se beneficiarían realmente.
El analista político y director del Centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, sostiene que en el ámbito de la derecha las promesas de mano dura y control migratorio apelan al temor ciudadano.
Mientras, por otro lado, en la izquierda, se presentan propuestas como salarios vitales y expansiones significativas de derechos como soluciones inmediatas a las necesidades sociales. Moreno puntualiza que, en ambos casos, estas propuestas no abordan la complejidad de los problemas que intentan resolver, lo que las convierte en ejemplos del fenómeno en cuestión.
“Los programas muestran trazos populistas en varias propuestas. En la derecha, promesas de mano dura y control migratorio apelan al miedo; en la izquierda, salarios vitales y grandes expansiones de derechos como soluciones inmediatas. En ambos casos, se simplifican problemas complejos en fórmulas de fácil consumo electoral. Más que la excepción, el populismo se ha convertido en el lenguaje transversal de esta campaña, lo que obliga a preguntarse no por la popularidad de las promesas, sino por su viabilidad y los costos de cumplirlas”, afirma Moreno.
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