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Elecciones 2025
Del espectáculo al Congreso: los ganadores y perdedores que buscaron dar salto a la política Elecciones 2025 El Mostrador

Del espectáculo al Congreso: los ganadores y perdedores que buscaron dar salto a la política

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Una veintena de figuras provenientes de la televisión, la música y la cultura intentó transformar su visibilidad mediática en representación parlamentaria. Solo algunos lograron consolidar un escaño, mientras la mayoría quedó fuera en una contienda que evidenció los límites de la popularidad.


Las elecciones parlamentarias dejaron un mapa renovado en el Congreso y un experimento político con resultados dispares: numerosos rostros del espectáculo, las comunicaciones y la cultura apostaron por competir por un escaño en la Cámara de Diputados, intentando capitalizar su arrastre mediático en un escenario marcado por la desafección ciudadana y la búsqueda de liderazgos alternativos. Sin embargo, solo un pequeño grupo consiguió transformarse en legisladores, mientras que la mayoría de estas candidaturas quedó lejos de alcanzar las cifras necesarias para ingresar al Parlamento.

Entre quienes lograron concretar su aspiración, la irrupción más comentada fue la del comunicador Cristián Contreras Radovic, “Dr. File”, quien aseguró un cupo por el distrito 8. Su elección fue leída como un reflejo del peso que pueden tener figuras no tradicionales en territorios donde la política formal ha perdido legitimidad, además de representar un fenómeno de ascenso sostenido de candidaturas asociadas al Partido de la Gente. Junto a él, otro de los ganadores fue el exanimador pascuense Hotuiti Teao, quien renovó su representación por el distrito 7 ampliando su respaldo electoral y consolidando un perfil anclado en la identidad insular y en el trabajo comunitario desplegado en su zona.

La jornada también trajo consigo la elección del periodista y exanimador juvenil Javier Olivares (PDG), quien compitió en el distrito 6 y logró situarse entre las primeras mayorías de su circunscripción.

Otro nombre conocido del mundo cultural que logró asegurar presencia parlamentaria fue el actor y exconvencional Ignacio Achurra (FA), cuya trayectoria en el ámbito artístico y su paso por el proceso constituyente contribuyeron a proyectar una base de apoyo sólida y menos dependiente de la lógica del espectáculo.

Los perdedores

En contraste, la lista de candidaturas provenientes de la televisión y las artes que no consiguieron un escaño fue considerablemente más extensa. Entre ellas destaca la exanimadora Carolina Julio, quien compitió en el distrito 6 sin alcanzar los votos necesarios. Tampoco lograron imponerse los actores Felipe Ríos, Li Fridman, Juan Pablo Sáez y Sandra Solimano, quienes participaron en distritos altamente competitivos y sin posibilidades de arrastre dentro de sus respectivos pactos. El actor Ariel Mateluna no consiguió superar el umbral requerido en el distrito 9, confirmando las dificultades de estas postulaciones para posicionarse más allá de nichos específicos.

A ellos se sumó una serie de figuras televisivas de larga trayectoria que tampoco pudieron traducir su reconocimiento público en apoyo electoral suficiente, entre ellas Juan Carlos “Pollo” Valdivia, Gonzalo Egas, Felipe Vidal y Patricio Laguna. Lo mismo ocurrió con perfiles vinculados al debate televisivo, como las doctoras Carolina Herrera y María Luisa Cordero, y con abogados de alta exposición mediática como Aldo Duque y Macarena Venegas. Pese a su notoriedad, el respaldo en sus respectivos distritos fue insuficiente para competir con candidaturas tradicionales o con pactos políticos que concentraron las mayores votaciones.

El balance también fue negativo para el músico Pablo Herrera en el distrito 14, pese al despliegue público que había sostenido durante los últimos meses. Algo similar ocurrió con Marlén Olivari y el creador de contenido digital Jean Pierre Bonvallet, conocido como “Bonvallet hijo”, quienes no lograron convertir su presencia permanente en redes sociales y medios en un apoyo electoral decisivo. Sus resultados consolidan una tendencia que se repite en múltiples ciclos electorales: la visibilidad mediática no siempre se traduce en tracción política territorial.

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