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Propuesta de Nueva Constitución

Convencional Christian Viera por los 2/3: “Es una discusión que tiene más bien un componente político y retórico más que sustantivo y procedimental”

Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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En una semana clave para la Convención, el abogado y constituyente de la Lista del Apruebo insiste en el mismo discurso que ya planteó dos veces ante sus colegas convencionales en el pleno: “La regla de los dos tercios, que se encuentra en la actual Constitución que se está muriendo, es una regla que, nos guste o no, está vigente. Por lo mismo, como está vigente, no podemos nosotros cambiarla. ¿Esta regla se puede cambiar? Por cierto que se puede cambiar, pero quien la debe modificar es aquel órgano que la creó”. En este sentido, considera que los intentos por modificar dicho quórum, en el marco de la votación de las 1.128 indicaciones que resolverá la Convención entre miércoles y viernes, no tendrán efecto. “Tengo la impresión de que esas indicaciones deberían ser rechazadas, por lo tanto, el reglamento va a contar con el quórum que establece el artículo 94”, subraya. Con todo, ante la eventualidad de un rechazo a los dos tercios, Viera pone paños fríos y señala que “no se acaba la Convención, porque existen los mecanismos de reclamo frente a vicios procedimentales”.


El convencional por el distrito 17, abogado y académico constitucionalista, Christian Viera, abordó en El Mostrador los temas más relevantes que marcarán esta semana, como el quórum de los dos tercios y los plebiscitos dirimentes, además de la agenda que se espera despejar desde el miércoles, con las 1.128 indicaciones que deberán revisar y votar del reglamento.

-Hay más de mil indicaciones que se deben votar. ¿Cuáles son los principales desafíos para esta semana y sus expectativas?
-La semana pasada terminó bien, con todos los cuerpos normativos que habíamos elaborado, aprobados en general. Una vez terminado eso, se abrió un plazo relativamente breve de indicaciones a todos los cuerpos normativos y eso terminó el día jueves. Se presentaron más de mil indicaciones. Por lo tanto, lo que viene entre el miércoles y el viernes es la votación de todas y cada una de las indicaciones que podrían eventualmente, o no, modificar nuestros reglamentos y normas que nos hemos dado.

-¿Cuáles son sus expectativas de las votaciones que vienen y de los acuerdos que se puedan generar?
-Todos los documentos, como teníamos un plazo tan escaso, también de repente como que fueron construidos sin mucho cuidado técnico, entonces, primero, los textos van a mejorar en términos técnicos. Lo segundo es que también se han dado ciertas discusiones, una vez aprobados algunos de los documentos que permitirían mejorar esos textos. A mí me tocó trabajar en la Comisión de Ética y los medios de comunicación han estado muy atentos, sobre todo por ciertas infracciones que hemos generado. Tengo la impresión, por las indicaciones en las cuales me tocó participar, que ese texto también podría ser mejorado. Y en tercer lugar, al término de esta semana, espero que ya tengamos todos nuestros documentos definitivos, por lo tanto, ya deberíamos comenzar la discusión sustantiva.

-Se ha hablado mucho de que ha existido un avance rápido para instalar el reglamento. Se hizo casi en tiempo récord, incluso superando las expectativas que se tenían. ¿Cómo ha visto el trabajo en conjunto de la Convención?
-Yo distinguiría lo que es el pleno del trabajo en las comisiones. El pleno tiene un tipo de discurso y un tipo de conversación diferente de la que se da en las comisiones. Es más retórico, discursivo, uno está hablando principalmente a los electores o al país, y hay poco diálogo. A diferencia de lo que ocurre en las comisiones, donde hay un genuino diálogo, porque también el espacio es un espacio más horizontal. En cuanto a su pregunta, efectivamente al 28 de agosto terminamos todos nuestros textos, pero eso tuvo un costo muy alto. Los horarios de trabajo eran extenuantes, y eso pasa –entre otras razones– porque no hemos tenido una perspectiva de cuidados para el ejercicio de nuestra labor, pero porque también somos súper conscientes de que este trabajo es un trabajo acotado en el tiempo. Por lo tanto, nosotros mismos nos dimos un plazo muy exigente para terminar nuestros textos. Por lo mismo, a comienzos de octubre, cuando nadie yo creo que lo hubiera esperado al comienzo de la Convención, vamos a poder comenzar la discusión sustantiva. Y, claro, eso significó un trabajo muy, muy duro, sobre todo en la falta de cuidado en el horario de trabajo. Eso ha sido muy cansador.

-Vamos a un tema que fue bastante polémico la semana pasada, de los dos tercios, una tensión que se generó desde el inicio de la Convención. Hubo rechazo a este quórum en la votación de 30 artículos reglamentarios, en las enmiendas presentadas por Vamos por Chile, pero se aprobó en el reglamento general. ¿Cree que se van a ratificar los dos tercios?
-Tuve oportunidad de referirme a ello en dos ocasiones en el pleno la semana pasada, y en ambas dije más o menos lo mismo. La regla de los dos tercios, que se encuentra en la actual Constitución que se está muriendo, es una regla que, nos guste o no, está vigente. Por lo mismo, como está vigente, no podemos nosotros cambiarla. ¿Esta regla se puede cambiar? Por cierto que se puede cambiar, pero quien la debe modificar es aquel órgano que la creó. Y qué es lo que ocurrió. El famoso artículo 94 lo que hace es repetir la regla que está en la Constitución. En estos momentos el reglamento fue aprobado en general, por lo mismo, contiene la regla de que cada una de las normas constitucionales ha de aprobarse por dos tercios. ¿Qué es lo que puede ocurrir esta semana? Aún no tengo el texto de las indicaciones, pero puede venir una indicación que sea supresiva, es decir, eliminar el artículo 94, o una modificación, que es traducir el quórum que está en el artículo 94. Sí, puede ocurrir, pero tengo la impresión de que esas indicaciones deberían ser rechazadas, por lo tanto, el reglamento va a contar con el quórum que establece el artículo 94.

-¿Son muy extremas estas declaraciones de que se podría acabar la Convención si es que este quórum no se ratifica, como dijo el constituyente Agustín Squella?
-Bueno, esa fue la opinión que dio un colega, que yo leí completamente la entrevista, y en general coincidía con el diagnóstico, es un poco más o menos lo mismo que le estoy señalando. Pero si no respetamos el quórum de los dos tercios, que es un quórum procedimental, la misma Constitución contiene reglas para resolver esos conflictos procedimentales, y que es un recurso ante la Corte Suprema. Es una declaración exagerada, no se acaba la Convención, porque existen los mecanismos de reclamo frente a vicios procedimentales.

-Llegar a la Corte Suprema, ¿qué podría significar para la Convención Constitucional en términos prácticos y en términos de imagen cuando se intenta avanzar frente a los problemas que se han generado?
-Conviene recordar que el reclamo ante la Corte Suprema no es llegar y reclamar frente a un vicio procedimental. El vicio procedimental debe ser esencial y que cause perjuicio. Por lo tanto, de prosperar un reclamo ante la Suprema, debe satisfacer esos exigentes requisitos, y no tengo a la vista algún ejemplo de que lo que nosotros hayamos realizado sea un vicio esencial o que cause perjuicio al trabajo de la Convención, por lo tanto, este reclamo ante la Corte Suprema no lo vamos a ver prontamente y yo creo que, en la eventualidad que se dé, solo se dará cuando lleguemos a la discusión sustantiva, pero, ojo, siempre será por vicios procedimentales. ¿Es bueno utilizar el mecanismo? Creo que no, porque judicializa un problema que es político. Yo esperaría que en general nuestros conflictos y nuestras diferencias sean resueltas por medio de las herramientas de la deliberación.

-En la discusión de fondo del debate de los dos tercios, el fin de semana algunos constituyentes instalaron que la única capacidad de veto la tienen quienes reclaman contra este quórum, por lo que lo atribuyen más bien a una señal política sobre la autonomía que tiene la Convención para desobedecer o desmarcarse del acuerdo del 15 de noviembre. ¿Lo ve como un tema más político que de fondo?
-Todo el proceso constituyente no es fruto del acuerdo de noviembre. El proceso constituyente ha sido fruto de la potente movilización de ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, este proceso constituyente tuvo ciertas reglas, y esas reglas por lo pronto fueron un plebiscito de entrada, que ya sabemos su resultado. Fue modificado en el camino, estableciendo reglas de paridad o también participación de escaños reservados. Cuenta con un plebiscito de salida y con un quórum de dos tercios. O sea, esas pocas reglas nos rigen y han permitido toda la habilitación del proceso. El punto está en que esa diferencia sobre los dos tercios, sobre el carácter espurio del acuerdo y todo lo que hemos escuchado, se limita al quórum y no a todo el proceso. Entonces, yo esperaría más bien una reflexión un poquito más sistemática, en el sentido de que todo el proceso constituyente está condicionado por esas reglas. Más bien esa discusión específica sobre el quórum, es una discusión que tiene más bien un componente político y retórico más que sustantivo y procedimental.

-Otro tema que generó polémica en su momento fue el de los plebiscitos dirimentes, que incluso han tachado de inconstitucionales. ¿Cuál es su postura frente a esta herramienta y qué posibilidades hay de perfeccionarla para generar una mayor aceptación del resto de constituyentes?
-La posibilidad de plebiscitos dirimentes está contemplada en el reglamento de participación, y es verdad, establece la siguiente hipótesis: una norma constitucional que no ha sido aprobada por dos tercios pero sí por tres quintos. Segundo, esa norma puede ser sometida a un plebiscito dirimente, es decir, que resuelva este entrampamiento. Pero si usted mira, dice «aplicación»: para llevar a cabo los plebiscitos es necesario realizar las reformas necesarias en los cuerpos normativos. Es necesario realizar reformas legales y reformas constitucionales para que estos plebiscitos tengan posibilidades de ser. En ningún caso nosotros estamos creando la posibilidad cierta, estamos señalando que este mecanismo lo podemos utilizar. Hay un respeto a aquellos órganos encargados de resolver el conflicto.

-¿Sería el Congreso en este caso?
-Mediante la modificación de la Constitución para habilitar este plebiscito y la ley de votaciones y escrutinios para poder generar la posibilidad de que intervenga el Servel.

-¿Qué otros temas podrían centrar el debate en los próximos días?
-Tal vez viene muy de cerca mi opinión, pero creo que también fue polémico lo que ocurrió en la Comisión de Ética, sobre todo con el establecimiento de algunas infracciones, y con el establecimiento de algunas sanciones. Puede haber una mejora en el tipo de sanción en el caso de la medida de la suspensión del derecho a voz y también de aquella que establecía como sanción alternativa la posibilidad de estudiar algunos temas complejos.

-¿Qué pasa con el tema de la abstención en las votaciones? Constituyentes de Vamos por Chile defendían que era una expresión política válida, pero otros, como la constituyente del PC Bárbara Sepúlveda, explicaban que no se prohibía abstenerse, pero no se iba a considerar dentro de la votación.
-Es una discusión bien técnica, porque tiene que ver con cómo se computan los votos. Ambas opiniones son razonables y pertinentes, el punto está en que en algún momento hay que decidir por una u otra, pero yo no descalificaría ni la una ni la otra. Por un lado, es legítimo que uno no quiera tener una opinión, pero por otro lado también es legítimo que, si tú no quieres tener una opinión, tu voto no se cuente. En el reglamento se consideró que es pertinente, es razonable no tener opinión, pero tu voto no cuenta. Y eso es lo que tenemos en estos momentos. No sé cómo va a quedar en definitiva, pero esta idea se toma del mismo valor del sufragio en los procesos electorales, porque si usted vota nulo o blanco, su voto no es un voto válidamente emitido. Usted lo emite, pero no se cuenta. Esto puede ser problemático cuando establecemos un quórum que se llama supramayoritario, que es sobre los constituyentes en ejercicio. Cuando ponemos el voto sobre los constituyentes en ejercicio, votar abstención es votar rechazo. Ahí podría eventualmente bajar el quórum. Es una discusión muy técnica, un poco árida, pero ambas posturas son razonables.

El caso Rojas Vade

Previo a la renuncia del constituyente Rodrigo Rojas Vade, que es más bien simbólica, pues no hay un mecanismo legal que lo permita, el constituyente independiente Christian Viera enfatizó que, más allá de Rojas, un gran problema es qué pasará con la representatividad que le dieron sus electores. «No es la renuncia de Rodrigo Rojas, es dejar sin voz a sus representados, por eso es tan delicado», sostuvo.

Subrayó que, a su juicio, la mejor decisión era que Rojas no asistiera a las sesiones de la Convención Constitucional para evitar tensionarla y distraer la atención de las discusiones relevantes que tendrán estos días. Sobre el mecanismo legal para concretar su salida, subrayó que «nosotros no tenemos un mecanismo que regule las renuncias y está bien que así sea», y agregó que hay una propuesta en el reglamento, pero que es posible que necesite de todos modos del Congreso. «Hay una modificación al reglamento que indica que uno podrá renunciar por motivo grave, pero que deberá ser calificado por el pleno. Sin embargo, esa regla entra en contradicción expresa con las reglas que en la Constitución se establecen. Entonces, además, sería necesaria una reforma a la actual Constitución para que eso procediera», explicó.

Escuche el audio de la entrevista acá:

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