
Vino y Fiestas Patrias: qué cepa elegir para acompañar asados, anticuchos y empanadas
El asado a la parrilla, los anticuchos y las empanadas son parte esencial del menú dieciochero, y junto a ellos el vino chileno se convierte en un aliado imprescindible. Los cortes grasos del asado necesitan tintos firmes, los anticuchos piden versatilidad y las empanadas requieren equilibrio.
Septiembre en Chile es sinónimo de cueca, ramadas y sobre todo de buena mesa. En cada casa y fonda se enciende la parrilla para preparar asados, anticuchos y empanadas, platos que marcan la identidad gastronómica de las Fiestas Patrias. Pero junto con ellos, la bebida que mejor acompaña la celebración es el vino, patrimonio nacional y aliado ideal para realzar los sabores de estas preparaciones.
No obstante, no todas las cepas funcionan igual con cada preparación. La elección depende de las características del plato y de cómo el vino interactúa con la grasa, la intensidad o los condimentos.
Asado: vinos con estructura para enfrentar la grasa
El asado reúne cortes jugosos y con buen nivel de grasa, como el lomo vetado o el asado de tira. Esa intensidad requiere vinos de taninos firmes, capaces de “limpiar” el paladar entre bocado y bocado. El Cabernet Sauvignon, con su acidez marcada y notas de frutos negros, cumple esa función al equilibrar la sensación grasa y realzar el sabor de la carne.
El Malbec, más frutal y de taninos suaves pero presentes, aporta frescura y redondez sin perder potencia, lo que lo hace ideal para la carne a la parrilla. En cortes más magros, como la entraña, el Carmenere ofrece un equilibrio distinto: menos agresivo en taninos, con notas especiadas y de pimiento que complementan muy bien el ahumado de la parrilla.
Anticuchos: vinos versátiles para sabores diversos
Un anticucho puede llevar carne de vacuno, pollo, longaniza, cebolla o pimientos, lo que significa variedad de sabores en un solo pincho. Para responder a esa complejidad, el Syrah es una de las cepas más recomendadas: su carácter especiado y notas de pimienta negra dialogan con la intensidad de la longaniza y los vegetales asados, mientras que su buena concentración acompaña sin opacar al vacuno. Otra opción son los blends tintos —mezclas de distintas cepas— que ofrecen mayor flexibilidad al incorporar matices frutales, herbales o especiados que se ajustan a la diversidad del anticucho.
Empanadas: maridajes según relleno
La empanada de pino, con carne, cebolla y aceitunas, presenta un relleno sabroso pero balanceado. Aquí el Merlot resulta una opción adecuada por su carácter frutal, suavidad y taninos redondeados, que no sobrepasan al plato. El Carmenere joven también se adapta muy bien: su frescura y notas especiadas aportan complejidad sin competir con los sabores de la empanada.
En cambio, cepas muy tánicas como un Cabernet Sauvignon de guarda podrían resultar excesivas, ya que sobrecargarían un plato de por sí contundente pero no tan graso.
Para las empanadas de mariscos o queso, la lógica cambia: un vino blanco con buena acidez, como el Sauvignon Blanc, ayuda a refrescar el paladar y a equilibrar la untuosidad del queso o el sabor salino de los mariscos.
Opciones vegetarianas: maridajes frescos y equilibrados
Las Fiestas Patrias también se celebran con alternativas sin carne, que han ganado espacio en las mesas familiares y fondas. Los anticuchos de verduras —con pimentón, zapallo italiano, champiñones y cebolla— combinan dulzor natural y ahumado, lo que encuentra un buen compañero en los rosados frescos o en el Pinot Noir ligero, ambos capaces de resaltar la frescura sin sobrecargar el paladar.
En las empanadas de champiñones, un Chardonnay con paso por barrica complementa sus notas terrosas y aporta cremosidad.
Las parrilladas de vegetales como berenjenas, zapallos o espárragos encuentran en el Carmenere joven o en un Garnacha frutal acompañantes ideales para equilibrar sus sabores intensos y ahumados. En el caso de preparaciones con legumbres o hamburguesas vegetales, vinos de taninos suaves como un Merlot o un Syrah joven armonizan bien con la textura y aportan redondez al maridaje.
El maridaje no solo busca acompañar, sino también resaltar lo mejor de cada plato. En estas Fiestas Patrias, elegir un vino adecuado es parte de la experiencia. Así, el vino chileno, con su diversidad de cepas y estilos, se consolida como compañero inseparable de las celebraciones patrias