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Un fin de semana redondo en Lima Viajes

Un fin de semana redondo en Lima

Eloisa Freund
Por : Eloisa Freund Viajera y sibarita
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Recientemente se dieron a conocer los Latin America’s 50 Best Restaurant, coronando a Maido, en Lima, como el mejor de todos. Pero la capital peruana cuanta con varios de los mejores restaurantes de la región, además de diversos sabores, rincones y lugares para disfrutar.


Viajar es uno de mis panoramas favoritos. Pero comer y viajar, es mi plan perfecto. Hace unos meses hice Buenos Aires, maravilloso, rico y barato. Y el fin de semana pasado, volví a Lima, uno de mis destinos favoritos, porque está cerca y hay panoramas para todos los bolsillos.

Hice mi estudio de aviones: Latam, Sky y Jetsmart. Lo más barato es Sky y según leí, sus aviones son los más modernos de la región. Además, con la tarjeta del mi banco no pagué maleta y tuve una van gratis al aeropuerto.

En Lima me dieron el dato de “Taxi Green”, una empresa que está en el aeropuerto, pero justo a la salida de aduana. BBB. Aunque si hay autos más pro está Mitsui, que cobra bastante más por un auto de lujo. 

Respecto del alojamiento, optamos por un Airbnb. Encontramos un depto nuevísimo en Miraflores les dejo el dato.  Y aquí vamos con el reporte…..

Viernes

Desayunamos en “La Cristina”, una cafetería maravillosa en donde me comí un croissant benedictino, el primer pan del viaje, suavecito, sabroso. Y el huevo, ¡perfecto! La Pili pidió un pollo platón, una versión crujiente y deliciosa de un clásico pollo con palta. El chef, Carlos Vial, es mitad peruano y mitad chileno, y estuvo a cargo de la cocina del Hotel Ritz de Santiago. Un lujo.

Bien alimentadas, pedimos una app de transporte y partimos a conocer Barranco. Aunque es cerca, hay mucho tráfico. Nos demoramos 40 minutos aprox en llegar. 

Barranco es un barrio hippie chic ubicado frente al mar. Fuente de inspiración de artistas como Chabuca Granda, que compuso el famoso vals La Flor de la Canela, evocando al puente de los suspiros; también del premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa y de Virgilio Martínez, el mejor chef del mundo, entre otros.

El barrio está repleto de casas victorianas, algunas antiguas y otras remodeladas. Bien bizarro. El taxi nos dejó en el hotel Boutique B, muy lindo. Tiene un bar muy interesante, pero aún era muy temprano para probarlo. Muy cerca, en la misma plaza, en la plazoleta, descubrimos una tienda que nos rayó: Dédalo. Una casona refaccionada, que alberga las obras de cientos de artistas y artesanos peruanos. Hay joyas, ropa, cerámicas y objetos de todo tipo. Yo compré un par de aros de plata y la Pili una carterita de lo más coqueta de la diseñadora Meche Correa.

Seguimos caminando al famoso puente de los suspiros. Debajo hay un camino de adoquines, repleto de tiendas, murales y cafeterías. La bajada al mar es un poco larga, así es que no la hicimos. Además, se iba acercando la hora de ir a Central, el mejor restaurante del mundo y el primero de Latam en llegar a esa posición, de acuerdo al ranking 50 Best.

 

En una construcción muy moderna y elegante, conviven el restaurante de Virgilio Martinez, Central, junto al de su esposa Pía León, Kjolle, también elegida la mejor chef mujer por el mismo ranking. 

Elegimos el menú “Experiencia mundo Mater” del Central y lo acompañamos con el “menú” del maridaje “Terroir vinos el mundo”. Sabíamos que era costoso, pero la experiencia lo valía. Fueron 14 platos, cada uno una obra de arte, daba pena comérselo. Pero no me arrepiento, cada bocado era un explosión de sabor. 

Terminamos a las 17:00 horas cansadas de tanto comer y resueltas a no volver a hacerlo ese día. Así es que partimos al Circuito Mágico del Agua, un parque con 13 fuentes cibernéticas, ubicado en el Parque de la Reserva, cerca del centro de Lima. Un imperdible. A las 19:30 hay un show de luces de colores, con grandes y niños gozando. Estuvimos cerca de dos horas recorriendo. Dato importante, nos demoramos casi 50 minutos en llegar por el tráfico.

Ya estábamos un poco cansadas, sin embargo, la noche era joven y estábamos decididas a aprovecharla. Pasamos por el depto a pegarnos una manito de gato. En realidad mucho más que eso, nos dijeron que en Lima las mujeres son muy producidas. Y era cierto. 

Partimos a la Sastrería Martinez un bar “speakeasy”. Por fuera es una sastrería muy elegante, estilo londinense, pero… al ingresar al probador, se abre una puerta y aparece el bar. Muy concurrido, tragos distintos, piqueos bien ricos. Pedimos unas pizzas muy suaves y disfrutamos de la música en vivo. 

Sábado

Nos despertamos a las 11:00 (con despertador), trasnochadas, pero sin dolor de cabeza. Hay un punto en la vida en que uno sólo debe tomar tragos ad-hoc. Nos tomamos un café en el Airbnb y unos muffins que nos dejó Mercedes, la dueña, muy amorosa. Partimos al Museo de Larco, que recorre 5.000 años de historia del Perú a través de una colección de 45.000 piezas. Es magnífico, un must.

A las 14:30 Maido, un restaurante nikkei, el sexto mejor de Latam  según el ranking 50 Best. El término nikkei (日系), apócope de nikkeijin, designa a todos los emigrantes japoneses y sus descendientes. En el caso del Perú, se conoce como comunidad nikkei a la formada por los inmigrantes nacidos en Japón y sus descendientes nacidos en el Perú.

Mischa,  su chef, es muy respetado no solo por su propuesta, sino también por su contribución a la gastronomía peruana. Nos recomendaron decirle al garzón: envíenos lo que el chef quiera…. Buena elección. Cara, pero buena. Fantástico. Mischa tiene un restaurante en Chile: Caray, ubicado en el hotel W, en Isidora Goyenechea y dirigido por Gerson Espinoza. Si quieren probar su mano antes de viajar, lo recomiendo. 

Después del almuerzo, decidimos conocer Larcomar, un mall que está instalado en un barranco frente al mar. Toda una experiencia comprar escuchando el ruido del mar. Ahí hay tiendas como Kuna, mucho más barato que en Chile, la joyería Ilaria, o los bikinis Aguas Claras.

Desde Larcomar hay una vista insuperable. Tipo 17:00, cuando baja el sol (allá oscurece antes), estuvimos un buen rato contemplando a los surfistas. Perú es un país de surfistas, de hecho, la comuna de Miraflores tiene el título internacional de “surf city”.  Nos contaba un garzón que los amantes del surf practican a las 06:00 am o desde las 17:00 horas.  

Ahí mismo, nos comimos unas crepes en el Lucio Caffé, algo liviano después del almuerzo opíparo, y nos fuimos caminando a nuestro depto que estaba muy cerca. 

La noche nos esperaba y esta vez, estábamos listas para ir a bailar al mejor bar de Lima: Carnaval. Ubicado en San Isidro, en el último piso del edificio de Osaka. Pura gente linda.

Domingo

Día del brunch. Nos dijeron que el brunch de Isidro Bistro, el restaurante del Hyatt Centric era el mejor de la ciudad. ¡Era verdad! Hacía años que no disfrutaba tanto… Había huevos benedictinos, french toasts, mesón con frutas, incluida la chirimoya y la papaya peruana que son muy distintas a las chilenas, más dulces. Y en el mesón frío, había mini sanguchitos de todos los sabores que se puedan imaginar. Qué decir de los dulcecitos peruanos como tocino del cielo, turrón de doña pepa, picarones y mazamorra morada. Nos quedamos hasta las dos de la tarde disfrutando y luego, con dos kilos de más, pero con el corazón lleno, emprendimos el regreso.

¡Un viaje épico!

Consejos

  • Hacer máximo un restaurante al día.
  • Hacer reservas con más de un mes de anticipación
  • Llevar antiácido
  • No tomar agua de la llave

Bonus track

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