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Entre viñas y descanso, Chile reinventa su experiencia hotelera con hospitalidad y turismo exclusivo Viajes Créditos: Cedida

Entre viñas y descanso, Chile reinventa su experiencia hotelera con hospitalidad y turismo exclusivo

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La hotelería en Chile se redefine al combinar lo mejor del país-como vinos y gastronomía- con el lujo y la hospitalidad. Eduardo Yoshimoto, gerente general de Hotel W Santiago, reflexiona sobre la industria y cómo se ofrecen experiencias personalizadas que conecten a los turistas con lo local.


Situado en el corazón del distrito financiero de Santiago, el W Santiago se encuentra cerca de estaciones de metro, tiendas exclusivas y restaurantes de alta gama. Este hotel de lujo forma parte de la cadena internacional W Hotels, reconocida por su enfoque en el diseño contemporáneo y experiencias personalizadas.

Aunque se trata de un hotel de lujo, ha debido adaptarse a las necesidades de sus huéspedes. Durante mucho tiempo se dijo que Chile no era un destino muy hospitalario, pero eso ha empezado a cambiar. Eduardo Yoshimoto, gerente general de Hotel W Chile, contó que la hospitalidad es un tema muy abierto, desde la llegada cuando se recibe hasta la despedida.

“El chileno sí tiene un buen nivel de hospitalidad y no solamente técnico, yo veo que hay una alegría. El chileno tiene un buen sentido del humor y eso cuando lo pones en práctica con un extranjero funciona súper bien”, agregó Yoshimoto.

Y es que siempre se ha considerado que los chilenos son más reservados o “fríos” que otros pueblos latinoamericanos. Sin embargo, muchas personas discrepan con esta definición. Ya que, si bien en un inicio se puede ser más reservado, existen rasgos muy marcados de calidez, solidaridad y cercanía que emergen con fuerza, sobre todo cuando hay confianza. Yoshimoto explica que, desde su llegada a nuestro país en 2014, la hospitalidad de los chilenos ha ido cambiando considerablemente y no solo en los hoteles, en la industria gastronómica y otros servicios esto también ha evolucionado.

En los últimos años, especialmente con el crecimiento del turismo interno e internacional, ha habido un esfuerzo deliberado por fortalecer la hospitalidad en servicios turísticos: desde la atención en hoteles y restaurantes hasta experiencias rurales y comunitarias. Las regiones más turísticas (como la Patagonia, el Desierto de Atacama o los valles vitivinícolas) han desarrollado una oferta que combina profesionalismo con cercanía local. 

Chile conquista a turistas que buscan conexión, seguridad y belleza

Sin duda, la pandemia generó un impacto significativo en la industria hotelera y en la manera en las personas prefieren viajar. Y es que durante este período los hoteles debieron pasar por cierres temporales en prevención de los huéspedes y trabajadores. Bajo este contexto, Yoshimoto explicó que, en términos de ocupación, si se ve recuperación.

“Hay un interés cada vez más grande en Chile, principalmente parte del turismo, en la sed de placer, se nota mucho con los argentinos y los brasileños”, expresó el gerente general de W Santiago. 

Asimismo, Yoshimoto destacó la imagen de seguridad que tienen los turistas de nuestro país. “Chile sigue con una imagen de seguridad en Latinoamérica y eso sí atrae a un turista porque es algo novedoso, es algo diferente, es algo que realmente conecta con un destino. Yo creo que, para mí, una persona, en términos de hospitalidad, busca tres conexiones: con el destino, con la gente y con uno mismo”.

Yoshimoto destaca que la belleza natural que tiene nuestro país atrae a cuentos de turistas al año. Para el gerente general de W Santiago, al llegar a la capital se siente de inmediato la conexión con el destino,”es una ciudad moderna, limpia, ordenada con naturaleza cerca”.

Cuando el hotel se encuentra con la viña

La industria hotelera ha tenido que reinventarse en los últimos años, sumando valor a través de la gastronomía y el turismo. Y es que estos tres conceptos en nuestro país se fusionan. Hay hoteles con viñas y viñas con hoteles, todos buscando cautivar a los visitantes a través del turismo y la experiencia de hospedaje.

La fusión entre viñas y hoteles representa una de las tendencias más potentes del turismo actual: el enoturismo experiencial, donde el vino deja de ser solo un producto para convertirse en una experiencia inmersiva. En el caso de Chile, esta integración ha ido tomando fuerza en las últimas dos décadas, pero se ha acelerado aún más tras la pandemia, en el contexto de una industria hotelera en reinvención.

“Esa es la propuesta de Chile, cuando uno viene aquí quiere conocer una viña, quiere conocer todo eso, es un hecho. Creo que hoy cada vez la gente quiere enseñar lo que tiene chile y ver que ese potencial realmente trae beneficios”, concluye Yoshimoto.

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