
Precios excesivos tras privatización de playas italianas lleva a un descenso de turistas
Más de la mitad de las playas italianas está confeccionada. “Hasta la sombrilla de playa se ha convertido en un indicador del aumento de los precios”, dice especialista. Además del coste de los servicios de playa, se suma el aumento de los gastos asociados al transporte y la comida.
Los precios excesivos de las playas italianas, casi la mitad privatizadas, y el calor extenuante empujaron este verano a los italianos a elegir la montaña para sus vacaciones, según varios informes del país europeo.
En Italia existe un fenómeno bastante extendido de playas privatizadas o concesionadas, aunque el mar en sí mismo es un bien público. De esta forma, gran parte del litoral (se calcula más del 60%, y en algunas regiones hasta el 70-80%) está entregado en concesión a privados, conocidos como stabilimenti balneari. Estos montan instalaciones con reposeras, sombrillas, duchas, restaurantes, bares, baños y servicios. En esos casos, para usar la playa equipada hay que pagar.
Un informe del Observatorio de las asociaciones de gestores de las playas Assobalneari-Confcommercio señala que en julio se registró un descenso de visitantes del 15 % respecto al año pasado debido sobre todo a los evidentes “precios altos en las playas”, así como al calor que tiende a dirigir a los turistas a lugares generalmente más frescos.
A su vez, el informe “Vacaciones de verano de los italianos en la montaña” publicado por el diario ‘Il Sole-24 Ore’ estima un crecimiento significativo en las pernoctaciones y visitas, con más de 6,8 millones, un 4,8 % más que en el verano de 2024.
Según Walter De Cassan, presidente de Federalberghi Belluno, en zonas montañosas como los Dolomitas, así como Cortina y Rocca Pietore, la temporada turística “va muy bien”, gracias en parte a la presencia de “muchos italianos, pero también de muchos extranjeros, incluso de China, Corea del Sur, Japón, Tailandia y Canadá”.
Alto costos en las playas
La mitad de las playas de Italia son privadas por lo que es necesario acceder a través de un local y alquilar sombrillas y tumbonas que cuestan una media de 150 euros por familia (cerca de 170 mil pesos chilenos), según el último informe de Altroconsumo, que analizó las diez playas italianas más populares durante la semana más cara del verano.
El precio medio de una sombrilla y dos tumbonas los fines de semana oscila entre 32 y 35 euros al día (entre 35 y 40 mil pesos). Según el análisis de 213 balnearios de la costa italiana, el aumento es del 5 % de media, pero en comparación con hace cuatro años se paga el 17 % más por los destinos de playa, explica Altroconsumo.
“Hasta la sombrilla de playa se ha convertido en un indicador del aumento de los precios”, dice Stefano Salvetti de Adiconsum y Mare Libero, el grupo de coordinación creado para apoyar la lucha contra la privatización del mar.
“Un gasto para quienes antes no podían permitírselo o empiezan a no poder, y un estatus más para quienes sí pueden”, resume.
En la zona de Salento, en Apulia, uno de los destinos más populares de los últimos años, en la localidad de Torre Lapillo, en temporada alta, una sombrilla y dos tumbonas pueden costar hasta 95 euros (más de 100 mil pesos) todo el día, y en Porto Cesareo, los precios llegan hasta los 60 euros.
Por ejemplo, en Emilia-Romaña, el número de visitantes ha disminuido un 2,8 % y las pernoctaciones un 2,9 %, y en Toscana, el verano de 2025 también está experimentando una fuerte desaceleración del turismo con una caída de la afluencia de hasta un 20 % en julio en comparación con el mismo período de 2024.
En el Lacio, las playas están llenas los fines de semana, pero los locales están vacíos durante la semana, y “zonas como Tarquinia, Santa Severa y Santa Marinella muestran señales preocupantes y confirman la tendencia negativa observada en julio”, explica el diario romano ‘Il Messaggero’
Además del coste de los servicios de playa, se suma el aumento de los gastos asociados al transporte y la comida.
¿Se puede acceder a playas no concecionadas?
En Italia, por ley debe existir al menos un acceso gratuito a la playa y al mar, incluso si la mayor parte está ocupada por concesionarios. Pero en la práctica a veces los accesos libres son reducidos o poco atractivos.
Y si bien todavía existen, sobre todo fuera de las zonas más turísticas, son minoría frente a los balnearios privados. Esto ha generado bastante debate en Italia, porque algunos ven las concesiones como un abuso que restringe un bien público y además muchas veces están en manos de pocas familias desde hace décadas, pagando cánones muy bajos al Estado. La Unión Europea incluso ha presionado a Italia para revisar este sistema y abrir las concesiones a licitación más transparente.