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Córdoba y sus vinos: un destino enoturístico que conquista a los chilenos
Con más de 40 bodegas y rutas escénicas entre montañas, Córdoba se consolida como una de las joyas vitivinícolas más atractivas de Argentina para el turismo chileno.
Córdoba se ha convertido en uno de los destinos más atractivos para los amantes del vino y la naturaleza. A menos de dos horas de Chile, esta provincia argentina combina paisajes serranos, rutas escénicas y más de 40 bodegas que forman parte de su famoso Camino del Vino, un circuito enológico que celebra la identidad local a través de sus cepas y su gastronomía regional.
A diferencia de los grandes centros vitivinícolas del país, como Mendoza o San Juan, Córdoba propone una experiencia más íntima y diversa. En cada parada, los visitantes pueden realizar catas guiadas, recorrer viñedos, disfrutar de restaurantes de primer nivel y alojarse en exclusivos hospedajes rurales con vistas únicas.
Leonardo Rodríguez, jefe de Productos Turísticos de la Agencia Córdoba Turismo, comenta que “la actividad atraviesa un
presente formidable, con más de 40 proyectos en marcha y un sinnúmero de bodegas multipremiadas a nivel nacional e internacional”. Además, destaca que “una de las particularidades del enoturismo cordobés es que las bodegas están inmersas en paisajes serranos, con excelentes rutas y una gran hospitalidad en la atención. Todas se ubican a pocos kilómetros entre sí, lo que permite recorrer varias en un mismo día”.
Los valles del vino cordobés
El Valle de Calamuchita es una de las zonas más emblemáticas. Sus vinos blancos —Sauvignon Blanc, Chardonnay y Gewürztraminer— destacan por su frescura y aroma, mientras que bodegas como Finca Vista Grande, Sineres o Juana Urbana ofrecen degustaciones acompañadas de productos regionales, como pastelería, quesos o platos elaborados con ingredientes locales.
Otra parada imperdible es Estancia Las Cañitas, ubicada a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar. Allí se producen varietales como Malbec y Pinot Noir en un entorno rodeado de pinos, con experiencias de maridaje y catas al aire libre.
En tanto, Alma Minera fusiona historia y sustentabilidad: un antiguo espacio minero transformado en viñedo, donde se pueden probar vinos elaborados de forma responsable en terrazas de piedra que guardan siglos de historia.
Traslasierra y el auge del enoturismo sustentable
En el valle de Traslasierra, los visitantes encuentran proyectos que apuestan por la producción orgánica y biodinámica, como La Matilde o Bodega Noble de San Javier, ambas con hospedajes rurales y restaurantes propios.
También sobresale Aráoz de Lamadrid, un viñedo-hotel rodeado de cactus y esculturas, y Bodega Kirton, donde la tradición artesanal se combina con el respeto por el entorno natural.
Cada una de estas experiencias permite combinar el vino con actividades como trekking, kayak o cabalgatas, lo que convierte a Córdoba en un destino ideal para quienes buscan desconectarse y disfrutar sin prisa.
En zonas como Colonia Caroya o Ischilín, se mantienen tradiciones familiares de más de un siglo, mientras nuevas generaciones innovan con tecnología y prácticas sustentables.
Visitar Córdoba es descubrir una nueva cara del vino argentino. Entre montañas, historia y copas servidas con calidez, la provincia invita a los chilenos a levantar la copa y brindar.