
El piloto influencer atrapado en la Antártica chilena que aún no puede salir del país
Ethan Guo, piloto e influencer estadounidense de 19 años, permanece varado desde fines de junio en la base chilena Teniente Rodolfo Marsh, tras desviarse más de mil kilómetros de su ruta original. Aunque firmó un acuerdo judicial y se retiraron los cargos en su contra, aún no puede salir.
El costo para Ethan Guo, piloto e influencer estadounidense de 19 años, tras aterrizar en la Antártica el 28 de junio, en medio de un vuelo entre Punta Arenas y Ushuaia, ha sido más que un simple desvío: debió recorrer 1.200 kilómetros fuera de ruta, aportar 30 mil dólares como donación y aceptar la prohibición de regresar a Chile durante tres años.
El joven asegura que su situación es “injusta”, pues afirma que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) le autorizó a modificar su ruta debido a una emergencia.
La fiscalía, en cambio, sostiene que Guo presentó un plan de vuelo falso, lo que derivó en un acuerdo judicial: pagar 30 mil dólares a modo de donación y no poder volver a Chile por tres años. Aun así, permanece en la base Teniente Rodolfo Marsh sin autorización para abandonar el lugar.
En entrevista con Las Últimas Noticias, Guo describió la presión que ha enfrentado: “He estado bajo mucho estrés últimamente. Nunca imaginé que, después de haber sido autorizado para modificar mi plan de vuelo y reportar la emergencia que enfrenté debido a las condiciones climáticas el 28 de junio, terminaría enfrentando un largo proceso legal”.
Su última publicación en instagram:
Ver esta publicación en Instagram
El piloto insistió en que actuó con respaldo oficial: “La DGAC autorizó expresamente la modificación de mi plan de vuelo y me permitió aterrizar. Confié de buena fe en que, tras recibir estas autorizaciones, podría aterrizar y luego continuar mi viaje sin problemas”.
Guo emprendió su travesía con el objetivo de recorrer siete continentes y recaudar un millón de dólares para un hospital infantil especializado en cáncer. Sin embargo, la escala en la Antártica transformó su plan en un inesperado conflicto legal: “Lo que ocurrió el 28 de junio fue profundamente injusto. No entendía el idioma en el que me hablaban y no se me permitió presentar pruebas para defender mi caso… Fue todo muy abrumador para mí. En cualquier parte del mundo, antes de asignar responsabilidades, siempre hay un proceso para determinar si se violaron normas aeronáuticas. No estoy en la Antártida por decisión propia, sino porque no me han autorizado a volar mi avión de regreso al continente”.
El joven concluyó señalando su frustración: “No entiendo por qué no me permiten irme. No he dañado a nadie. Siempre he actuado con responsabilidad, he solicitado los permisos necesarios y notificado a las autoridades sobre la situación que enfrentaba”.