
Atentado contra tribunales de Arica: formalizan más reos e investigan asesinato en la cárcel
Cuerpo de delincuente peruano fue compactado con amarras semejantes a las halladas en el cuerpo encontrado el jueves en el cerro Chuño, el mismo tipo de ataduras que se utilizaron para asesinar al teniente Ronald Ojeda, en Santiago y las mismas usadas en cuerpo encontrado el jueves.
En una audiencia reservada, realizada la semana pasada en el Juzgado de Garantía de Arica, la fiscalía acusó a otros cinco reos de estar implicados en el plan destinado a atentar con explosivos contra el edificio de los tribunales de esa ciudad, plan que además consideraba el escape de un importante miembro de Los Gallegos.
El plan fue detectado en noviembre del año pasado por Gendarmería y luego de una serie de pesquisas, el 16 de diciembre la fiscalía formalizó a tres internos del módulo 1 de dicho penal, los venezolanos Wilmer García Mafilito, más conocido como “Maleficio”; y William Celas Garrido, que usa los seudónimos de “Ángelo” o “Javi”. A ellos se suma Ulises Sarmiento Astudillo, quien formaba parte del grupo de chilenos que traficaba drogas con Los Gallegos, motivo por el cual fue condenado a 12 años en marzo pasado.
Celas, a su vez, recibió un total de 32 años por distintos delitos, entre ellos homicidio, porte ilegal de armas y asociación ilícita. Aunque en en las primeras diligencias en contra de Los Gallegos se le consideró como un sujeto de menor importancia en el grupo, las pesquisas realizadas a su teléfono celular, tras ser detenido en 2022, evidenciaron que en realidad era muy importante, pues dos videos hallados en el aparato, que mostraban armamento pesado, permitieron determinar que tenía relación con grupos descolgados de las FARC colombianas, que proveían de armas al grupo venezolano. De hecho, el objetivo final de la fuga desde la cárcel de Acha era justamente permitir la fuga de “Javi”.
“Maleficio”, en tanto, también es un sujeto importante. Fue detenido en mayo de 2024, cuando se efectuó un operativo destinado a acabar con la cuarta reorganización de Los Gallegos en el cerro Chuño y se trata de quien asumió el liderazgo de la célula, luego de los raids policiales que se efectuaron en los años previos.
Uno de los temas que no estaban despejados cuando los tres fueron formalizados era la identidad de otro de los implicados en el plan, un tal “húngaro”, quien resultó ser el colombiano Germán Antonio Padilla, un exmiembro de Los Gallegos que, luego de la primera detención masiva de miembros del grupo, logró escapar y formar su propia organización criminal, el Tren del Coro.
Pese a que en las calles esta se encuentra hoy en día sumida en una guerra homicida con Los Gallegos, que ya ha dejado al menos cuatro víctimas fatales este año, las cosas son distintas en la prisión y de ese modo fue que “El húngaro” se sumó a Los Gallegos en el plan. De acuerdo con lo indagado, su papel era obtener los automóviles que se utilizarían como coches bomba y que se estacionarían a los costados de los tribunales ariqueños.
Además de Padilla, fueron formalizados también el narcotraficante colombiano Anderson Trujillo Fernández, más conocido como “Jordan Colombia”; Kevin Ojeda Duarte (venezolano, miembro de Los Gallegos) y los chilenos Juan Paolo Macaya Reyes, apodado “El Curicó”, y Héctor Díaz Contreras, conocido al interior de la cárcel como “Calamardo”, quienes actuaban como guardaespaldas de “Javi” dentro del penal.
Los detalles
Además de la precisión respecto del papel del líder del cabecilla del Tren del Coro en los hechos, trascendió que desde el exterior de la cárcel fue lanzada una pelota, que cayó en el techo de uno de los módulos, en cuyo interior había un juego de llaves de esposas. Por cierto, no es primera vez que ocurre algo así, ya que el año pasado otro miembro de Los Gallegos, el sicario Daniel Márquez Meléndez (condenado a 23 años por homicidio y asociación ilícita), fue encontrado en posesión de una llave de esposas, en la cárcel de alta seguridad, en Santiago.
Como informó El Mostrador, en un teléfono celular que fue incautado por Gendarmería quedó en evidencia que existía “luz verde” (es decir, autorización desde la jefatura máxima de Los Gallegos) para ejecutar el atentado y la fuga de Celas, la cual consideraba instalar “plasticina” (explosivo plástico) en la pared del módulo 1, aunque también existía un plan “B”, que consistía en utilizar una cuerda para que “Javi” pudiera escapar.
El homicidio
La fiscalía también formalizó a tres reos por un homicidio cometido al interior de la celda 3 del módulo 29, hecho ocurrido el 24 de diciembre del año pasado, pocos días después de la formalización de “Javi”, “Maleficio” y Sarmiento, por lo cual se cree que ambos hechos están relacionados.
La víctima fatal del hecho fue Ronel Alex Cárdenas Vila, de nacionalidad peruana y de 27 años, quien estaba condenado por tráfico de drogas. De acuerdo con lo que determinó la investigación policial, esa madrugada, aproximadamente a las 5 horas, sus compañeros de celda, Julio Jerónimo Rojas, Miguel Angél Gómez Guerrero, más conocido como “Marcianeke”, y Maikel Apaez Durán (los dos primeros venezolanos y el tercero peruano) lo cubrieron con una frazada, para luego empezar a golpearlo en todo el cuerpo. Según ellos, solo se estaban defendiendo de la víctima, que estaba drogada y que según ellos blandía un arma cortante.
Utilizando la misma técnica que se usó en el crimen del teniente Ronald Ojeda y en los cuatro homicidios cometidos por Los Gallegos en contra de exmiembros del grupo, que fueron torturados y luego sepultados en distintos sectores del cerro Chuño, compactaron el cuerpo de la víctima forzando sus extremidades hacia la espalda, usando para ello un elaborado sistema de amarras confeccionado con pedazos de género simétricamente cortados (en el caso de los sepultados, utilizaban toallas) que reduce el tamaño del cuerpo a su más mínima expresión e impide cualquier movimiento.
En este estado, y recubierto por la toalla, lo siguieron golpeando, especialmente en el cráneo, causándole una hemorragia subdural, que fue finalmente la causa de la muerte.
Los tres imputados fueron formalizados por homicidio calificado, al tiempo que la PDI busca a los autores del crimen del cuarto enterrado en el cerro Chuño, cuyo cuerpo fue encontrado el jueves en idénticas condiciones a cómo fue encontrado el cadáver del teniente Ojeda: compactado con amarras, al interior de una maleta y bajo una losa de cemento. De hecho, los primeros peritajes indican que no fue asesinado en el mismo sitio, sino en otro lado y que seguramente fue trasladado hasta allá en la misma maleta.
Se cree que la víctima es el venezolano Rafael José Villamizar Lobera, de 40 años, quien coincidentemente desapareció el 10 de diciembre del año pasado y quien contaba con condenas en su país por robo de vehículos e infracción a la ley de drogas, aunque no existen antecedentes delictivos de él en Chile, al menos con esa identidad.
Según distintos videos que circulan por redes sociales, desapareció cuando se dirigía a Venezuela, desde Arica, buscando salir en forma clandestina de Chile. Antes de ello residió cuatro años en Perú y otros tres en Chile, moviéndose entre Santiago y la Región del Maule, donde existía una activa célula del Tren de Aragua, que era dirigida por el medio hermano de Héctor “Niño” Guerrero, el líder máximo del grupo.