
Las mil caras de “Estrella”, el líder del Tren de Aragua condenado a 85 años
Carlos González Vaca recibió una de las condenas más severas dictadas de una sola vez en el país. Las evidencias exhibidas y escuchadas en el juicio retrataron a un hombre muy violento, con vía directa a “Niño” Guerrero, además de amante del oro y el lujo.
Un retrato muy vívido acerca de la personalidad, las actividades y los gustos de Carlos González Vaca, más conocido como “Estrella”, quedó en evidencia luego del juicio que se realizó en contra de la célula del Tren de Aragua que él dirigía desde Quilpué, pero que operaba fundamentalmente en la Región de Tarapacá.
Como informó El Mostrador, la semana antepasada y luego de varios meses de juicio, el Tribunal Oral en lo Penal de Iquique dio a conocer la sentencia (que tiene 767 páginas) en la cual “Estrella” recibió 85 años de presidio, pues fue condenado a presidio perpetuo calificado por los delitos de secuestro con homicidio y secuestro con mutilación, lo que significa un mínimo de 40 años de prisión, luego de los cuales recién podría optar a algún beneficio intrapenitenciario.
A ello se le suman 7 años y medio por asociación ilícita, 10 años por otro secuestro, 15 años por tráfico de migrantes y 12 años y medio por trata de personas con fines de explotación sexual agravada. Actualmente González tiene 36 años, por lo que recién a los 76 podría optar a algún beneficio por la cadena perpetua, pero en realidad no serviría de nada, pues a continuación de ella debería cumplir los otros 45 años, en caso de que la Justicia chilena mantenga a firme las condenas, cuando se presenten los respectivos recursos de nulidad.
Por cierto, pudo ser peor, pues fue absuelto de varios otros delitos, entre ellos, tráfico ilícito de drogas y robo con intimidación, pero se trata de una de las penas más altas impuestas en la historia criminal chilena en contra de una persona en una sola sentencia y, sin duda, de la más alta en los últimos 30 años.
Después de él, el sicario del grupo, Hernán Landaeta Garlotti, más conocido como “Satanás”, recibió una condena de 67 años, incluyendo una cadena perpetua simple –en la cual solo se puede optar a beneficios luego de 20 años de cumplimiento– por secuestro con mutilación.
La misma pena recibió Zeus Velásquez Aquino, quien además fue condenado a 15 años por tráfico de migrantes. Daniel Elías Azuaje también fue condenado, por el secuestro con mutilación, a cadena perpetua simple, y otro de los sicarios, Juan Carlos Blanco Berroterán, recibió idéntica sanción, por secuestro con homicidio. Dos de las mujeres que estaban a cargo del comercio sexual en Iquique, Karialex González y Luisa Moreno, recibieron penas de 20 años por trata de personas y 818 días por asociación ilícita.
Luego de conocer la sentencia, la Fiscal Regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, indicó que “como se vio a través del desarrollo de esta investigación, ellos (el Tren de Aragua) captan absolutamente lo que es el territorio nacional y eso es lo preocupante dentro de esta investigación. Se ve cómo ellos, todo lo que es la frontera, lo tienen absolutamente controlado, y que quien trataba de realizar otro tipo de delito dentro de lo que era su territorio, o ellos entendían como su territorio, eran secuestrados, víctimas de homicidio, mutilados o se les cobraba algunas ‘multas’. Entonces, esta es una sentencia que demuestra que el Estado de Chile es quien tiene el control sobre nuestra soberanía y nuestra frontera”.
El lucero
Una de las cosas que más se remarcó en el juicio es que González Vaca era un hombre cercano a la más alta jerarquía del Tren de Aragua, pues era lo que se conoce como un “lucero”, es decir, alguien que puede “dar la luz”, el eufemismo utilizado para autorizar secuestros, homicidios, aumentos en los precios de las drogas (particularmente ketamina) y otras situaciones por el estilo.
Era, además, alguien cercano a Larry Amaury Álvarez Núñez, más conocido como “Larry Changa”, uno de los tres fundadores del grupo, que se estableció en Santiago, donde vivió entre 2018 y 2022, pero además “Estrella” recibía instrucciones directas del líder máximo, Héctor “Niño” Guerrero, que se cree estaba en Venezuela (por cierto, como descubrieron la PDI y la Fiscalía de Talca, el medio hermano de este, Cheison Guerrero, residía en Santiago también).
Según explicó uno de los oficiales de la PDI que investigó a Estrella, toda la investigación se inició en marzo de 2021 a causa del tráfico de ketamina, pues por esas fechas dos mujeres y un hombre peruanos fueron detenidos con ocho litros de la droga a bordo de un bus, en la Aduana El Loa. Al ser interrogados, dijeron que el Tren de Aragua los había obligado a traficar dicha droga hacia Santiago, entregando imágenes tomadas en Colchane a “Estrella”, “Satanás”, “Zeus” y otros miembros de la organización a la policía.
A la postre, la versión de los peruanos de que los habían coaccionado para traficar resultó ser falsa, pero de ahí surgieron los primeros datos que permitieron a la Fiscalía de Iquique y a la PDI comenzar a entender el puzle, al tiempo que empezaban a interceptar teléfonos y a seguir a los sospechosos.
Fue así como de a poco empezaron a entender quién era González, un hombre que tiene una serie de tatuajes, incluyendo una estrella de gran tamaño en cada uno de sus hombros, que siempre usaba unos anteojos cuadrados y que, a diferencia de los miembros de menor nivel del grupo, que muchas veces viven en mediaguas o cités, a él le gustaba el lujo, lo que quedó en evidencia luego de su detención en 2022, cuando le fue incautado su celular, donde aparecen numerosas fotografías suyas con una gran cantidad de cadenas y joyas de oro.
Asimismo, hay muchas imágenes de él con su pareja (la también venezolana Carla Pérez) en el hotel Sheraton de Viña del Mar, en las cuales él aparece en bata, desnudo en una tina (con vista al mar), solo con sus genitales cubiertos por espuma, tomando un trago al atardecer, en la terraza del hotel, o mirando al mar.
También hay fotos de él paseando el perro, como cualquier persona común y corriente, o al lado de una lujosa Toyota 4Runner, pero en los celulares de otros de los detenidos se encontraron imágenes que dan cuenta de su otra faceta, como líder del TDA.
Una de ellas es un video particularmente violento, donde se ve cómo “Estrella” corta a golpes de cuchillo el dedo de un narcotraficante colombiano que habían secuestrado, un sujeto conocido como “Papi Papi”, a quien pedían 60 mil dólares por su liberación.
En medio de los gritos de la víctima se escucha una voz –supuestamente la de González– que con mucha calma y frialdad le dice “te voy a matar”.

Un malandro de verdad
Varios audios incautados interceptados por la policía a otros integrantes del grupo dan cuenta, por cierto, del nivel e importancia de “Estrella”. De hecho, en su móvil se encontró un mensaje de voz del “Niño” Guerrero, destinado solo a miembros de las más altas jerarquías del TDA y que aparentemente tenía que ver con la forma en que varios miembros del grupo habían sido tratados en cárceles de Perú:
“Primero que todo, buenas tardes, les habla Niño Guerrero, en compañía de varios hermanos de lucha y principales de otros penales en Venezuela. Le vamos a hablar en claro, hermano, ya basta de tanto sufrimiento, tanta locura, porque si vamos a hablar de locura, locos somos nosotros hermano: el hampa está acá en Venezuela, los locos ya estamos completos. Es mentira que nos van a ver la cara de marico por otro país y nosotros nos vamos a quedar de brazos cruzados como si nada”.
En otro audio, se lo describe como “el escolta de Guerrero”. El sujeto que hablaba en dicha escucha lo definía como “alto criminal” y “alto asesino”.
En otra grabación, un WhatsApp enviado a “Estrella”, el remitente lo alababa, diciéndole que “tú, Carlos Estrella, mano que has caminado todos esos penales y alto (no se entiende), alto espadachín también, que conoces a todos, todos esos coños de madre ahí en todos esos penales y, bueno, también eres una lacra también, sos un poco de malandro también. Nos conocemos, nos hemos visto en la cara, nos hemos visto en la cara por ahí en la pista, mano. Sabes que todos los malandros nos comunicamos y nos tenemos que seguir comunicando, mano”.
Otro de los jefes del grupo, “Catire Santa Rita” (que nunca ha sido detenido), señalaba a un tercero que “tú preguntas por mí, por Catire Santa Rita, en China, y todo el mundo me conoce… preguntas por Estrellita, que es el otro pana que está hablando contigo, preguntas por toda Latinoamérica y también lo conocen”.
Asimismo, la PDI dio con otro audio, en el cual un sujeto ordenaba a otro: “Ponte en comunicación con Estrella, que ese es el segundo de Catire de Santa Rita, pa’ que te alinees con ese marico y vaina, ¿estás claro?”.
Los dineros
Además de ser un líder “de terreno”, que participaba desde los grandes delitos (como los secuestros) hasta el tráfico de migrantes en la frontera, “Estrella” también era una parte del esquema de ocultamiento de los fondos ilícitos obtenidos por el grupo, que devenían tanto del tráfico de migrantes como de la trata de personas con fines de explotación sexual, la extorsión a “jaladores” (personas que captan migrantes para subir a buses en el terminal de Iquique) y, por supuesto, del tráfico de drogas y armas.
Un oficial de la Brigada de Lavado de Activos de la PDI explicó en el juicio que desde la Cuenta RUT que mantenía González –que justificaba sus ingresos diciendo que era repartidor de delivery, pues desde 2018 estaba registrado en la plataforma de Pedidos Ya, en Valparaíso– había efectuado transferencias a dos empresas dedicadas a enviar dinero al extranjero, por medio de las cuales hacía llegar dineros a distintas personas de Colombia, Perú y Venezuela.
También efectuó transferencias a su cuenta por intermedio de depósitos en “Cajas vecinas” de Curicó (tres) y de Villa Alemana (cuatro). Sin embargo, se trata de montos más bien menores. Mientras en el caso de “Estrella” se acreditaron poco más de 2 millones de pesos, en el caso de su pareja la suma fue de cerca de 7 millones, en lo que en la jerga delictiva se conoce como “pitufeo”.
Tal como acreditó la PDI en la última operación realizada en contra del aparato de lavado de activos del Tren de Aragua, los dineros captados por la organización se “perdían” en un entramado de cientos de cuentas, en las cuales se realizaban depósitos pequeños (a fin de no llamar la atención de los bancos o la Unidad de Análisis Financiero), que después entraban a cuentas de empresas fantasmas o reales, las que a su vez convertían ese dinero en criptomonedas.
Solo en el caso de la célula comandada por “Estrella” se estima que el dinero que lavaron asciende a 6 millones de dólares.
En medio del operativo se detuvo a 11 personas vinculadas al grupo en la Región de Tarapacá y se congelaron 98 cuentas bancarias y 19 cuentas de criptomonedas. Todos los imputados, de nacionalidad venezolana, quedaron en prisión preventiva. Además, en la ocasión se pidió la extradición de otros tres miembros del grupo, que se encuentran en Venezuela y Colombia.