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El punto de inflexión de Teatrocinema: “Nos sentimos más sueltos, más lúdicos, más risueños” Se presentan el sábado 24 y domingo 25 en el Museo de la Memoria

El punto de inflexión de Teatrocinema: “Nos sentimos más sueltos, más lúdicos, más risueños”

La aplaudida compañía presenta está presentando esta semana a tablero vuelto sus primeras obras en el Museo de la Memoria, donde este fin de semana estará Gemelos. Mientras afinan los detalles de su nuevo montaje: La contadora de películas. Un momento de reflexión sobre lo que han hecho y lo que viene.


La semana pasada, Teatrocinema fue un caos. No la compañía sino la sala teatral que lleva su nombre. En el foyer de entrada estaban mezclados desordenadamente parte de la icónica locomotora de Viaje al centro de la Tierra, con algunos muñecos de Pinocchio y objetos varios, como libros y afiches de sus obras en distintos idiomas. Mientras al fondo, en el escenario, se escuchan los actores ensayando las escenas de La contadora de películas, el nuevo montaje del grupo. De pronto, un cerrado aplauso corona el trabajo.

A los minutos, Laura Pizarro y Juan Carlos Zagal emergen desde el fondo y sus figuras recuerdan a Gepetto en su taller: el desorden, los objetos, la creación permanente. No es casual que desde este “laboratorio” en que es actualmente la sala de Bellavista, estén emergiendo el pasado y el futuro en un viaje que parece no detenerse.

La dupla creativa del colectivo iniciado en 1987 como La Troppa (junto a Jaime Lorca) y trasmutado en 2006 a Teatrocinema, siempre parece estar unos pasos adelante, pensando en su siguiente estreno o en la próxima gira internacional. Así ocurre con los ensayos de La contadora de películas, basada en la novela homónima de Hernán Rivera Letelier y que se estrenará en julio en el Teatro CorpArtes. Pero a la vez, el ciclo Memoria escénica que se está realizando a tablero vuelto esta semana en el  Museo de la Memoria con los montajes Pinocchio (1990, presentada el martes), Viaje al centro de la Tierra (1995, el miércoles) y Gemelos (1999, hoy, sábado y domingo) los ha hecho volver sobre sus pasos y mirar el camino recorrido.

“El museo representa la historia viva de este país, algo que está muy presente”, dice Zagal sobre este ciclo que concluye el domingo y que es el debut del grupo en el recinto de Avenida Matucana. “Nos invitaron a hacer una memoria escénica y rescatar  del olvido las obras y creemos que ahora es un buen momento en el rito del reencuentro grupal”, dice, a lo que Laura Pizarro agrega: “el museo es el pedazo de historia fracturada de una época que vivimos como niños y jóvenes, y estas obras son el reflejo de esa época, la que nos definió como creadores. Entonces está súper compenetrado con nuestra historia que tiene que ver con ese lado fragmentado”, cuenta.

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Las relaciones entre el imaginario simbólico del Museo de la Memoria y las propias búsquedas del colectivo se unen de manera natural en el trabajo de Teatrocinema, explican Zagal y Pizarro, aunque su trayectoria no pueda enmarcarse en un teatro político a la manera clásica.

“Las tres obras son sobre la resiliencia, las ganas de vivir y de sobrevivir. Pinocchio es un muñeco de madera que llega a convertirse en un ser humano, nuestro viaje de crecimiento. En Viaje al centro de la Tierra es sobre qué somos y sobre eso aventurarnos a un nuevo viaje. Y Gemelos es más literal, grafica un poco la historia de Chile, de nosotros  mismos y nuestra relación con el militarismo, la represión y la muerte, Por eso la hicimos en ese momento (1999). Así, las tres obras hablan de la capacidad de sobrevivir y de cómo nos recomponemos, donde siempre hay una salida, la posibilidad de recomenzar. Para eso debe servir la historia reciente”, explican ambos.

Luego de 28 años de trabajo con algunas de las obras del teatro chileno contemporáneo más aplaudidas internacionalmente (Gemelos, Sin sangre), Teatrocinema comenzó a mirar hacia atrás luego de instalarse en su propia sala, revisando su repertorio y estableciendo los cruces con su búsqueda expresiva actual. Y descubrieron que todo es parte de un mismo camino.

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“Hay una búsqueda temática y sobre la creación misma que se mantiene. Luego decidimos embarcarnos en otros tipos de lenguajes pero manteniendo los contenidos. Si te fijas, mantenemos las historias urbanas, contemporáneas, donde con las últimas obras hemos reflexionado en torno a los elementos cinematográficos. Es lo que hacíamos con La Troppa pero con otro tipo de herramientas”, dice Zagal.

Por ello, continuidad parece ser la palabra exacta para el grupo de Zagal y Pizarro y que hoy integran 17 personas. La exploración en el lenguaje de El hombre que daba de beber a las mariposas (2009) e Historia de amor (2013) que dio la idea de un camino sin retorno, recién con la próxima La contadora de películas los hace tener plena conciencia de sus herramientas. Así lo describe Zagal: “Con esta que es la cuarta (como Teatrocinema), empezamos a entender mucho más lo que estamos haciendo, su relación con la historia y el trabajo actoral. Estamos recuperando el teatro artesanal, las marionetas y los objetos. Nos sentimos más sueltos, más lúdicos, más risueños”, describe el director.

Las pocas pistas que dan ambos sobre La contadora de películas, sitúa el nudo de la obra en el arte de contar un cuento. En el “érase una vez” como lo describe Zagal. Donde el colectivo vuelve al actor y el objeto, o el actor y el gesto, y no ya determinado por las proyecciones cinematográficas, el 3D o las viñetas de cómic, sino que al revés. Lo fundamental, dice, es “mostrar los trucos y este arte de narrar en vivo”. Así, reviven las oficinas salitreras de antaño y las películas que son citadas por la protagonista, desde donde “nos metemos en una, salimos y nos metemos en otra”, cuenta.

Sobre el cierre del ciclo en el Museo de la Memoria, el que estará a cargo de Gemelos entre hoy viernes y el domingo 25, Zagal y Pizarro coinciden que resume nueve años de trabajo, entre Pinocchio y Gemelos, lo que establece un camino claro de cómo evolucionaron. Y que es muy parecido al tiempo transcurrido entre Sin sangre y la próxima La contadora de películas (ocho años), el periodo conocido como Teatrocinema.

Porque si de etapas se trata, ambos creen que justamente ese debiera ser el próximo ciclo retrospectivo de la compañía. “Podríamos mostrar estas cuatro obras juntas y que la gente vea en una semana una experimentación distinta. Sería muy interesante”, remata Zagal.

Ciclo Memoria Escénica

Museo de la Memoria

Viernes 23, sábado 24 y domingo 25, 21.00

Gemelos

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