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La prediabetes, la señal silenciosa que podría cambiar el rumbo de la enfermedad Salud Crédito: El Mostrador.

La prediabetes, la señal silenciosa que podría cambiar el rumbo de la enfermedad

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Este 14 de noviembre se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, instancia que busca reforzar la importancia de la detección temprana. La prediabetes, una condición silenciosa y reversible, surge como la principal alerta preventiva.


La diabetes avanza en el mundo con cifras que preocupan a especialistas y organismos internacionales. Sin embargo, en medio de este escenario global, existe una señal que podría cambiar el curso de la enfermedad: la prediabetes. Conocerla, detectarla y abordarla a tiempo se ha convertido en una de las herramientas más efectivas para evitar que millones de personas desarrollen diabetes tipo 2.

La Federación Internacional de Diabetes advierte que la enfermedad alcanza hoy al 11,1% de la población adulta global, lo que equivale a uno de cada nueve adultos. Más preocupante aún: más del 40% de quienes viven con diabetes no saben que la padecen, lo que retrasa tratamientos y aumenta el riesgo de complicaciones.

Para 2050, uno de cada ocho adultos podría vivir con la enfermedad, llegando a 853 millones de personas en el mundo. En este contexto, los esfuerzos internacionales se han centrado no solo en su tratamiento, sino en la detección temprana.

Es aquí donde la prediabetes cobra relevancia: una etapa reversible que, pese a su importancia, sigue siendo desconocida para la mayoría de quienes la presentan.

Qué es y por qué importa detectarla a tiempo

La prediabetes corresponde a un estado intermedio en el que la glucosa en sangre está elevada, pero aún no alcanza los niveles que permiten diagnosticar una diabetes tipo 2. Se trata de una condición silenciosa, sin síntomas evidentes, que puede pasar desapercibida durante años.

Nueve de cada diez personas con prediabetes desconocen su estado, lo que reduce drásticamente las posibilidades de intervenir de manera temprana. Detectarla cambia el panorama: es la etapa en la que aún es posible revertir el proceso metabólico y prevenir la progresión hacia una diabetes establecida.

Desde Merck, la especialista Cinthia Chareca destaca el rol del autocuidado: “Es fundamental que cada persona se empodere de su propio bienestar, realice controles periódicos y conozca su estado de salud actual. Esto permite tomar decisiones informadas, actuar a tiempo y prevenir complicaciones”.

Crédito: El Mostrador.

Factores de riesgo: quiénes deben prestar atención

Aunque cualquier persona puede desarrollar prediabetes, existen factores que aumentan considerablemente la probabilidad:

  • Edad superior a los 45 años

  • Antecedentes familiares de diabetes tipo 2

  • Sobrepeso u obesidad

  • Vida sedentaria

  • Síndrome de ovario poliquístico

  • Haber tenido diabetes gestacional

La combinación de dos o más de estos factores aumenta aún más el riesgo, por lo que los controles preventivos resultan fundamentales.

La prediabetes sí se puede revertir

A diferencia de la diabetes tipo 2, la prediabetes es una etapa reversible. Cambios simples, sostenidos y alcanzables pueden evitar que la condición avance.

Las recomendaciones más efectivas incluyen:

  • Bajar entre un 5% y 7% del peso corporal

  • Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física

  • Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables

  • Reducir el consumo de azúcar y alimentos ultraprocesados

  • Mantener controles médicos periódicos

Diversos estudios muestran que estas medidas pueden evitar o retrasar significativamente el avance hacia la diabetes tipo 2, incluso en personas con alto riesgo.

Este 2025, la campaña del Día Mundial de la Diabetes enfatiza la importancia de abordar la enfermedad desde una mirada integral, bajo el lema “la diabetes en todas las etapas de la vida”. La prevención es una de las claves.

Detectar la prediabetes es, en este marco, una inversión en salud futura. Significa actuar antes de que la enfermedad avance, prevenir complicaciones y entregar a cada persona la posibilidad de retomar el control sobre su bienestar.

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