
Saturación digital: el exceso de pantallas pone en riesgo la salud mental y física
El avance digital ha transformado la vida cotidiana, pero también ha traído consecuencias preocupantes. Investigadores y organismos de salud alertan sobre el aumento de patologías físicas y emocionales asociadas a la sobreexposición a dispositivos electrónicos.
Vivimos en una época donde estar desconectado parece imposible. Los dispositivos electrónicos se han vuelto indispensables para trabajar, estudiar, comunicarse e incluso descansar. Sin embargo, este vínculo constante con la tecnología también tiene un lado negativo: su uso prolongado está afectando seriamente la salud mental y física de millones de personas.
Según el portal Statista, Chile se posiciona entre los países con mayor cantidad de usuarios activos en plataformas digitales, alcanzando los 18 millones de personas. Además, los chilenos lideran el tiempo de uso diario con un promedio de 3 horas y 39 minutos frente a la pantalla, una cifra que refleja la creciente dependencia digital.
Martina López, investigadora de ESET Latinoamérica, señala que “como usuarios es importante reflexionar sobre el tiempo que se pasa frente a la pantalla y preguntarnos si: ¿es realmente necesario? o ¿Qué valor aporta en el día a día? Esto debe responder al concepto de tiempo bien invertido. No se trata de dejarse atrapar por las pantallas”.
El impacto en niños y adolescentes
Durante la pandemia, el uso de celulares, tablets y computadores se aceleró de forma exponencial, especialmente entre los más jóvenes. El estudio del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) revela que el 54% de los menores utiliza Smart TV, mientras que el 59% de las niñas y el 50% de los niños usan smartphones de manera habitual.
El uso desmedido de redes sociales y videojuegos expone a los menores a riesgos como cyberbullying, grooming y ciberacoso, afectando su rendimiento académico, concentración, hábitos de sueño y alimentación. “Vivimos en un entorno digital en el que impedir el uso de Internet resulta utópico. Frente a esta realidad, la educación de niños, niñas y adolescentes en el uso responsable y seguro de la red se convierte en el punto de partida, siempre acompañada por la guía de los padres”, opina la investigadora de ESET.
El Senado chileno aprobó en septiembre un proyecto de ley que regula el uso de dispositivos digitales en las escuelas, una medida que busca proteger la salud física y mental de niños y adolescentes. Algunos países, como Australia, ya han implementado restricciones similares, prohibiendo el acceso a redes sociales a menores de 16 años.
Las nuevas dolencias digitales
El uso prolongado de pantallas no solo afecta la mente, sino también el cuerpo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasar muchas horas frente a dispositivos genera patologías físicas como tendinitis, túnel carpiano, fatiga ocular y dolores de cuello o espalda, derivados de malas posturas y sedentarismo.
En el ámbito psicológico, los efectos van desde la ansiedad e irritabilidad, hasta nuevas condiciones derivadas de la era digital, como la nomofobia (miedo a quedarse sin celular), el efecto Google (dependencia para recordar información), o el síndrome FOMO, que se traduce en el temor a quedarse desactualizado.
Camino hacia una relación más saludable con la tecnología
Los expertos coinciden en que la clave está en equilibrar la conexión digital con el autocuidado. Realizar pausas de 30 minutos, mantener una postura adecuada, cuidar la iluminación y establecer espacios libres de pantallas son medidas esenciales para prevenir daños.
Además, se recomienda iniciar y terminar el día sin el teléfono, promover actividades al aire libre, la lectura y el deporte, así como utilizar aplicaciones de control digital que ayuden a monitorear el tiempo de conexión.
“La tecnología se ha diseñado para mejorar y simplificar ciertas tareas; pero es importante ser conscientes de nuestros hábitos online y el tiempo que le estamos invirtiendo”, concluye López.